¿Nada es para siempre?

Así empezaba la intro de la serie noventera del mismo nombre con la voz al micrófono del dúo Cómplices. El título es todo un baño de realidad para cualquiera que quiera poner sentido común a sus agobios o ensoñaciones cotidianos. Los buenos y malos momentos tienen un principio y un final, todos. Las relaciones sentimentales, las amistades, los jefes insoportables, los compañeros de mirada revirada y hasta aquellos a los que nos gustaría conocer mas y mejor. Nada es para siempre.

Todos vamos y venimos. Asumamos que en algún momento seremos suplantados por alguien que encaja mejor en el puzzle aunque éste estuviera hecho a tu medida. Se trata de asumir que en esta maratón que es la vida "cosas veredes, amigo Sancho que farán fablar las piedras".

La máxima quijotesca en castellano antiguo nos sirve tanto para lo fundamental en nuestras vidas como para esas otras preocupaciones accesorias que también nos revuelven las tripas y el corazón. Depende cómo y desde dónde se mire asistimos a la guerra por el sorpasso en nuestro fútbol y a la que decidirá quien se sienta en Ajuriaenea a partir del 22 de abril. Hay cosas que parecen hechas y otras que tienen que ganarse en el césped y en las urnas. Hay que estar preparados para los cambios aunque éstos no siempre lleven el sentido de nuestros deseos. Keep calm. El café se enfría, el cigarro se apaga, el tiempo pasa y las personas cambian. Nada es para siempre o quizá sí. Como decía Pau Donés, depende, de según como se mire, todo depende.