Esta mañana ha fallecido en Cascante Ángeles Álava Jiménez, la persona más longeva de Navarra con 111 años de edad. Nacida el 3 de agosto de 1910 vivía con una de sus hijas, Carmen Huete (87 años), y durante toda su vida se mostró muy rehacia a abandonar su localidad natal.
El pasado mes de agosto, durante la celebración de su cumpleaños, sorprendida ante tantas visitas preguntó a su hija que por qué había ido tanta gente a felicitarla, "tú tienes la culpa por vivir tanto", "ya tienes razón ya". Ambas vivían juntas desde que las dos enviudaron, y Ángeles contaba en su familia con dos hijas, 7 nietos y nietas, otros 7 biznietos y 2 tataranietos.
La que era la abuela de Navarra se quedó ciega a los 97 años. "Tanto ganchillo de labor hizo que se le quemó el ojo. Se hacía la grande, 'que yo puedo sin gafas', y luego lo pagó", narraba su hija. Del otro ojo perdió un 80% de visión por el sarampión. Su día a día era muy sencillo. Por la mañana Ángeles se marchaba al aula de respiro de Cruz Roja. Allí pintaba, hacía gimnasia en lo que podía y jugaba a la rana. "Raro es el día que no trae algún premio", decía la hija Carmen. Después comía en casa "un huevo frito y caracoles son el mejor manjar que le puedes dar" y a ver Sálvame.
A las 6 rezaba y se metía ya en la cama. Ángeles Álava era parca en palabras y casi solo intervenía si se le preguntaba. Hoy deja un vacío en Cascante, localidad que estaba orgullosa de tener a la persona más longeva de todo Navarra. El funeral y entierro se celebrará mañana en la parroquia de la Asunción, si bien no habrá recibimiento en el tanatorio por la situación actual de pandemia.