“Muchas personas con enfermedad mental se ven como ciudadanos de segunda”

El 10 de octubre fue el Día Mundial de la Salud Mental. Por este motivo, desde la Unidad de Rehabilitación de Salud Mental de Navarra organizaron una exposición de arte abierta al público hasta el 31 de octubre. El proyecto se titula ‘Entre almas’ y está expuesto en el Civivox Jus La Rocha.

¿De dónde nació esta iniciativa y por qué es importante para el avance en salud mental?

Esta línea de trabajo comenzó en 2012, con un programa artístico al que titulamos Rompiendo barreras. Nuestra intención era dar visibilidad a la salud mental. Dentro de este programa surgió la oportunidad de crear Entre almas, un proyecto en el que, a diferencia de otros años en los que también se llevaban a cabo talleres y charlas, ahora se ha brindado la oportunidad de exponer a distintos artistas que están siendo atendidos en la clínica. Esta es una exposición distinta en la que hemos querido mostrar el alma creativa de las personas. Queremos erradicar la discriminación asociada a los trastornos mentales utilizando el arte como medio de expresión. Este proyecto hace presente la realidad de personas con problemas de salud mental a través de actividades creativas.

El resultado de esta exposición ha sido satisfactorio. ¿Volverá a repetirse este proyecto el próximo año?

Desde luego. A nosotras nos ha impactado ver tantas almas distintas y que, a pesar de las diferencias de cada uno, las cosas empasten perfectamente unas con otras. La exposición está muy bien hilada. Todo es diferente pero está bien armonizado. Esto nos lleva a una metáfora respecto al ser humano y a la sociedad: no somos personas “satélites”, es decir, no somos personas fuera de lugar, sino que todos y cada uno de nosotros formamos parte de la sociedad.

¿Qué es exactamente la Unidad de Rehabilitación de Salud Mental? ¿En qué consiste y cuál es su finalidad?

La Unidad de Rehabilitación de Salud Mental es un centro que se enmarca dentro de la red de Salud Mental de Navarra. Es el único centro sanitario de rehabilitación de salud mental en toda Navarra, por ese motivo viene pacientes de todos los lugares de la Comunidad Foral.

Nosotros ofrecemos tres programas diferentes. Hay personas que se quedan a dormir en el centro todos los días, y para ello disponemos de 16 camas. Hay otros que viven en la clínica de lunes a viernes y los fines de semana se van a sus respectivos hogares, y son 12 las camas que tenemos disponibles para ellos. Y ya, por último, hay 32 plazas para el programa de día. En total, podríamos tener a 60 usuarios alojándose en el centro.

Nosotros lo que hacemos es trabajar para mejorar el funcionamiento de las personas. Queremos mejorar la calidad de vida y evitar las recaídas que, por desgracia, son frecuentes. Trabajamos con los pacientes en todas las áreas de su vida; fundamentalmente nos esforzamos en que estén en sus casas lo mejor posible, así como mejorar sus habilidades y su interacción social.

¿Cuál es el problema más común que intentan resolver en el centro de Rehabilitación de Salud Mental?

Hay muchos pacientes que tienen muy baja la autoestima. Nosotros hacemos hincapié en el proceso de recuperación de cada persona para que esa autoestima mejore. Muchas personas con enfermedades mentales tienden a verse como ciudadanos de segunda y se cuestionan su rol o su valía en la sociedad, y ellos se merecen bienestar y saber que aquí todo el mundo es igual de válido.

Se están publicando muchos estudios sobre la pandemia de la covid-19 y la repercusión que ha tenido en la salud mental. En concreto, hay datos que demuestran que la salud mental ha empeorado estos últimos años, especialmente en adolescentes. ¿Qué perspectiva tienen?

La pandemia ha sido muy difícil, nos ha puesto a prueba a todos. En general, la salud mental ha empeorado, y esto puede verse en el incremento de pacientes en centros de salud mental. Hay colectivos especialmente vulnerables, como los niños o adolescentes. Estaban en pleno desarrollo y de pronto eso se paralizó con la pandemia. La covid-19 ha hecho mucho daño. Además, muchas personas con problemas mentales se vieron obligadas a aislarse y eso no contribuyó a una mejora en sus respectivos procesos.