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"Muchas familias tienen miedo de que si se les habla de sexualidad a sus criaturas, vayan a empezar a tener curiosidad"

La experta advierte de que no se puede pretender que "el profesorado, por el mero hecho de serlo, tenga los conocimientos y herramientas necesarias para hacer esta labor"
La sexóloga Maider García de Vicuña.
La sexóloga Maider García de Vicuña. / Pilar Barco

El incremento de las agresiones sexuales entre jóvenes y el consumo de pornografía ‘mainstream’ violenta a edades cada vez más tempranas han vuelto a colocar la educación sexual en ojo del huracán. Los últimos meses estamos asistiendo a un desfile de autoridades, de uno y otro signo político, apelando a la necesidad abordar esta cuestión sin que, por el momento, esa preocupación se haya traducido en alguna medida sustantiva que cambie el statu quo de la educación sexual en el sistema educativo. Esto es, un contenido presente en el Currículum oficial desde hace muchos años, pero que no está reglado y cuya impartición depende de la voluntad de las direcciones y de las Ampa. La sexóloga de Emaize Maider García de Vicula aporta algunas de las claves de un debate con muchas aristas.

La protección del menor frente a la pornografía ha saltado a primera línea de la opinión pública. Y, como siempre sucede cuando hay menores de por medio, las miradas se han posado en la escuela. ¿La educación sexual es responsabilidad exclusiva de la escuela?

No, la responsabilidad de la Educación Sexual Integral es compartida. Es evidente que la escuela y la familia son los agentes principales, pero todas y todos transmitimos estereotipos, valores, creencias…por lo que es imprescindible hacer una reflexión personal y colectiva para ser conscientes de lo que transmitimos y de qué cambiar para educar en una sexualidad positiva.

 

¿De dónde toma la chavalería su educación sexual?

De todas partes. Las criaturas aprenden de todo lo que pasa a su alrededor, de lo que se dice y de lo que callamos, de lo que ven y de lo que disimulamos quienes estamos en su día a día, de los libros, la tele, las redes sociales... La curiosidad y la necesidad de saber es algo intrínseco al ser humano, y como seres sexuados que somos desde que nacemos, la curiosidad sobre la sexualidad es un hecho. Si estamos en disposición de ofrecerles información, respuestas y sobre todo una buena acogida a lo que necesitan, sin juzgar, podremos hacer una buena educación sexual. Si no nos encuentran, beben de otras fuentes y muchas veces no encuentran agua limpia.

No deja de sorprenderme que mucha gente se haya rasgado las vestiduras sobre la deficiente educación sexual de la juventud y del grado de penetración del porno a edades cada vez más tempranas, vinculada al aumento de las agresiones sexuales. Porque si no me equivoco, la educación sexual forma parte del currículum vasco desde hace décadas. Eso sí, no cómo asignatura. ¿Cree que ha llegado el momento de dar ese paso?

Sin duda la Educación Sexual Integral tiene que estar presente en la escuela durante la infancia y juventud de manera estable y hecha con todos los recursos necesarios. Si se pretende acompañar a las personas, no sólo en adquirir conocimientos, si no en su desarrollo personal, hay que educar su dimensión sexuada y la escuela tiene un papel fundamental. La Educación Sexual Integral tiene que tener una presencia real, y no anecdótica, en la vida de todas las criaturas.

¿Y qué opina que se reabra este debate por el consumo de porno temprano?

Creo que no podemos responsabilizar sólo a la escuela de que el consumo de porno haya aumentado, puesto que educamos como sociedad, cada cual y de manera colectiva, y no les estamos ofreciendo lo que necesitan, por lo que para satisfacer sus curiosidades recurren a internet, también los hacemos las personas adultas, y si nadie les ha acompañado en este tema hasta ahora, no sabrán que lo que encuentran no es la realidad. Al porno lo encontrarán antes o después, quieran o no quieran, démosles herramientas para hacerle frente desde el pensamiento crítico. Como dice María Rodríguez, lo ideal es que el filtro, además de en los dispositivos, esté en el cerebro. No podemos engañarnos, aún haciendo todos los esfuerzos para limitar el acceso, es competir contra una de las industrias más potentes del mundo.

 

También preocupa el aumento de las agresiones sexuales.

Creo que nos estamos equivocando culpando de las agresiones sexuales al porno. No hay duda de que puede ser un factor determinante, pero el respeto, la igualdad entre sexos, la diversidad de cuerpos, el deseo, los placeres, la no-violencia, la necesidad de consenso, la empatía, el cuidado…deberían estar presentes en la educación desde el nacimiento. Es imprescindible hablar de toda la dimensión positiva de la sexualidad para hacer una prevención real, si nos quedamos sólo en los riesgos y los miedos, la estrategia no funciona.

 

Educación sexual; ¿debería ser obligatoria u optativa?

En mi opinión el conocimiento de la sexualidad debe ser obligatorio, puesto que todas las personas somos sexuadas, y debe ser tratado por personal con una base de conocimiento sólida. No podemos pretender que el profesorado, por el mero hecho de serlo, tenga los conocimientos y herramientas necesarias para hacer esta labor. La formación de las personas adultas es imprescindible, ya que educamos consciente e inconscientemente, hagámoslo lo mejor posible.

 

¿De qué hablamos cuando se habla de educación afectiva y sexual? ¿De ETS, embarazos, VIH, se diversidad sexual, de identidades de género, de erotismo; de todo a la vez, de una parte sólo?

La Educación Sexual Integral, como su nombre indica, comprende la sexualidad humana en su totalidad. Cuerpos, su anatomía y fisiología, pieles y no sólo genitales, emociones, maneras de ser y expresarse, deseos, placeres, vínculos, cuidados propios y al vincularnos, diversidad, respeto, consenso…La Educación Sexual es un derecho sexual reconocido por la OMS. El objetivo es que las personas se conozcan, se acepten y se expresen de manera positiva, va mucho más allá de la mera prevención, busca el bienestar.

 

¿Cómo se enseñan ahora educación sexual en las aulas?

Pues depende de dónde y quién lo haga. Como bien has dicho figura en el currículo, pero hasta ahora no se concreta qué, quién y cómo hay que hacerlo. Hay quien le llama educación sexual a hablar un día de reproducción o del uso del preservativo. Algo es algo, pero eso no es. Desde EMAIZE llevamos casi 3 décadas haciendo intervenciones en centros escolares y en el mejor de los casos tenemos 4 sesiones con cada grupo por curso. Para llevar a cabo estas intervenciones los centros no cuentan con financiación directa, tienen que buscarse la vida y eso dificulta todo. A día de hoy depende del interés y esfuerzo que estén dispuestas a hacer las direcciones de centros y las Ampas.

 

Al ser unos contenidos voluntarios para los centros, todo queda en manos de lo que la dirección o el claustro disponga. No hay un currículum oficial del que poder tirar.

Eso es. De todas formas no es sólo cuestión de currículo, que evidentemente marcará una diferencia importante, si no de cómo vaya a llevarse a cabo eso que aparezca en él. Hace falta personal formado, tiempo, recursos, herramientas…Sí queremos hacerlo bien, hay que apostar fuerte.

 

¿Y cómo debería enfocarse e integrar en el Currículum Vasco la asignatura educación afectivo-sexual?

Debemos empezar por replantearnos la concepción de sexualidad y, por ende, de Educación Sexual que tenemos. Es la base para hacer algo que realmente consiga los objetivos. Creo que un primer paso para esto es contar para su elaboración con profesionales de la Sexología. A nadie se le ocurre dar primeros auxilios sin haber contado con profesionales de medicina.

 

¿Qué contenidos y metodología se aplicaría a cada edad?, ¿quién lo decidiría?

Como decía, creo que la experiencia profesional es básica para esto. La decisión dependerá de las instituciones, pero el planteamiento tiene que partir del conocimiento científico y profesional. Los contenidos y metodología deberán ser adecuados a las necesidades y curiosidades de cada edad y grupo, según los objetivos que se planteen previamente. Para detallar esto necesitaríamos varias entrevistas…

 

¿Quién debería impartir esta asignatura: profesionales de la sexología o docentes?

Creo que lo ideal es la implicación de ambos perfiles. Es fundamental que el profesorado se forme de una manera profunda para educar en el día a día, ya que son referentes esenciales, transmiten mucho y pueden aportar muchísimo en esto. Sin embargo, igual que yo puedo enseñar a sumar, pero no tengo la formación ni la sabiduría necesaria para ser profe de mates, una profe no es sexóloga aunque haga algunas formaciones. Creo que debería haber presencia profesional habitualmente, tanto para hacer algunas intervenciones con alumnado de manera periódica, como para ofrecer el asesoramiento necesario a la comunidad educativa.

 

Y aquí viene uno de los nudos gordianos del debate, como ha quedado demostrado con el PIN parental impuesto por VOX en las comunidades en las que gobierna. ¿Y la opinión de las familias?

Creo que la opinión de las familias es respetable, pero siento que está basada en el miedo. Muchas familias tienen miedo de que si se les habla de sexualidad a sus criaturas, vayan a empezar a tener curiosidad, pero la curiosidad ya la tienen y vemos continuamente a chavalería que no puede hablar en casa y busca en otras partes, sus familias piensan que no saben nada porque no les oyen. Creo que es hacer de avestruz, si no miro no veo…pero está ahí. Creen que si se les habla de orientación del deseo, haremos que cambie o que al hablar de esto, querrán tener relaciones eróticas. Está demostrado que una buena Educación Sexual canaliza la curiosidad de manera positiva basándose en el conocimiento. Que la orientación del deseo no depende de tu entorno (estar rodeado de heterosexuales no ha hecho desaparecer otras orientaciones) y educar sexualmente retrasa la edad de inicio en los juegos eróticos y disminuye los riesgos.

 

Salvando las distancias con el PIN parental, hace escasos días el Parlamento Vasco –con los votos a favor de PNV, PSE, EH-Bildu y Elkarrekin Podemos– abogó por dar continuidad con los programas de coeducación y las actividades extracurriculares relacionadas con este tema. Sin embargo, rechazaron implantar educación sexual como asignatura obligatoria. ¿Qué le parece?, ¿qué cree que subyace en esta negativa a convertir en asignatura la educación sexual?

No sé cual es la razón para no implantarla como asignatura. De todas maneras, aunque ese pueda ser el objetivo final, lo realmente importante es que lo que se apruebe se haga bien, con toda la formación y recursos necesarios, que no se quede en un papel, ni en manos del profesorado o de las ampas el poder llevarlo a cabo. Tiene que ser una apuesta firme para garantizar una buena Educación Sexual Integral y hay que poner todos los medios profesionales, técnicos, económicos…necesarios.

 

En Educación para la Ciudadanía, Educación Física o incluso en Religión se trasmiten multitud de valores que forman parte del currículum oficial como asignatura desde siempre. ¿Por qué con educación sexual hay tantas resistencias, cuando cada año son asesinadas cientos de mujeres, están creciendo de forma alarmante las agresiones sexuales o los delitos de odio contra colectivos LGTBI+, el machismo sigue siendo una realidad, por no hablar de los problemas de salud mental?

Tenemos resistencias porque es un tema tabú desde hace mucho tiempo y nos cuesta hincarle el diente, no sabemos cómo hacerlo, tenemos una visión de la sexualidad genitalista y práctica, no la entendemos como lo que soy, si no como lo que hago. La desvinculamos de los valores, de las emociones…Es el primer error a corregir. Y cuando nos animamos, lo hacemos desde los riesgos. Sólo vemos la parte negativa y de eso hacemos el todo. ¿Dónde dejamos la parte positiva, que es mucho mayor y es la que realmente previene de los riesgos? Afirmar que están subiendo las agresiones, los delitos de odio…es muy arriesgado, además de dificultarnos una visión amplia de lo que pasa. Es evidente que hay un problema y hay que hacer todo lo posible para atajarlo. La educación sexual, hecha desde su dimensión integral y positiva, colaborará en que estos problemas disminuyan, pero no son problemas que han surgido ahora. Los datos nos hablan de las denuncias, ahora se están denunciando actos y actitudes que antes callábamos. Cuanto más claros tengamos nuestros derechos, nuestros propios límites, el respeto que merecemos…antes detectaremos los riesgos.

 

¿Y los problemas de salud sexual?

En cuanto a la salud sexual, está íntimamente ligada a la salud mental, son parte de lo mismo, ya que en las dos se busca el bienestar. Dejar de separar a las personas en cachitos y entender que somos personas con muchos elementos y que esos elementos están interrelacionados, nos ayudará a entender que la Educación Sexual Integral trata de acompañar a las personas en su desarrollo físico, emocional y relacional. Vamos a reflexionar sobre qué es la sexualidad y para qué queremos educar en ella

 

¿Existe algún país de nuestro entorno en el que haya una asignatura obligatoria?

Sí, en Europa son más de 10 los países con asignatura incluida en las escuelas. En Finlandia, por ejemplo, se instauró en 1970. En algunos de ellos las familias pueden decidir sí se recibe o no. En otros está totalmente normalizado y no hay discusión, y en algunos se trabaja de manera transversal en otras asignaturas (Biología, Religión, Filosofía…) Aquí también nos estamos dando cuenta de su importancia, se están aprobando leyes estatales y autonómicas que llevan a ese objetivo. Ahora debemos dar pasos para hacerlo de manera positiva.

2024-02-19T07:03:03+01:00
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