Las obras de la futura sede de la Policía local de Mungia y de la Mancomunidad avanzan a buen ritmo y la previsión municipal es que estén finalizadas para finales de 2023. Se trata de una infraestructura estratégica para el municipio, puesto que el objetivo del Ayuntamiento de Mungia es ofrecer “una calidad óptima en sus servicios y mejorar su accesibilidad”.
En concreto, dichos servicios públicos municipales se ubicarán en el antiguo ambulatorio, cuya rehabilitación se inició el pasado mes de septiembre. Una vez finalizadas las obras, dará cobijo a la Mancomunidad Mungialde de Servicios Sociales y a la Policía Municipal. Para ello, el Consistorio mungiarra ha realizado una inversión de 2.814.868,70 euros (IVA incluido) y los trabajos corren a cargo de la empresa Altuna&Uria.
Según explican desde el Consistorio, se trata de una actuación que quiere ofrecer una óptima accesibilidad, una distribución adecuada a las necesidades de los trabajadores y un nuevo edificio que se adapte a las circunstancias contemporáneas y al entorno. Es decir, los trabajos que se están realizando se ajustan “a las necesidades exigidas” por medio de un inmueble “cómodo y agradable”. Asimismo, la obra también persigue “unificar dos servicios tan importantes en un mismo edificio, con la idea de facilitar el acceso a los mismos a ciudadanas y ciudadanos de una manera más cercana”, destaca el alcalde de Mungia, Ager Izagirre.
Cabe recordar que esta construcción, que fue erigida en la década de 1950, se encuentra situada en el núcleo urbano, junto a la plaza Matxin, y próxima a la iglesia Santa María. Al sur, el edificio se abre al parque Torrebillela y queda delimitado por el cauce del río Butrón, mientras que al oeste limita con un edificio residencial de viviendas, y al este, con el parque de ribera.
Áreas
Sobre esta línea, el nuevo edificio contará con planta baja, primera, segunda y tercera planta, además de un sótano, dedicado en su mayor parte al archivo municipal, donde también estarán los vestuarios y el almacén de la Policía local. Los servicios sociales se distribuirán en las dos plantas superiores, con una superficie construida de 645 metros cuadrados. La primera tendrá la distribución habitual de los servicios de atención a la ciudadanía: lugar de acogida, sala de espera, nueve oficinas y aseos accesibles. Por su parte, la función del segundo será más interna, por lo que la distribución será más abierta, con puestos separados por mobiliario. No obstante, habrá tres oficinas cerradas, sala de archivos, salas polivalentes y baños de personal. En la planta baja, a la altura de la calle, se habilitarán nuevas dependencias de la Policía con una superficie de 295 metros cuadrados. La oficina contará con dos zonas diferenciadas. En la primera, se ubicarán la sala de espera, el despacho de diligencias, el despacho de la jefatura y otras dependencias. La otra, de acceso especial, estará orientada a las necesidades propias de los servicios. Allí se ha habilitado la sala de reparto de tareas de la policía, armero, calabozos y office, así como la escalera al sótano, donde se han instalado los vestuarios y almacenes.
El proyecto plantea un acceso principal al edificio enfrentado a la plaza y a la iglesia de Santa María. Desde allí los usuarios podrán dirigirse a la Policía en la planta baja o a los Servicios Sociales en las plantas superiores a través de un espacio diáfano. Por último, el nuevo centro de servicios públicos optará por la utilización de energías renovables. En concreto, empleará un tipo de climatización mediante suelo radiante, que será calentado a través de una caldera de biomasa.