Massimo Stecchini, pareja de la actriz y cantante Pepa Flores, más conocida como 'Marisol', ha muerto en la madrugada del pasado domingo por un infarto en su vivienda en Málaga. El italiano, que también era reconocido por ser gerente de la pizzería ‘El Trastevere’, ha sido pareja de la artista desde hace 35 años. Igualmente, siempre se ha caracterizado por ser el apoyo de Pepa Flores en todos y cada uno de los momentos más relevantes de su vida.
La inesperada muerte del marido de Marisol ha supuesto un gran disgusto en su entorno. Siempre tuvo un papel discreto y poco mediático, especialmente desde que al artista se retirase de la actividad pública allá por 1985. Desde entonces, siempre ha apoyado incondicionalmente a Pepa Flores, ejerciendo como su portavoz tras la decisión de esta de mantenerse alejada de los focos. De hecho, no quiso recibir en persona el Goya de Honor entregado por la Academia de Cine de España en una gala celebrada en 2020. Fueron sus tres hijas, María, Tamara y Celia, quienes recogieron el galardón en su nombre.
Asimismo, Massimo Stecchini ha sido el principal defensor de la privacidad de Marisol ante las constantes preguntas e intentos de fotografía por parte de los medios de comunicación. El italiano también tenía por costumbre rechazar amablemente las numerosas propuestas profesionales. Es más, Stecchini era propietario de la pizzería ‘El Trastevere’, uno de los primeros establecimientos de comida italiana en Málaga, el cual estos últimos años ha recibido multitud de dedicatorias y regalos para Marisol.
Toda una vida juntos
Massimo Stecchini se convirtió en un pilar fundamental para Marisol después de que esta se divorciara del bailarín Antonio Gades. Con la vuelta de la artista a su Málaga natal, y en compañía de su familia y amigos, se centró por completo en sus tres hijas, María, Tamara y Celia. El italiano siempre fue un amigo especial para ella y jamás dejó de arroparla, hasta que, con el paso del tiempo, los dos formaron una pareja estable y consolidada.
Además de su piso, ubicado en la zona de La Malagueta, ambos compartían una finca cerca del municipio del Moclinejo. Cabe mencionar que el primer encuentro de los dos se remonta a la década de los 60, cuando, una joven Marisol volvía a Málaga tras el éxito de una de sus películas, se hizo una foto con un niño en sus brazos. Lo que no imaginaba la artista es que, al cabo de unos años, este sería su inseparable compañero sentimental.