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Nacho Cruañes: de Pamplona a poner molinos en el Báltico

Nacho Cruañes vivió 6 años en París y en agosto se trasladó a Berlín, donde trabaja como ingeniero de parques eólicos
Nacho Cruañes, abajo en el centro, posa junto a su familia antes de la comida de Navidad.

Tuvo claro desde el principio que iba a desarrollar su carrera en el extranjero. Dicho y hecho. El pamplonés Nacho Cruañes estudió Ingeniería en Tecnologías Industriales en la UPNA, en 2015 se fue de Erasmus a Toulouse y desde entonces tan solo ha vuelto a Navarra de visita. “Llevo ya fuera 7 años, primero de Erasmus y después conseguí trabajo en París, donde he vivido hasta agosto. Ahora me he trasladado a Berlín para trabajar en Iberdrola”, relataNacho, que como todos los años se ha cogido unos días de vacaciones para volver a casa por Navidad.

En concreto, este navarro de 30 años es ingeniero de proyectos de construcción de parques eólicos en medio del mar, especialmente en el Báltico, donde el viento sopla con especial fuerza. “En agosto me ofrecieron este puesto en la oficina de Iberdrola enBerlín. La verdad que todavía no domino nada de alemán, pero es una ciudad muy internacional y con el inglés te puedes apañar muy bien. Además, al trabajar en Iberdrola, en la empresa hay muchos españoles”, comenta.

¿Y por qué molinos en medio del mar?: “El principal beneficio es que el potencial del viento es más elevado, por lo que también se pueden construir molinos de mayor tamaño para generar más energía”. Por ponerlo en cifras: un molino de los que están colocados en la cima de El Perdón genera medio megavatio de energía al año, mientras que uno colocado en medio del mar puede llegar a producir 15 megavatios, es decir, treinta veces más.

Más oportunidades fuera

Una de las cosas por las que Nacho decidió desarrollar su carrera profesional en el extranjero fue por la cantidad de oportunidades laborales existentes, justo al contrario que en España. “El Erasmus fue una oportunidad buenísima y Francia me pareció un país muy interesante.Conseguí un puesto en una empresa de París, como ingeniero de transporte de fluidos (tuberías). Ahí he estado seis años y medio, hasta que me surgió esta nueva oportunidad”, señala Nacho, que llegó a Pamplona el pasado jueves, 22 de diciembre.

Asegura estar muy a gusto viviendo en Berlín, aunque reconoce que después de tantos años echa de menos a su familia y amigos. “Sobre todo echo en falta a mis padres y a mi hermano, pero trato de venir todo lo que puedo. En Navidad he vuelto siempre salvo en 2020, que por trabajo no pude, fue una época en la que estuvo mucho tiempo en alta mar. Siempre intento venir 3 o 4 veces al año, por ejemplo, la última vez que estuve fue en octubre”, apunta el joven.

Pero además de familia y amigos, Nacho lleva muy presente a Navarra, Pamplona y a nuestra forma de disfrutar de las cosas. “Una de las cosas que más echo de menos en el día a día es el hecho de juntarte con la cuadrilla e ir de bares. Aquí es algo normal juntarse para comer unos pinchos y tomar algo. Pero fuera de Navarra no es algo habitual, puedes ir a tomarte algo pero no es tan espontáneo como lo hacemos nosotros”, comenta y añade que “es una verdadera suerte poder decir que soy de Pamplona y de Navarra”.

26/12/2022