Un hombre de 74 años, José Antonio Labayen Saralegui, ha fallecido este miércoles en una explotación ganadera de Leitza tras sufrir una intoxicación mientras trabajaba, junto a su hijo, en el interior de una fosa de purines.
La sala de gestión de emergencias de SOS Navarra 112 ha recibido aviso del siniestro a las 11:36 de este miércoles y ha movilizado hasta el lugar de los hechos al equipo médico de guardia de Leitza, una ambulancia de soporte vital avanzado (medicalizada), una ambulancia de soporte vital básico, efectivos de bomberos del parque de Cordovilla (Pamplona), bomberos voluntarios de Leitza y una patrulla de Tráfico de la Policía Foral.
Barrio de Gorriztaran
El siniestro se ha producido en el caserío Arsotegieta del barrio Gorriztaran de la localidad, en el interior de una fosa de purines situada en una granja de ovejas –explotación del hijo del fallecido que cuenta con unas 300 cabezas–. Cuando han llegado los servicios de emergencia, han hallado ya el cuerpo de José Antonio Labayen Saralegui sin vida.
En el accidente ha resultado también intoxicado su hijo, que se llama José Antonio Labayen Gaztañaga y tiene 46 años. En su caso, ha conseguido salir de la fosa y alertar a SOS Navarra. El varón ha sido trasladado en la ambulancia medicalizada al Hospital Universitario de Navarra (HUN) con "pronóstico reservado".
El cuerpo del fallecido ha sido trasladado al Instituto Navarro de Medicina Legal, donde le iba a ser practicada la autopsia. Por su parte, efectivos de la brigada Judicial de la Policía Foral de Pamplona instruyen las diligencias del suceso.
Casado y con dos hijos
José Antonio Labayen Saralegui estaba casado con Inmaculada Gaztañaga y tenía un hijo (José Antonio) y una hija (Jaione).
Como ha destacado el alcalde de Leitza, David Anaut, el hijo del fallecido es "uno de los pocos que todavía viven del trabajo del caserío" en este municipio. Respecto al suceso, el primer edil ha señalado que "no sabemos qué ha ocurrido" y, por ello, no ha querido hacer valoraciones. No obstante, ha reconocido que la noticia del fallecimiento de José Antonio se ha extendido rápidamente por la localidad, dejando a todos sus habitantes "consternados".
En este sentido, ha indicado que es "una cosa muy trágica, muy dura, para la familia, para el entorno y para el pueblo, porque al final es una localidad de 3.000 habitantes, prácticamente nos conocemos todos y siempre tienes una red de relaciones que te pone cerca de la persona que ha fallecido, y es algo muy duro".
El alcalde, que ha dicho que se hace cargo de la situación que están viviendo en estos momentos la familia, quiso transmitirles "sus condolencias y darles el pésame, por supuesto en nombre del Ayuntamiento y también del pueblo entero". Y es que, como ha sostenido, "aunque Leitza tiene su industria, no deja de ser un pueblo de carácter rural. La gente sabe qué es el trabajo del caserío y siempre se vive de una manera más sensible. De cerca, se entiende bastante bien cuál es esa realidad y es una cosa muy dura".