Una niña de dos años y su madre de 37 han muerto este sábado por las heridas sufridas en el atropello masivo que se produjo el jueves en Múnich (sur de Alemania) y que las autoridades investigan como un posible atentado islamista, según informó la cadena regional Bayerischer Rundfunk.
Poco antes, el canciller alemán, Olaf Scholz, había acudido a depositar flores al lugar de los hechos, donde realizó un llamamiento a la unidad, e instó a que el autor sea castigado con "toda la dureza de la ley".
Una portavoz de la Oficina Central para el Combate del Extremismo y el Terrorismo de la Fiscalía de Múnich, Gabriele Tilmann, ha revelado que el atacante gritó "Allahu Akbar", "Alá es el más grande" tras el ataque y habría reconocido en el interrogatorio que fue un ataque intencionado.
Ya se investigan las conversaciones en las aplicaciones de mensajería instantánea del teléfono del detenido. "Sospechamos que el acto tiene motivos religiosos y se trata de un ataque contra el orden democrático básico libre", según ha indicado la Fiscalía Federal alemana en un comunicado emitido el viernes por la tarde en el que informa de que asume la investigación.