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Bizkaia

Muskiz se enfunda las armaduras para revivir los convulsos siglos XIV y XV

Cerca de 1.400 personas dan vida a escaramuzas y un campamento en la recreación medieval del castillo de Muñatones
Un grupo de recreadores cargó contra los espectadores que habían presenciado el asalto al castillo de Muñatones. La sangre no llegó al río; era su agradecimiento. | FOTOS: E. ZUNZUNEGI
Un grupo de recreadores cargó contra los espectadores que habían presenciado el asalto al castillo de Muñatones. La sangre no llegó al río; era su agradecimiento. | FOTOS: E. ZUNZUNEGI

Los espectadores contemplaban el asalto del castillo de Muñatones por las hordas de uno de los miembros del linaje de los Salazar, descontento con su herencia, se quedaron de piedra cuando las mesnadas atacantes del baluarte muskiztarra dieron la espalda a la fortaleza amurallada y cargaron contra ellos portando tecnología punta del siglo XV, como espadas, lanzas, ballestas, arcos y flechas o hachas y mazas.

Menos mal que se trataba de una sorpresiva broma de agradecimiento al público asistente, gastada por los belicosos recreacionistas que este fin de semana participaron bajo un sol de justicia en la sexta edición de la recreación medieval, organizada por la Ferrería del Pobal. Una tentativa agresora que no culminó y fue correspondida con una cerrada ovación por parte del público –más de 600 personas– que por unas horas retrocedió hasta los siglos XIV y XV para conocer más de la historia del castillo de Salazar –inicialmente Torre de San Martín de la familia Muñatones– y de aquella sociedad medieval que en Bizkaia estuvo marcada por la lucha de banderizos como los Muñatones, los Salazar o los Butrón, cuyos escudos coronan el acceso a la torre fortificada.

Entre los asistentes estaban los bermeotarras Miguel Vázquez y Bego Atela, que tenían el corazón partido porque, a pesar de poder ver a su hijo –colaborador de la recreación– su mente parecía bogar al ritmo de las paladas de la trainera de Urdaibai en La Concha. “Hombre, esperamos que lo haga igual de bien que el sábado y nos llevamos la bandera”, confiaba Miguel. Su deseo se cumplió y Bermeo ganó. “Nosotros, de aquí de Muskiz, volveremos pitando para Bermeo para el sukalki”, avanzaba este hombre, que ayer asistía por primera vez a esta recreación medieval. “Hasta ahora lo había visto en fotos y en algún vídeo, pero así en directo todavía mejora”, aseguró Miguel, quien destacó, al alimón con su mujer Bego, que habían seguido de cerca el proceso de fabricación de las diferentes armas. “Ha sido muy ameno ver cómo se hacían las flechas o las espadas porque ofrecían todo tipo de explicaciones”, valoraron. Begoña, por su parte, incidió en la actividad sobre el vestuario de los caballeros. “Llevan más piezas que una novia”, acertó a comparar jocosamente.

Vestidos para la batalla

No en vano, para vestir al caballero, en esta ocasión uno con armadura del siglo XIV y otro del XV, se tardó casi una hora. Grebas –formadas por perneras y quijotes de acero que protegían desde el pie hasta la cintura–, malla, peto –delantero o con espaldera–, manoplas, guanteletes, guardabrazos, coderas, hombreras, babera para resguardar el cuello y yelmo protector de la cabeza eran algunas piezas de la vestimenta de batalla. Una armadura que constaba, además, de algunas piezas de lino especialmente relevantes en el caballero del siglo XIV que añadían peso a un conjunto que podía superar los cuarenta o 45 kilos de peso. ”Sudas viendo todo lo que se tenían que poner, sufriendo el peso y más con este calor”, reconocía Bego Atela, quien aseguró que este evento es “para comentar a la gente”.

Viaje al pasado

Divulgación. La recreación medieval desarrollada por Otsolur este fin de semana en el Castillo de Muñatones de Muskiz cumple su sexta edición con el objetivo de dar a conocer a los visitantes la Edad media en Bizkaia y, especialmente, los usos y costumbres de aquella época convulsa.

Curiosidades. Una de las actividades que más ha llamado la atención del público ha sido sin duda el taller en el que se enseñaba como se preparaba un caballero para acudir a la batalla, Un proceso que necesitaba de uno o varios ayudantes para colocar todas las protecciones de tela y acero. El caballero podía cargar con una armadura hasta cuarenta o 45 kilos.

Una recreación que contó con la participación de más de treinta recreadores convocados y dirigidos por los miembros de la Asociación Cultural de recreación histórica Otsolur. Además del programa de actividades dirigido a todos los públicos, el castillo reprodujo un campamento medieval permanente durante el fin de semana y situado en la campa que rodea el recinto amurallado, junto al foso.

“Estamos realmente satisfechos por la aceptación que ha tenido esta sexta edición, en la que hemos contado con una treintena de recreacionistas que, como ellos mismos destacan, consideran la Edad Media como un periodo de tiempo, un mundo lleno de historias, esfuerzos, conocimientos perdidos, vida cotidiana que influye en lo que somos ahora. Y esa visión la han acercado nuevamente a Muskiz para disfrute de los casi 1.400 visitantes que ha contabilizado esta cita a lo largo del sábado y domingo”, valoró Marta Zabala, directora de la Ferrería de El Pobal, que gestiona las actividades que se desarrollan en Muñatones.

Un análisis que compartían Juan Carlos Lafuente y su mujer Rosa Fernández, llegados también por primera vez a esta recreación, aunque estos barakaldarras han visitado en otras ocasiones el castillo en las visitas guiadas y son asiduos a la programación de la ferrería del Pobal. “Yo sí destacaría la profesionalidad de los recreacionistas, tanto en lo que han hecho como en la seguridad para que nadie se hiciera daño”, apuntó Juan Carlos Lafuente mientras Rosa Fernández resaltó que “es una actividad para repetir porque hay mucho que ver y lo que más me ha gustado es que la gente es muy amable al explicar parece que lo estaban viviendo”

Visita y Teatro

El singular y monumental espacio de Muñatones –al igual que la ferrería orillada al Barbadun– aún cuenta con citas para este mes. Una de ellas, la visita guiada que se desarrollará el próximo domingo culminará la temporada. “Lo cierto, a falta de esta última jornada, es que el programa de visitas ha funcionado bien ya que hemos reunido grupos en todas las fechas programadas”, compartió Zabala, quien recordó que para asistir se requiere reserva previa que puede formalizarse a través del correo electrónico elpobal@bizkaia.eus o bien en el teléfono 629 271 516.

La entrada general cuesta 3,50 euros y 2,25 la entrada reducida para menores de 26 años, mayores de 60 y grupos superiores a diez personas. También existe la posibilidad de llevar a cabo una visita combinada, castillo mas ferrería, por tan solo un euro más.

Asimismo, dentro del programa foral Musekintza, el sábado 24 de septiembre a las 12.50 horas se ofrecerá la obra Babo Roual de la compañía Ganso & Cía. La obra, de acceso gratuito previa reserva, presentará un imperio con un rey lunático y un trovador singular. Babo Roual se adentra en un juego donde las jerarquías se invierten, donde lo previsible sorprende, donde están prohibidas la cordura, la normalidad. Un espectáculo de calle, sin texto y para todos los públicos, como la recreación que ayer despertó a Muskiz en el medievo. El Castillo de Muñatones fue testigo.

2022-09-13T09:11:02+02:00
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