Hay animales que pasan a la historia y cuyos nombres recordamos porque en algún momento gozaron de popularidad, como la perra Laika, que fue el primer animal en viajar al espacio; el pulpo Paul, que predecía los resultados de la selección alemana de fútbol, Copito de Nieve, el único gorila albino del mundo; la marmota Phil, anunciadora de la llegada de la primavera; o las televisivas Lassie, la perra que protagonizó la serie del mismo nombre, y Chita, la mona que acompañaba en las películas a Tarzán.
Entre esos animales ilustres bien podría incluirse a Pigcasso, una cerda artista que ha fallecido recientemente con ocho años de edad tras deteriorarse su estado de salud en los últimos meses de 2023. Padecía artritis reumatoide crónica, tenía parte de la columna calcificada y sus dos patas traseras prácticamente habían quedado inservibles, algo que su dueña, Joanne Lefson, achaca a las manipulaciones y modificaciones a las que se somete hoy en día a los animales de granja en las granjas industriales.
Rescatada de una granja industrial
Pigcasso, cuyo nombre viene de la unión de ‘Pig’ (cerdo en inglés) y Picasso (el genial pintor malagueño), ha sido la artista no humana más conocida de la historia. Pintaba cuadros con el hocico, obras que salieron a la venta y con las que se llegó a obtener más de un millón de dólares. Entre sus compradores más conocidos están el tenista español Rafael Nadal y la primatóloga británica Jane Goodall, que decidieron guardar un espacio de sus casas para una de sus obras. La cerda fue rescatada en mayo de 2016 por Lefson de una granja industrial desde la que iba a partir en breve al matadero cuando apenas había cumplido cuatro semanas de vida.
Desde entonces y hasta su fallecimiento ha llevado una vida apacible en Farm Sanctuary SA, una fundación sin ánimo de lucro que proporciona una nueva oportunidad a animales rescatados en la localidad sudafricana de Franschhoek. Una granja que se mantiene en buena parte con el dinero de las obras vendidas de Pigcasso y que continuará con su labor pese a la muerte de su animal más inspirador.
El cuadro más caro pintado por un animal
Lefson, cuyo objetivo con el santuario es que la gente reconsidere la presencia de animales en su dieta, nunca obligó a la cerda a pintar, pero un día le puso un pincel en la boca y vio cómo lo manejaba con su hocico y dibujaba trazos en un lienzo en blanco en su pesebre. A partir de ahí, observando su destreza y lo que disfrutaba el animal, decidió facilitarle los materiales para pintar y popularizar sus obras para sacarles rendimiento. De hecho, un coleccionista alemán llegó a pagar 25.000 dólares, la mayor cantidad pagada en la historia por una obra hecha por un animal, por el cuadro Wild and free (Salvaje y libre).
Además, participó en exposiciones en Sudáfrica, China, Reino Unido, Países Bajos, Francia y Alemania e incluso llegó a realizar un dibujo como encargo para la esfera de un reloj de edición limitada de la marca Swatch.
Emotiva despedida de su dueña
En la cuenta de Instagram de Pigcasso, que cuenta con más de 111.000 seguidores, su dueña ha querido despedirse de ella con un post muy emotivo. “Querida Pigcasso. Desde el matadero hasta el artista animal más consumado del mundo en la historia, tu vida fue simplemente extraordinaria. Tu vida marcó la diferencia en el mundo (...). Inspiraste a millones de personas a reconocer a los animales de granja como los individuos sintientes que son, cada uno digno de nuestra empatía y compasión. Sigo siendo muy afortunada de haber colaborado con el individuo inteligente, gentil, creativo y extraordinario que fuiste (...). Menos carne. Más arte. ¡Oink on, Pigcasso!”, ha escrito.