Una mujer maltratada no siempre sabe que lo es. Normaliza su situación hasta el punto de defender a su propio agresor. Lamentablemente, cada vez son más mujeres y más jóvenes las que padecen la violencia machista. A lo largo de los meses de verano, por ejemplo, la Asociación de Guerreras del Alto Deba atendieron semanalmente a una mujer, todas ellas por debajo de los 30 años. Así nos lo ha hecho saber Montse, integrante de la asociación, en Gipuzkoako Kale Nagusia.
Montse habla de primera mano, ha sido víctima y ahora ayuda a mujeres que pasan por su misma situación. Por eso mismo nos hablaba de las banderas rojas, aquellas que nos sirven para saber que somos víctimas: "Te aíslas completamente de amigos y familia, no eres la misma que eras, no tienes la chispa que tenías, no eres tú, defiendes lo indefendible, te pueden decir algo de él que lo defiendes a muerte y te pones de parte de él por culpa de la dependencia que tenemos, por el miedo y por la culpa". Montse destacaba que una no sabe que es víctima hasta que está fuera y que requiere de un apoyo psicosocial para asumirlo, en muchas ocasiones.
Una vez deciden dar el paso se encuentran en una situación de absoluta vulnerabilidad ya que, en muchos casos, el aislamiento al que les ha sometido el maltratador provoca su exclusión social. Sin dinero y sin trabajo estas mujeres optan, en muchos casos, por seguir con su maltratados por pura dependencia pero hay salidas y en Gipuzkoa cuentan con el programa Incorpora de la Cruz Roja.
En GKN hablábamos sobre ello con Ángela Pino, Técnica de Inserción socio-laboral de Cruz Roja Gipuzkoa, Pino nos explicaba que el 20% de las mujeres en riesgo de exclusión social que participan en el programa son víctimas de violencia de género. "Muchas de ellas al casarse dejan de trabajar, se dedican al cuidado de los hijos y de la casa y cuando se ven inmersas en esa situación de violencia ven que no tienen nada y que están muy alejadas del mercado laboral" es por eso que en Incorpora trabajan el empoderamiento femenino mediante talleres antes de emprender la búsqueda de trabajo.
Aunque antes de nada viene la prevención y más aún teniendo en cuenta que la violencia machista cada vez se ejerce a una edad más temprana. Las redes sociales y las nuevas tecnologías se han vuelto una herramienta para el control. "La confianza es la excusa" nos decía en Onda Vasca Mikel Cerezo, educador social de Orain Prebentzioa. Cerezo destacaba que muchas parejas utilizan el argumento de "Si no tienes nada que ocultar, ¿Qué más da que tenga tus contraseñas?" y que es difícil hacer ver a los adolescentes que eso no es así y que se está cometiendo un delito. "Hay jóvenes que para controlar a sus parejas utilizan aplicaciones espías, así conocen las claves y tienen pantallas espejo para ver lo que sus parejas escriben y hacen".
Es por eso necesario visibilizar esta lacra, hoy, 25 de noviembre, y Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres aunque el trabajo hay que realizarlo todos los días del año.