Cientos de personas han dado este miércoles el último adiós a Arancha, la joven de 27 años de Roales de Pan (Zamora) que el pasado lunes por la tarde murió por el ataque de unos perros de pastoreo que sufrió cuando paseaba por un camino de concentración que comunica la localidad con el pueblo vecino de La Hiniesta.
Los asistentes, entre los que se encontraban los padres de la joven, han llenado la iglesia parroquial de la Asunción de Roales del Pan, una localidad de un millar de habitantes ubicada a seis kilómetros de la capital zamorana.
La misa funeral y el posterior entierro del cuerpo sin vida de la joven se ha podido llevar a cabo este miércoles después de que en la tarde del martes se practicara la autopsia al cadáver.
El Seprona sigue buscando a uno de los perros
La víctima fue atacada por un grupo de perros de pastoreo de una ganadería de ovino del entorno entre los que había tres mastines adultos, un perro carea también adulto, dos cachorros de un mes de esa raza y otro carea de seis meses que huyó del lugar tras lo ocurrido y al que aún no se ha podido localizar.
El ganadero propietario de los perros, que está investigado por la Guardia Civil por un supuesto delito de homicidio por imprudencia, aún no ha sido puesto a disposición judicial aunque sí ha comparecido en la Comandancia de Zamora del instituto armado, donde se le citó para tomarle declaración y se acogió a su derecho a no hacerlo.
Aunque no existían denuncias por ataques previos de los perros que causaron la muerta a la joven a consecuencia de las mordeduras, fuentes de la investigación han confirmado a EFE que en el año 2016 se interpusieron dos denuncias contra el ganadero por incidentes con otros perros suyos.
Una de ellas fue porque uno de sus canes mordió y causó heridas al de otro propietario y la otra porque sus perros de entonces se habían abalanzado sobre un grupo de ciclistas, aunque ninguno de ellos había sufrido daños.