EL esquí de montaña es una mezcla de alpinismo y marcha, regado todo con un estimulante descenso por un suelo blanco sin balizar. Es un deporte que ha sido ya incluido en el programa olímpico de los Juegos de Milán-Cortina D’Ampezzo de 2026 y que cada vez gana más adeptos, incluso en zonas como Euskadi, donde la nieve desaparece casi sin llegar a cuajar. De hecho, la selección vasca de esquí de montaña tiene su prestigio y reputación en los torneos estatales, siendo su adalid Nahia Quincoces. La esquiadora es de Mendexa, localidad costera de Bizkaia en la que los inviernos no son muy duros y que se encuentra a tres horas en coche de Alto Campoo y cuatro de Formigal. Pero esa nimiedad nunca le hizo desapegarse de una afición que le ha llevado a los podios más reputados del panorama internacional, como una meritoria plata en el Mundial disputado en Suiza en 2019. Ahora, Quincoces tiene 39 años y se toma el deporte con más calma, pero como quien tuvo retuvo, la vizcaina acaba de proclamarse subcampeona estatal en la modalidad de individual. El Campeonato de España de Esquí de Montaña se celebró el pasado fin de semana en Panticosa y la mendexarra llegó con ganas de marcha: “He llegado en buena forma a esta competición y sobre todo me salió súper bien la prueba individual. Fue en un recorrido muy alpino, tanto las subidas como las bajadas eran muy técnicas porque había poca nieve y eso me vino muy bien”, recuerda.
Por ello, al borde de la cuarentena, Quincoces superó en el podio a esquiadoras con casi la mitad de vida, lo que le otorga a esta nueva plata un valor añadido aunque ella le reste importancia: “No es lo más habitual estar en un podio con 39 años, pero en individual en este tipo de carreras no hay muchas mujeres, echamos de menos a más chicas. Pero sí es cierto que, por ejemplo, desde Euskadi es complicado entrenar porque las pistas están lejos”. Y es que la edad es un número que no se puede obviar en el deporte, más aún si es de competición, pero por el momento la vizcaina no quiere ponerse fecha de caducidad: “No sé hasta cuándo aguantaré pero ahora sí que me he vuelto más selectiva. Ahora escojo más las carreras que hago, solo hago las que más me gustan. Antes igual me animaba a acudir a todas y me iba muy lejos tan solo para una vertical, por ejemplo. Ahora eso ya no lo hago”.
Y es que el esquí de montaña le ha llevado a recorrer medio mundo, el nevado. Ha estado en tantas Copas del Mundo que ni siquiera ella acierta a recordar el número exacto. Es decir, a base de esfuerzo y resultados, Quincoces se labró un nombre en el panorama internacional. Sin embargo, ahora la vizcaina ha decidido bajar el pistón. Ser más selectiva. “Desde el año pasado no compito ya en Copas del Mundo por temas personales y también deportivos, un poco de todo. Porque se hacen en circuitos cada vez más rápidos y en ellos las jóvenes son mejores; y porque el sacrificio que hay que hacer para acudir cada vez es más grande a medida que cumples años. Poder compaginar el deporte con la vida y la profesión –es bombera– cada vez es más complicado”, resume. Por ello, aunque el esquí de montaña será olímpico por primera vez en su historia en 2026, Quincoces ya anuncia que “no me planteo” ni intentarlo.