En ningún caso habría que perder de vista su labor como promotor cultural que le llevó, por ejemplo, a ser responsable de la Semana de Música Antigua de Álava o director del Teatro Principal tras su reforma a principios de los años 90 del siglo pasado. Pero esas y otras ocupaciones profesionales parecen quedar a un lado teniendo en cuenta que durante 40 ediciones, Iñaki Añúa lo fue todo en el Festival de Jazz de Vitoria hasta convertirlo en una referencia internacional. Ese legado quedará para siempre. Pero la cultura alavesa ya ha perdido a la persona.
A sus 79 años de edad, a su delicada salud se le han añadido las consecuencias de la situación sanitaria actual. Pero frente al silencio, queda para siempre el recuerdo de quien, tras recibir el encargo de tomar las riendas del festival y mirar si era posible llevarlo a otro nivel, convirtió a Vitoria en un escenario único y referencial. Ella Fitzgerald, Miles Davis, Oscar Peterson, Jaco Pastorius, Sarah Vaughan, Ornette Coleman, Sonny Rollins, Chick Corea, Herbie Hancock, Wynton Marsalis, Marcus Miller, Pat Metheny, Bobby McFerrin, Wayne Shorter, John Scofield, Dave Holland, Paco de Lucía, Brad Mehldau, Steps Ahead, Enrique Morente, Cassandra Wilson, Ron Carter, Jamie Cullum... la lista es interminable.
Con emoción, Añúa se despidió del público en julio de 2018. Entre los espectadores puesto en pie, entre miles de aplausos, ante la emoción de Elena y Jasone –sus mejores aliadas siempre–, el gestor cultural se despidió de su festival y de unos escenarios en los que, tampoco hay que ocultarlo, hubo sus dimes y diretes. También gracias a ese genio se consiguieron muchas cosas. Las cosas nunca son solo para bien o solo para mal, y no siempre hay que ser el amigo de todo el mundo o el que mejor cae en la sala.
Prestigio de ciudad
La herencia musical, y también de prestigio de una ciudad en su vinculación con un evento concreto, es la gran huella que deja Iñaki Añúa en lo profesional. Eso es algo que nadie va a poder borrar ni minusvalorar. Y si lo hace, se equivoca por completo. En lo personal se podrían contar muchas anécdotas, seguro. Pero queda en la memoria esa sonrisa que acompañaba siempre cualquier conversación tranquila, si era delante de mesa bien surtida, mejor. Agur Iñaki Añúa.