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“Mucha gente va a seguir comprando la flor si no se la da el médico porque es lo que le quita las náuseas o el dolor”

Ekaitz Agirregoitia
Ekaitz Agirregoitia

Doctor en Biología por la UPV/EHU y vocal de la Junta directiva del Observatorio Español de Cannabis Medicinal, Ekaitz Agirregoitia asesora a pacientes que, como él, lo consumen.

¿Por qué comenzó a usar el cannabis con fines terapéuticos?

—Tenía una colitis ulcerosa y, como investigaba en el laboratorio con cannabis y había leído que funcionaba para procesos inflamatorios, lo empecé a utilizar en el año 2015.

¿Qué beneficios le reportó?

—Empecé a absorber mejor la comida porque cogí 10 kilos, que en esta enfermedad es difícil, e iba mucho menos al baño. Seguía teniendo brotes con la enfermedad, pero eran más espaciados y me sentía mejor.

¿Sufrió algún efecto secundario?

—Sí, el cannabis tiene efectos secundarios. En esa época tomaba cannabis que tenía CBD y THC. El CBD no es psicoactivo, pero el THC sí y tuve algún proceso aislado, porque controlaba mucho lo que tomaba, de lo que llaman el colocón. No me gustó porque no he fumado nunca.

¿De qué forma se lo administraba?

—Yo utilicé el cannabis en esa situación, pero la enfermedad sigue adelante por mucho que tú estés quitando los síntomas. Yo eso lo sabía y seguía con mis tratamientos médicos. Al final derivó en un tumor y unas operaciones, me tuvieron que dar quimioterapia y lo utilicé también para quitar las náuseas. Las dos formas en las que lo he tomado han sido en aceites para algo más duradero en el tiempo, como fue la colitis, y que poco a poco fue haciendo su efecto, y luego para las náuseas utilizaba el cannabis vaporizado. Existen unos vaporizadores con los que puedes controlar la temperatura. Cuando fumas el producto coge mil grados y empiezas a tener bencenos y ciertos tóxicos que no quieres. Con la vaporización son unos 200 grados. Eso sería para un proceso agudo, como una náusea, ganas de vomitar o un dolor fuerte.

¿En aceite se ingiere?

—Echas unas gotas sublinguales, calculando cuál va a ser la concentración o los miligramos que necesitas, y así es como tomas el aceite.

¿Para qué otras patologías está recomendado su consumo?

—Para las náuseas, sobre todo derivadas de la quimioterapia, va muy bien. De hecho, los primeros medicamentos que se hicieron a base de cannabis en Estados Unidos fueron para paliar las náuseas. Para lo que más se está utilizando hoy en día es para las epilepsias refractarias de niños a los que no les hacen efecto otros medicamentos. Se está viendo que el CBD es capaz de revertir esas epilepsias. Las personas que tienen esclerosis múltiple tienen espasticidad, movimientos involuntarios que suelen ser dolorosos. Para eso también va muy bien. En España hay dos medicamentos que se utilizan: Sativex para la espasticidad de la esclerosis múltiple y Epidiolex para las epilepsias refractarias. Lo que pasa es que los médicos no los conocen y es difícil llegar a ellos, pero con la regulación será más sencillo. También se usa para el dolor crónico y neuropático.

Habrá enfermedades que no estén contempladas en la regulación.

—En países como Israel o Canadá se está utilizando para colitis o glaucoma, pero aquí no han incluido los procesos inflamatorios. Lo que sí han incluido son las náuseas. Es muy interesante para pacientes con procesos de quimioterapia o con sida que dejan de tener apetito, ya que el THC abre mucho el apetito.

¿Qué pasará con los pacientes a los que no se les pueda recetar?

—El empeño en que se regule es porque los pacientes, aunque no se regule, lo vamos a seguir utilizando. Al final abocas al paciente a tener que ir al mercado negro, donde no sabes ni qué calidad ni qué cantidad de THC o CBD tiene ese cannabis. Lo interesante es que los médicos lo tengan no tanto como medicamento de base, pero sí como alternativa. Como segunda o tercera línea, sobre todo cuando no funciona un medicamento. Un poco como pasa con los opiáceos, que nunca te los dan de primeras.

¿Cuál es el mayor avance que conllevará la regulación de su uso?

—El simple hecho de que se vaya a regular es un avance. Era extraño que en España no hubiera una regulación cuando en los países del entorno la hay hace muchos años. Lo bueno es que parece ser que cualquier médico va a poder prescribirlo y que cualquier farmacia lo pueda dispensar, porque al principio hubo un debate sobre que fuera solo en farmacia hospitalaria y es gente que tiene mucho dolor. Además, los farmacéuticos van a poder hacer fórmulas magistrales.

¿Qué se ha quedado en el tintero?

—El aceite sí que lo van a regular, pero estaban muy a regañadientes con el tema de la flor porque sigue sonando a que la gente se lo va a fumar. En la regulación aparece que van a ser casos experimentales, pero nos parece que eso es poco. Hay mucha gente que va a seguir yendo a comprárselo si no se la da el médico porque es lo que le quita las náuseas o el dolor agudo que tienen y son los pacientes que más están sufriendo. Eso se puede quedar un poco corto si no lo regulan bien y también se ha quedado en el tintero el autocultivo. Hay países donde con unas licencias y para gente muy concreta funciona muy bien, pero aquí ese debate ni se ha dado.

2022-08-20T19:25:03+02:00
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