Entre los fondos dedicados al noveno arte que actualmente se guardan en el Archivo Histórico Provincial de Oñati se pueden topar con ejemplares de la revista infantil Pan-Pin, que se editó a mediados del siglo pasado. En sus páginas, como esta que acompaña a estas líneas, encontrarán a simpáticos personajes que seguro que le sonarán de algo. Efectivamente, son los intrépidos detectives surgidos de la imaginación de Francisco Ibañez, que en este caso fueron traídos al euskera con los nombres de Txorizo y Txistorra.
En 1960, Pan-Pin se comenzó a distribuir como suplemento de la revista eclesiástica Zeruko Argia y por sus páginas pasaron varios de los iconos de la editorial Bruguera, eso sí, hablando en euskera. Otra de las historietas que editó esta publicación fue Juan Petrikilo, que fue como se bautizó al Doctor Cataplasma, creada por Martz Schmidt; mientras que los revoltosos Zipi y Zape imaginados por Escobar obtuvieron otro nombre para Pan-Pin: Patxi y Peru. La idea de impulsar una revista fue del euskaltzain de honor Joseph Camino, un sacerdote de Iparralde que veía la necesidad de que el noveno arte también hablase euskera.