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Polideportivo

Muniain sale al rescate del Athletic en el derbi

Real Sociedad 1-1 Athletic
Álex Remiro intenta despejar, sin éxito, el lanzamiento de falta de Muniain.
Álex Remiro intenta despejar, sin éxito, el lanzamiento de falta de Muniain.

Fue el derbi de los ex. El derbi que traumatiza a Iñigo Martínez, autor del penalti infantil sobre Mikel Merino que elevó el 1-0, después vio la segunda amarilla y, por tanto la roja, para encaminarse a la caseta durante unos metros interminables en los que le tocó soportar la pertinente mofa por parte de la que fue antaño su gente. Fue también el derbi que deja en mal lugar a Alex Remiro, que quiso adornarse en el golpe directo botado por Iker Muniain, parable a todas luces, para ejecutar una sonada pifia fruto de una frivolité injustificable que privó a la Real Sociedad de dos puntos y dar uno a su exequipo, unas tablas que, visto lo visto sobre el verde, hacen justicia, aunque lógicamente dejan diferente sabor de boca según los colores con los que se analicen. Sea como fuere, el Athletic evitó el fiasco y una nueva bofetada por parte de una Real crecida en la autoestima, quizá demasiado, y la forma en la que selló el empate, en inferioridad numérica y metiendo en su área al equipo de Imanol, del que dicen juega al fútbol como los ángeles, acentúa el gen competitivo del Athletic de Marcelino, que además hizo debutar en Primera División a Alex Petxarroman, un canterano de la Real. El derbi, sin más, ofreció un buen puñado de momentos con morbo.

Marcelino tuvo que retocar el plan sobre la marcha. Mikel Balenziaga, al igual que le ocurriera a Iñigo Martínez el pasado martes en Cornellá, se quedó en la grada por culpa de unos problemas estomacales a última hora, una casualidad que cobra tintes de expediente X. La baja del guipuzcoano propició de nuevo la presencia en el lateral izquierdo de Iñigo Lekue, uno de los rojiblancos que vive el pico más alto de su carrera. El bilbaino aporta más recorrido ofensivo que Balenziaga, pero, al mismo tiempo, ofrece menos músculo defensivo que su compañero, una bipolaridad que genera un punto de incertidumbre sobe por dónde se inclinará la balanza. En el derbi tocó el primer perfil, el que le hizo importante en Cornellà, pero no tuvo el mismo impacto en el derbi hasta que apareció en la acción del empate con un caño incluido que generó la falta provocada y consumada con gol por Muniain. Así las cosas, la estadística sigue sonriendo a los leones, que presumen de ser el único equipo invicto como foráneo tras seis desplazamientos y el primero en ser capaz de marcar en Anoeta a una Real que ve cómo se finiquita su racha de imbatible en Donostia durante 540 minutos.

Un derbi se juega con ese plus de motivación que requiere cabeza fría en esos matices que pueden romper el duelo. Es decir, la pizarra cobra su protagonismo para manejar esa pasión que emergió ya a los 75 segundos, cuando Iñaki Williams ganó un balón largo para superar a Remiro, pero no lo pudo hacer con un Aritz Elustondo veloz que frenó el toque que apuntaba al tanto del rojiblanco, que ya conocía lo que es marcar en Anoeta en dos ocasiones anteriores. La acción tuvo su dosis de suspense ante un posible penalti que no fue, pero que colaboró para poner la salsa habitual de la polémica. El derbi, entonces, entró en el primer acto en una auténtica batalla de estrategia diseñada por los dos entrenadores, que recordaron incluso a las interminables partidas ajedrecistas que protagonizaban en la década de los ochenta del siglo pasado Karpov y Kasparov, cuyos duelos, como se saben, se caracterizaban por una profunda rivalidad, no solo deportiva, sino también mental y estilista. Cada movimiento, cada decisión, se entendía meticulosamente estudiado.

El Athletic tenía su idea interiorizada, no dejar maniobra a la Real y llevarla a su terreno. La Real, en cambio, quiso ser fiel a sí misma, aunque estuvo lejos de ello, porque el colectivo rojiblanco, pegajoso en su presión y en su intensidad física, apenas dio concesiones, lo que se tradujo en solo dos disparos del sueco Isak que detuvo un certero Unai Simón. El Athletic, con todo, tampoco estaba para tirar cohetes en ataque. Se blindó atrás y en la medular, de ahí que los rivales le generen más bien poco, aunque asomó carencias creativas, solo salvables cuando Muniain tuvo contacto con el esférico, cuando Raúl García, a gusto en la guerra de guerrillas, ganó algún duelo y cuando Iñaki Williams gozó de metros para correr, asunto que sucedió a los 39 minutos, casi un calco de la acción inicial frustrada por Elustondo, que volvió a ser salvador de su equipo en otra galopada del bilbaino que se topó en el momento del golpeo de nuevo con la pierna del capitán realista para evitar el posible tanto de un Iñaki insistente y solidario.

El derbi, vistas las sensaciones de los 45 minutos iniciales, tendría que decidirse en la reanudación en detalles, en algún error inesperado, como ocurría en las batallas de Karpov y Kasparov. El Athletic la tuvo, primero, por medio de Raúl García, cuyo remate de cabeza a servicio de un aseado Vencedor lo sacó Remiro con una buena manopla, pero casi todo se fue al traste para los de Marcelino cuando de la nada la Real sacó premio, cuando Merino, que después mereció la expulsión por una patada por detrás a Sancet pero al que le amnistió Martínez Munuera con la amarilla, le robó la cartera a un despistado Iñigo que cometió una pena máxima que le hizo recordar la fatídica final del pasado 3 de abril. Marcelino, entonces, tuvo que mover fichas a la desesperada. Sancet y Nico Williams aportaron frescura, en especial el primero, que tiene un don que debe explotar aún más, y la recompensa llegó gracias a las tablas de Muniain ante el novato Lobete y al regalito de Remiro, al que le pudo su arrogancia a la hora de decidirse por una palomita que le traicionó.

REAL SOCIEDAD: Remiro, Gorosabel, Elustondo, Le Normand, Diego Rico (Min. 79, Aihen); Januzaj, Zubimendi, Merino, Silva (Min. 79, Guevara); Isak (Min. 86, Lobete) y Sorloth (Min. 67, Portu).

ATHLETIC: Unai Simón; De Marcos (Min. 79, Petxarroman), Yeray, Iñigo Martínez, Lekue; Berenguer (Min. 79, Nico Williams), Vencedor, Dani García (Min. 87, Unai Nuñez), Muniain; Raúl García (Min. 66, Sancet) e Iñaki Williams.

Goles: 0-1: Min. 58; Isak, de penalti. 1-1: Min. 91; Muniain

Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Expulsó al rojiblanco Iñigo Martínez por doble amarilla (Min. 56 y 84). Amonestó también a Isak (Min. 71), Januzaj (Min. 74), Merino (Min. 78) y Guevara (Min. 93), por la Real Sociedad; y a De Marcos (Min. 59), por el Athletic.

Incidencias: Partido correspondiente a la duodécima jornada de LaLiga Santander disputado en Anoeta ante 37.066 espectadores, récord de asistencia en el estadio donostiarra.

2021-11-02T09:26:02+01:00
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