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Moteras alavesas, con los pies por delante

Subirse a sus motos custom, arrancarlas y echarlas a rodar es una sensación que hace vibrar a este grupo de moteras que sueña con que haya más mujeres en la carretera compartiendo una pasión que engancha
Moteras alavesas
Moteras alavesas

En 1916, dos hermanas, Augusta y Adeline Van Buren se convirtieron en las primeras mujeres en cruzar los Estados Unidos, cada una sentada en su motocicleta Indian Power Plus 1000. Recorrieron 9.00 kilómetros, subieron, además con sus motos, a Pikes Peak, a más de 4.000 metros, siendo las primeras mujeres en llegar a la cima de esa montaña con un vehículo a motor.

Y todo ello con un propósito: demostrar al gobierno que las mujeres también podían ser útiles para ayudar en la 1ª Guerra Mundial. Pese a su logro, sus solicitudes para ejercer de mensajeras motorizadas para el ejército fueron rechazadas. Sin embargo, su acción sí que sirvió para que muchas otras mujeres se sintieran identificadas con ellas y su lucha.

Sally Halterman consiguió el 15 de septiembre de 1937 una licencia oficial de conducir motocicletas, convirtiéndose en la primera mujer que lo lograba. Conseguirlo le costó casi diez años. Lo había intentado desde 1928 y siempre la habían suspendido con pretextos difícilmente creíbles. Finalmente logró su carnet, aunque tuvo que amenazar al funcionario de turno con demandarle.

Halterman, las hermanas Van Buren y algunas otras más, abrieron el camino para que mujeres como Udane Sánchez, Laura Fernández, Virginia Ruiz de Egino y Vanessa Resa puedan hoy subirse a lomos de sus máquinas de dos ruedas y disfruten de una pasión que, además, les une, como su gusto por las motos custom, ese estilo que aparece en los años 40 y cuyas características se reflejan en las Harley Davidson, Indian o Triumph.

Macbor Rockster 125. “Me enseñó a andar en moto mi marido Rubén y, pese a los nervios, me enganchó tanto que ahora solo pienso en tener ni carnet para poder montarme en la Indian Bobber Scout 1200 que me está esperando en el garaje”. Laura Fernández

Las motivaciones para llegar a este mundillo y sacarse el carnet que permite conducir las motos que a ellas les gustan han sido diversas. Alguna es la 5º generación de motoristas en su casa, un regalo de cumpleaños en forma de vuelta en Harley le trajo a una de ellas una pareja y unas ganas locas de llevar su propia máquina, a otra le había llamado mucho la atención siempre y desde que aprendió a manejarla ya no hay plan que pase por su cabeza que no lleve incluida montarse en su moto y la afición le ha pegado tan fuerte a otra que ya tiene una nueva moto esperando a que tenga su carnet en la mano, lo que llevará aparejada la retirada de la 125 cc que maneja ahora.

Harley Davidson Sportster Iron 883. “Las vacaciones que hice, la Transpirenaica, las recuerdo con especial cariño, aunque hay muchos planes, muchos momentos... ¡y otros que vendrán!”. Udane Sánchez

Romper estereotipos

Pese a que han pasado muchos años desde que las mujeres dieron sus primeros pasos para no ser mal vistas por llevar una moto, hoy en día siguen siendo minoría en la carretera. Es habitual que vayan de paquete, que protagonicen pósters y calendarios, pero cuando algunas de ellas dieron un paso al frente y crearon el primer club de mujeres moteras de Euskadi se toparon con las reticencias, pocas facilidades y acabaron desistiendo, aunque por sus cabezas ya ronda la idea de organizar “salidas de mujeres, de juntarse, de hacer grupo para que otras se animen y seamos cada vez más en la carretera”, señalan mientras destacan que “cuando vas en carretera y ves a otra chica en una moto, sabes que ambas estamos sintiendo lo mismo y no puedes evitar sonreír”.

Harley-Davidson Sportster 883. “Dos recuerdos que me vienen a la cabeza: la primera vez que me monté con Gorka, mi pareja, y disfruté de un paseo sin tener miedo y cuando monté en mi propia moto. ¡Me puse a llorar porque estaba cumpliendo un sueño!” Virginia Ruiz de Eguino

Otro de los aspectos sobre los que ponen el foco es en la falta de ropa adecuada para salir a la carretera. “Hay mucho modelito sexy que responde al papel que se le ha dado a la mujer en este ámbito durante mucho tiempo: el de acompañantes floreros, pero eso no es seguro para conducir una moto, no está pensado para proteger y acabamos con prendas y tallas de hombres que tampoco son cómodas”, aseguran.

Vulcan 900. “Podría escribir un libro de recuerdos y sensaciones: la primera curva con la 125 que no había forma de que entrase en los dos carriles, con subida a la acera y caída al suelo incluida; la primera vez que te saludan en carretera como motera...” Vanessa Resa

Pese a estas incomodidades, lo que les aporta este mundo lo supera con creces y confían en que las cosas vayan cambiando. “La sensación de subirse a la moto, conducirla con los pies por delante, sintiendo el aire en la caras es brutal. Es un estilo de vida que engancha”, apuntan Virginia y Vanessa. A su lado Udane y Laura no se olvidan de destacar la seguridad con una máxima a la hora de conducir. “Sin miedo, pero con respecto”, porque conocen también los peligros de la carretera. Y es cuando Virginia destaca que ellas tienen “motos de llegar, no de correr”. Llegan disfrutando del camino, bonita filosofía.

2022-09-02T07:15:03+02:00
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