El Arenal ha sido el corazón de los actos más esperados de la programación de Aste Nagusia estos últimos días. En pleno epicentro popular, la Banda Municipal de Bilbao, este viernes 26 de agosto ha sido la encargada de dirigir la alegre banda sonora ante un público entregado.
En este multitudinario Día Grande, un sinfín de sillas rodeaba el Kiosko del Arenal para que los asistentes pudieran disfrutar cómodos de la música en directo. El concierto ha dado paso a las 12.00 horas del mediodía, bajo la atenta mirada de los espectadores, fieles seguidores de la banda y numerosos curiosos dispuestos a disfrutar de unos minutos de música.
Ana, una de las afortunadas de sentarse en primera fila, acude "todas las mañanas" para después bajar a casa y por la tarde "volver a subir". Araceli y sus amigas también son fans veteranas. “Ya es tradición venir a la banda en Aste Nagusia. Esto es alegría. Después de dos años yo lo que quiero es alegría para todos. Que no haya sufrimiento y ganas de vivir”, comenta Araceli emocionada.
Bajo la batuta del maestro de Muro, José R. Pascual-Vilaplana, y el subdirector beasaindarra, Iñaki Urkizu la banda municipal ofrece en su repertorio una gran variedad de géneros para todos los públicos.”Nuestro público fiel viene a vernos y les damos lo que quieren. A veces pasodobles, zarzuelas, otras veces marcha, música moderna, latina…” comentaba el subdirector Iñaki Urkizu mientras subía al kiosko. Subdirector y director alternan los pases cada día, mientras “los músicos hacen todo”, explicaba Urkizu.
DE PIE
Los más rezagados y curiosos presencian el espectáculo de pie, conversando plácidamente entre ellos mientras el jolgorio inunda el Arenal. Arantza, Jone e Isabel provienen de los aledaños de Bilbao y no se pierden una, pues asisten al espectáculo todos los días. “Se oye poco pero es por el ambiente, es normal. Hay mucha gente y está muy animado”.
Es el Día Grande en Bilbao y la fiesta no ha hecho más que comenzar. “Por eso son diferentes. La participación es real, siempre digo. En Pamplona pasan los toros y se diluye todo” opinaba una de ellas. Como no puede ser de otra manera, la pequeña cuadrilla irá después a comer unos pintxos por los alrededores y contemplar, más tarde los magníficos fuegos artificiales, en sintonía con el ambiente festivo que no tiene intenciones de decaer. Inicia la cuenta atrás de Aste Nagusia y la banda sigue tocando. Música maestro.