Pasó muchos años de su vida siendo la pareja de Miguel Bosé, pero con una discreción que lo llevó a no ser conocido hasta que, una vez rota la pareja, participó el año pasado en Supervivientes. Allí Nacho Palau se hizo muy popular, aunque su trayectoria pública duró muy poco al anunciar en agosto que le habían diagnosticado un cáncer de pulmón.
El valenciano, que pensó que en su experiencia en Honduras sufría algún proceso alérgico, que le hizo no poder superar la prueba de apnea de la final, supo al volver a España que era algo mucho más serio: una enfermedad que le ha tenido cinco meses con sesiones simultáneas de quimioterapia y radioterapia. Un primer ciclo que iba muy bien según los médicos y que ya ha acabado, pero que le provocó “un bajón tremendo en noviembre” y está a la espera de nuevas pruebas y resultados para saber si necesitará nuevas sesiones.
En una entrevista a Diez Minutos, el escultor se sincera y asegura que hubo momentos en los que pensó en rendirse y tirar la toalla. "Un día reventé y dije que ya no podía más, pensé que me daba todo igual, simplemente sentí que no iba a poder. Fue el peor día, estaba con un amigo en casa y me rompí con él", admite, y explica que se lo contó con naturalidad a sus hijos, porque veían cosas raras en casa. "Se lo conté quitándole importancia para que no se asustaran. Me han visto llorar mucho. Mi madre estaba recién salida de un tratamiento contra el cáncer. Yo no estaba bien, y les expliqué que a papá le habían diagnosticado lo mismo que a la abuela, cáncer, pero que no pasaba nada. Creo que ellos confiaron en mí y no se asustaron porque yo siempre pensé que me iba a curar y no me iba a pasar nada".
Palau asegura que ha sido complicado para él sufrir la enfermedad al mismo tiempo que su madre. "Vivir esto con mi madre ha sido horrible, porque ni ella me podía cuidar a mí ni yo a ella. Y está muy agradecido a su pareja, Cristian Villela, que le ha acompañado “a todos los ciclos” y le ha ayudado con los niños, pese a que estos meses les han resultado duros. "Pero estamos juntos, nos queremos una barbaridad. Se fue a Chile a principios de diciembre porque murió su abuela, ahora está con su familia allí, pero vuelve en febrero".
También tiene muy buenas palabras para su expareja, Miguel Bosé. "Miguel ha estado muy pendiente de mí, le adoro", afirma, y desvela que ha tenido muchas llamadas y videollamadas con el cantante, que ha sido “muy cariñoso”, pese a su traumática separación. "He tenido mis conversaciones con Miguel, y sé que si a mí me pasara algo, él estaría ahí. Yo creo que sí se haría cargo de mis hijos".
Esa buena sintonía no cambia el proceso judicial que sigue en marcha entre ellos por los hijos, con un recurso de casación aceptado por el Tribunal Supremo. "Los niños eran un proyecto de familia. Lo que dice la sentencia es que somos padres de hecho, pero la ley española aún no permite que se de título a esta situación".