Son fuertes, rápidas, inteligentes, amigas, conocidas, parejas, tías, primas y madres. Pero, sobre todo, son mujeres rugbylaris. Desde hace poco más de un año, el campo de Atxurizubi de Mungia es su base de operaciones y, en poco tiempo, se ha convertido en su segundo hogar. Allí impulsaron en enero del año pasado el proyecto del Mungia Rugby Neskak, una gran familia en torno al balón oval dentro de la estructura del Mungia Rugby.
Todo empezó con el deseo de promocionar este deporte en el municipio para recuperar el equipo femenino que desapareció. El club contaba con jugadoras en las categorías inferiores, pero decidieron impulsar la creación de un equipo. Y como los comienzos suelen ser difíciles, empezaron a tocar todas las puertas en busca de jugadoras. “El rugby es un deporte desconocido para muchas personas porque no está tan implantando en las escuelas como el fútbol o el baloncesto, deportes a los que casi todo el mundo apunta a sus hijos e hijas. Además, está asociado a la fuerza y al hecho de ser bruto, y para nada es así”, refleja Udane Madariaga, delegada del equipo, que está dirigido por Xabat del Barrio y Julen Conde.
Por eso el primer paso fue difundir la idea por todo el pueblo, en los colegios, cuadrillas, realizando entrenamientos de captación, etc. Así empezaron a juntarse las primeras integrantes del equipo, que no habían practicado nunca rugby. Como contaban con pocos efectivos, algunas madres cuyos hijos e hijas forman parte del club se animaron también a participar en los entrenos “para hacer ejercicios de oposición o dar más juego a la hora de llevar a cabo diferentes pruebas”, relata. Del mismo modo, el hecho de compartir afición, en algunos casos, con sus maridos, hijos e hijas les ayudó a comprender más este deporte y a estrechar vínculos familiares.
Tal fue el éxito de la iniciativa que acabaron creando un equipo máster, es decir, integrado por mujeres mayores de 35 años con el que compiten a nivel estatal. Muchas de ellas hacía años que no hacían deporte y la mayoría no conocía el rugby. Empezaron de cero. Sin embargo, a ilusión y coraje no les gana nadie.
El proyecto ha evolucionado mucho en poco tiempo y cuentan también con otro plantel integrado por niñas y chicas jóvenes de entre 10 y 26 años. Al primer entrenamiento asistieron diez personas y, al último, 32. Sin embargo, siguen necesitando refuerzos por lo que hacen un llamamiento a todas aquellas chicas que quieran disfrutar de este deporte a que acudan a Atxurizubi y lo prueben. “Que sepan que son todas bienvenidas. A veces algunas piensan que por el hecho de no haber practicado deporte nunca o bien por la edad o por el cuerpo, les echa para atrás, pero el rugby es un deporte que admite todos los cuerpos y todas la capacidades. La mayoría de integrantes del club son personas que no habían jugado nunca ni habían tenido contacto con el balón oval. Incluso muchas no sabían ni que se pasaba para atrás”, reconoce. En el horizonte tienen una meta. “El objetivo es intentar consolidar un equipo de rugby femenino para que las jugadoras jóvenes que acaban su etapa sub’16 no tengan que irse a otros municipios para poder seguir jugando”, indica Udane. Actualmente cuentan con una veintena de jóvenes jugadoras de diversas edades. “Algunas son sub’20, otras sub’12 o sub’16”, expone. Durante la semana, los martes, el equipo máster entrena de 17.30 a 19.00 horas y el sénior de 18.30 a 20.00 horas, mientras que los jueves se dan cita en el campo todas las mujeres de 8 años en adelante, de 18.00 a 19.30 horas. Se trata del día más especial, en el que comparten el oval madres e hijas. “Es algo muy bonito. Se crean vínculos muy especiales. Además, ahora las madres entienden un montón y son las que les explican conceptos del juego a sus hijos e hijas”, indica Udane.
De esta manera, con el objetivo de seguir reclutando jugadoras para la causa, habitualmente realizan jornadas de puertas abiertas para promocionar este deporte en las que han llegado a participar hasta 70 mujeres de diversas edades. “Es una iniciativa muy positiva porque, aunque no formen parte del club, están en la órbita y les permite probar y disfrutar de este deporte”, asegura. Al mismo tiempo, Udane destaca que una de las principales características de este club es que intentan hacer equipo dentro y fuera del verde. “El rugby nos permite disfrutar del tercer tiempo y solemos hacer actividades juntas más allá de entrenar. El objetivo es disfrutar, dentro y fuera del campo”, indica.
Directiva
Por otro lado, en el seno de la directiva mungiarra, la irrupción de este proyecto ha supuesto una espléndida noticia. En concreto, el presidente del club, Asier Onaindia, se muestra “encantado” con la iniciativa. “Promover el deporte femenino no es una tarea sencilla, es algo que cuesta bastante y están llevando a cabo una gran labor”, indica. Asimismo, el máximo dirigente subraya que el equipo de madres tiene un gran valor puesto que está integrado por mujeres que no tenían hasta ahora ninguna relación con este deporte. “No es como el equipo de veteranos, que está formado por exjugadores del club, en este caso son madres de integrantes de las categorías inferiores las cuales, en algunos casos, no habían hecho deporte en mucho tiempo. Para mí es lo más interesante de este proyecto”, explica. Además, alaba el empuje y la ilusión que les mueve y lo que supone a nivel motivacional para otras jugadoras más jóvenes. “Es algo increíble y muy destacable”, subraya.
Un boom por el rugby en Mungia y la comarca de Uribe que el dirigente explica por la existencia de una ilusión e inquietud latente que no terminaba de cuajar. Finalmente, en Atxurizubi han encontrado ese espacio donde todas las mujeres, independientemente de su edad o capacidades físicas, disfrutan de una pasión común por el deporte.