Un alto comandante del principal grupo talibán pakistaní Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP) falleció el pasado domingo junto con otros tres asistentes en el vecino Afganistán, un incidente que podría poner en peligro el cese de hostilidades firmado con el Gobierno de Pakistán para establecer la paz en el país.
Abdul Wali, conocido como Omar Khalid Khurasani, viajaba el domingo por la noche por la provincia fronteriza de Paktika, en el sureste de Afganistán, cuando su vehículo impactó contra un artefacto explosivo improvisado.
El portavoz de TTP Mohammad Khurasani, confirmó anoche a Efe la muerte del alto comandante, sin aportar más detalles.
Se presume que otros dos altos líderes de la formación, Mufti Hassan Swati y Hafiz Dawlat Khan, también habrían murieron en el mismo incidente, según informan varios medios locales.
Khurasani tenía una recompensa de 3 millones de dólares y era considerado un líder de línea dura del TTP.
Por el momento, ningún grupo u organización terrorista se atribuyó la responsabilidad de este ataque, que podría hacer tambalear las conversaciones de paz que llevan meses negociando el Gobierno de Pakistán y el TTP bajo la mediación de los talibanes en Kabul.
Ambas facciones acordaron el pasado noviembre un alto el fuego de un mes con el anterior gobierno del primer ministro Imran Khan en un intento por acercar posturas, pero pasada la fecha los talibanes decidieron unilateralmente no extender el cese de hostilidades, acusando a Islamabad de no respetar el entendimiento alcanzado entre ambos.
Sin embargo, durante el mes de Ramadán, se decidió otro alto el fuego que sigue en vigor, mientras avanzan las negociaciones con el actual gobierno del primer ministro Shehbaz Sharif.
En los últimos meses se han celebrado varias reuniones entre el gobierno pakistaní y la dirección del TTP, en las que también han participado ancianos tribales y clérigos para establecer la paz en el país tras más de una década de conflicto.
El TTP es un paraguas de varios grupos armados tribales creado en 2007 que buscan imponer un Estado islámico en Pakistán y es aliado de los talibanes afganos, a los que guardan lealtad.
Desde su formación, el grupo ha llevado a cabo una brutal campaña de ataques terroristas en todo el país, matando a miles de personas, incluido un intento de asesinato de Malala Yousafzai en 2012. En 2014, con 17 años, la joven paquistaní recibiría el Premio Nobel de la Paz por su lucha a favor de la educación de las niñas.
La violencia terrorista disminuyó notablemente en Pakistán desde que el Ejército lanzó una operación en las zonas tribales del noroeste en junio de 2014, que más tarde amplió al resto del país, lo que debilitó al TTP.
Pero en los últimos meses han aumentado los ataques de nuevo, coincidiendo con la llegada al poder en Afganistán de los talibanes afganos, que tomaron el control de Kabul a mediados de agosto pasado.
RESPUESTA CON UN ATENTADO SUICIDA
Al menos cuatro militares del Ejército de Pakistán han muerto este martes en un atentado suicida con bomba perpetrado en la región de Waziristán del Norte horas después de que un alto mando de los talibán paquistaníes (TTP), Abdul Wali Mohmand, falleciera tras una explosión en suelo afgano, lo que ha puesto en peligro la frágil tregua entre Islamabad la milicia islamista.
El ataque ha tenido lugar contra un convoy en el que viajaban los militares en las inmediaciones de Mir Alí, en la provincia de Jíber Pajtunjwa, según han revelado fuentes cercanas al asunto al diario 'Dawn'.
Los servicios de Inteligencia paquistaníes han indicado en un comunicado que han abierto una serie de investigaciones para dilucidar los detalles en torno al atentado y sus autores intelectuales.
"El Ejército cuenta con la determinación de eliminar la amenaza terrorista y los sacrificios de nuestros soldados no quedarán en vano", recoge el texto. Los ataques contra las fuerzas de seguridad paquistaníes se han vuelto frecuentes en los últimos meses en la zona de Warizistán del Norte.
El atentado ha tenido lugar poco después de que el vehículo en el que viajaba el dirigente de los talibán paquistaníes, también conocido como Omar Jalid Jorasani, sufriera el impacto de una bomba en la provincia afgana de Paktika, cerca de la frontera con Pakistán.
El Gobierno de Estados Unidos ofrecía una recompensa de hasta 3 millones de dólares a cambio de información sobre el paradero de Jorasani, al que se considera un aliado clave de los difuntos líderes de Al Qaeda Usama bin Laden y Aiman al Zawahiri.
Los talibán paquistaníes operan desde territorio afgano desde que fueron expulsados por las Fuerzas Armadas de sus enclaves en las zonas fronterizas en el marco de una serie de operaciones militares llevadas a cabo desde 2014.
Sin embargo, por el momento ninguna organización o grupo ha reclamado la autoría del atentado. Las acciones de los talibán paquistaníes se han saldado con cerca de 80.000 paquistaníes muertos en dos décadas de violencia, según datos del Gobierno.