Dio la sensación de que Rafa Nadal no había interrumpido su trayecto en ningún caso, que no hubo parón en el desarrollo de su temporada y que las seis semanas de recuperación de la fisura en las costillas no habían sido tantas.
El ganador de veintiún grandes no pareció estar afectado por la inactividad en ningún caso. Arrolló al prometedor serbio Miomir Kecmanovic en su puesta de largo en el Mutua Madrid Open (6-1 y 7-6(4)) y progresó en el cuadro con la misma soltura que antes de Indian Wells, la competición que en marzo le obligó a frenar cuando disfrutaba de un tránsito por el curso impecable.
Llevaba once meses el cinco veces campeón en Madrid sin pisar el polvo de ladrillo. Desde el último Roland Garros, entre mayo y junio del 2021. Tampoco lo acusó. Ni la particular altura de Madrid que cambia casi todo.
Sometió desde el principio Nadal a su adversario, un chico de veintidós años al que se aferra el tenis serbio para cuando Novak Djokovic enfile su retiro. Cualidades las tiene todas y ya hace tiempo que empieza a asomar el joven de Belgrado que entrena el argentino David Nalbandián y que pareció entrar en shock por la calurosa acogida del público a Nadal y por el lustre del escenario en medio de un ambiente futbolero. Por si nadie se acordaba el Real Madrid juega 'Champions' después. Nadal estará allí, en el palco del recinto blanco.
Dos juegos duró el mano a mano entre el español y el serbio. Nadal aceleró después y se apuntó cinco juegos seguidos, con solvencia y autoridad para cerrar la manga sin apuro alguno.
Se movió bien el balear que tiró de repertorio con confianza motivado por la relevancia de un evento donde ha escrito mágicas páginas para su historia y en el que le gusta jugar.
Sano después de las seis semanas de puesta a punto por su dolencia costal Nadal recordó que a sus 35 años aún mantiene el espíritu y la ilusión por ganar. Sumó su vigésima primera victoria de una temporada en la que solo ha perdido un partido, y por lesión, en la final de Indian Wells ante Taylor Fritz que alcanzó con los títulos del Abierto de Australia, Acapulco y Melburne en este 2022.
En pleno vendaval balear el partido se paró. La lluvia apareció en la Caja Mágica con 6-1 y 0-1 en el marcador. Un alivio para Kecmanovic, desarbolado desde el inicio y que no podrá prolongar su racha. En los últimos seis torneos que ha jugado antes de Madrid siempre llegó, al menos, a cuartos de final, incluida la semifinal en Múnich hace una semana.
El agua detuvo a Nadal y el choque se retomó a la media hora. Le vino bien al serbio que mejoró. Exigió más a Nadal que por primera vez perdió su saque después de haber hecho, justo antes, break. Kecmanovic tuteó al tercer favorito. No tembló cuando el balear sirvió para ganar. Y empató. Llevó el desenlace al desempate.
Le vino bien al español tanto equilibrio y la exigencia. No falló. Más centrado que su rival amarró el triunfo después de casi dos horas de partido. Nadal espera rival en octavos: el vencedor entre el belga David Goffin y e neerlandés Botic Van de Zandschulp.