Es de suponer que a los más puristas esto de que Ford lance un Mustang totalmente eléctrico y en formato SUV les debe parecer poco menos que un sacrilegio, una afrenta para los amantes del abrumador latido del motor V8 de gasolina y del embriagador olor a gases quemados que desprende ese tipo de propulsor en plena aceleración. Recuerdo la primera ocasión en que contemplé un Mustang, era un verano a finales de los setenta, en un camping de la costa catalana. Se encontraba estacionado en la recepción, mientras sus dos afortunados ocupantes realizaban la preceptiva inscripción antes de alojarse. Le pregunté a mi padre qué coche era aquel, con su capó interminable y una joroba que alojaba un motor que se intuía enorme. Le pedí que parásemos hasta que salieran sus dueños y lo pusieran en marcha, a lo que él accedió, también porque deseaba recrearse con el sonido de aquella joya. Cuando el V8 arrancó, la sensación fue sobrecogedora, casi intimidatoria para un adolescente acostumbrado a ver y oír mecánicas de menos de dos litros y cuatro cilindros. Era un Mustang, y con eso estaba todo dicho.
Hoy el Mustang, además de ser el modelo deportivo más vendido del mundo, uno de los mayores símbolos de Ford y un icono universal de la automoción, también mira al futuro más eficiente y medioambientalmente responsable con su nueva carrocería SUV y su propulsión 100% eléctrica. Se llama Mustang Mach-E y llega, según la marca del óvalo, "para acelerar la emoción de la conducción cero emisiones y acercarnos al mañana. Es un modelo deportivo que cuenta con una espaciosa carrocería con capacidad para cinco ocupantes, luce un diseño elegante y premiado por su funcionalidad inteligente, y está dotado de una sofisticada tecnología que incluye el sistema de conectividad SYNC de última generación con machine learning aprende de los comportamientos del conductor-, reconocimiento de voz, pantalla táctil central vertical de 15,5 pulgadas y conectividad en la nube con actualizaciones automáticas inalámbricas del sistema, apertura mediante el teléfono móvil y asistencias de conducción de vanguardia".
El Mustang eléctrico está disponible tanto con tracción trasera como a las cuatro ruedas, dependiendo de si incorpora un motor posterior o dos, uno en cada eje. Asimismo, se ofrece con diferentes capacidades de batería (75,7 y 98,7 kWh) para alcanzar autonomías que se sitúan entre 400 y 610 kilómetros, además de diferentes sistemas de carga, alterna y continua, y tres modos de conducción (whisper, active y untamed) que modifican la respuesta al volante. Otro detalle destacable es su manejo sólo con el pedal del acelerador para controlar la aceleración, velocidad y frenado, estando siempre disponible el pedal de freno si lo deseamos.
La oferta mecánica plantea un rango de potencias que van de 269 a 487 CV, con registros intermedios de 294 y 351 CV, cifras de par máximo de 430, 580 y 860 Nm, velocidades máximas de 180 y 200 Km/h y aceleraciones de 0 a 100 km/h entre 3,7 y 6,2 segundos. Está claro que nadie en su sano juicio va a quejarse por el rendimiento de este SUV deportivo de generosas dimensiones: 4,712 metros de largura, 1,881 de anchura, 1,625 de altura y 2,984 de distancia entre ejes. Otro apartado en el que la carrocería brilla especialmente es en el de su habitabilidad, a la que suma un piso totalmente plano y un doble maletero, el trasero de 402 litros junto a un delantero compartimentado y drenable de 81 litros, y muy inteligentemente diseñado para permitirnos guardar todo tipo de objetos sin que vayan de un lado para otro mientras conducimos.
Ford se ha sumado a la nueva tendencia de modelos eléctricos, además en el exitoso formato SUV, con un nombre mítico, el de Mustang, un precio de partida de 48.553 euros y un producto global muy bien valorado por quienes se han puesto a sus mandos. Sin duda, toda una demostración de poderío, pero en silencio.
- Disponible desde 48.553 euros, convence por su diseño, gran rendimiento, tecnología, habitabilidad y práctico doble maletero
- Ford se apunta a los SUV eléctricos con un Mustang que ofrece potencias de 269 a 487 CV y autonomías entre 400 y 610 kilómetros