Detrás del proyecto agrícola denominado Mustai Ortua, ubicado en Maruri-Jatabe, se encuentran Gorka Areitio Elordui y Marcela Pava Gómez. Una pareja “modelo 83, amantes de la naturaleza y del buen comer”, tal y como se definen, que se encarga de cuidar la tierra para recibir los mejores alimentos.
La vida les dio hace cinco años la oportunidad de trabajar en un proyecto común muy especial. Concretamente, en su huerto de la localidad jatabetarra, apuestan únicamente por la alimentación natural y saludable a través de la agricultura regenerativa con productos “libres de cualquier proceso químico” y por supuesto, cuidando el medio ambiente, es decir, producir alimentos con un impacto positivo en la tierra. “La agricultura regenerativa es otro tipo de cultura agrícola. Se trata de una respuesta al cambio climático a través de una forma de cultivo que piensa principalmente en la tierra, en lo que nos da de comer”, apunta Marcela.
A este respecto, el objetivo que persiguen se desarrolla a través de diferentes técnicas y, sobre todo, mediante el uso de compost para ir mejorando cada día el suelo, el ecosistema y por ende, las redes de alimentación. Para ello, se centran en dar de comer al suelo que cultivan para que luego esa tierra a su vez de comer a las plantas. Todo ello sin maltratar en exceso la tierra a base de arados o una excesiva intervención humana.
Una forma de vida natural en la que Marcela se ha ido sumergiendo paso a paso. Natural de Colombia y abogada de profesión, vive en Euskadi desde hace 14 años. De la mano de su pareja Gorka, a quien la tradición agrícola le viene de familia, la pasión por el cultivo de la tierra le ha ido enganchado hasta convertirlo en su forma de vida, lo que le ha llevado a pasar de un escritorio al campo. “Ahora la naturaleza es mi oficina”, refleja.
Al principio se inició en este mundo ayudando a Gorka durante los fines de semana y después ambos fueron ampliando su formación agraria hasta dedicarse por completo en la actualidad al primer sector en los fértiles campos jatabetarras.
Circuito productivo
Basta darse una vuelta por sus tierras para observar que lo que nunca falta en su huerto, de aproximadamente 3.000 metros cuadrados de extensión, son los productos de temporada. “Es parte de la filosofía de Mustai Ortua. No forzamos nada, todo es parte del ciclo natural de cada producto. Cuando es temporada de tomates, tomates y cuando no, nos ponemos a otra cosa”, asegura Marcela.
Y es que en cada estación del año, “la tierra va produciendo y hay alimentos que se dan en cierto periodo”, afirma. No obstante, no reniega de la agricultura convencional, pero simplemente en Mustai Ortua han apostado por unas características de cultivos determinadas.
“Se trata de un modelo de producción que hace como una especie de circuito. Por eso necesitamos tanto cuidar la naturaleza y los recursos como una cierta educación agrícola por parte del consumidor y su apoyo a través de un comercio justo”, sostiene.
Sus productos se comercializan principalmente a través de grupos de consumo y también restaurantes de la zona mediante la venta directa con el objetivo de mantener un contacto estrecho con sus clientes para crear un vínculo especial.
Asimismo, junto al huerto disponen de un invernadero que emplean como “semillero” para ir cultivando los productos durante los cambios de estación del año. También cuentan, en una zona próxima, con otro moderno invernadero de cerca de 7.000 metros cuadrados, así como un almacén con zona de lavado, empaquetado y cámara frigorífica.
Por último, sostienen que se trata de “un proyecto que ha empezado, pero todavía queda mucho camino por recorrer, a nivel de infraestructura, etc. Es un largo recorrido que estamos haciendo paso a paso”, concluye Marcela.
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