En octubre tocó la parte en castellano. Ahora llegan las producciones realizadas en euskera. En ambos casos, el resultado es el mismo. La taquilla lleva sin entradas ya ni se sabe. Con la seguridad que da el respaldo del público, Off Lokal completa del 17 al 20 su participación en el cuadragésimo séptimo Festival Internacional de Teatro de Gasteiz, trabajando, como viene haciendo desde el origen, sobre dos parámetros. Por un lado, apoyar la producción de piezas de pequeño formato por parte de compañías locales. Por otro, realizar las representaciones en lugares no convencionales que, además, son sorpresa para el público hasta el último momento.
En esta ocasión, para las citadas jornadas el punto de encuentro será la plaza Etxauri. Desde ahí se partirá para hacer un recorrido que abrirá Pez Limbo con la representación de Daisy crazy, para hacer parada después de la mano de Amaia Garrosa y su Tránsitos, y completar el camino gracias al Kolectivo Monstrenko, que va a compartir Raska nazka. De una forma u otra, casi todos los participantes tienen ya experiencia en esta fórmula, una iniciativa que cada día se va a llevar a cabo a las 19.00 y a las 20.30 horas, entrando unas 25 personas en cada pase.
En los tres casos, compañías y artistas de la escena local colaboran de manera especial para hacer realidad las distintas piezas. Es el caso de Pez Limbo. Josune Vélez de Mendizábal y Ane Gebara dejan por un momento en descanso Les Bobè Bobé para ponerse en manos de Espe López y dar vida a un montaje que tiene su origen en la película Les Petites Marguerites (Věra Chytilová, 1966). Así, encarnan a dos mujeres “muy irreverentes” que no tienen muy claro que ellas deban tener un buen comportamiento si en la sociedad va todo mal. “Hacemos muchas tonterías, pero bien hechas, de manera profesional”.
De esa reflexión sobre el comportamiento se pasa, también desde la comedia, a la denuncia de la ludopatía, los salones de juego y de las apuestas online. En este caso, Monstrenko también va más allá de sus paredes para sumar al proyecto a Aitor Vinagret, quien, bajo la dirección de Jasón Guerra, da vida a distintos personajes una obra que relata el descenso a los infiernos de una persona adicta. “Puede que sea una temática complicada para tratarla con humor, pero hemos conseguido el equilibrio”.
También en lo que se refiere a Garrosa, la intérprete y creadora ha querido contar con una visión externa, en este caso de Iara Solano (Sleepwalk Collective), para construir una pieza que juega con la imaginación y la realidad.