“Toda la vida he vivido con mi discapacidad; he crecido con ella y no conozco otra cosa”, dice con naturalidad Nahia Zudaire, la deportista de élite guipuzcoana. Tras una intervención quirúrgica en la que surgió una complicación con la médula, sus piernas perdieron toda la capacidad muscular, toda la memoria. “Se paralizaron; no podía andar”, explica.
De no tener muchas garantías de caminar, Nahia mejoró y tras mucha rehabilitación y muchas horas de hospital hoy es una mujer autónoma y una deportista paralímpica triunfadora, “con una discapacidad medular y ya está”, recalca Nahia, quien participó recientemente en el IV Foro Tejiendo redes para la inclusión a través de la actividad física y el deporte, organizado por GaituzSport.
Nahia se inició en la natación desde muy pequeña. “No nadaba por competir, sino por la rehabilitación que tenía que hacer debido a mi discapacidad. Más tarde en el club empecé cuando ya tenía 11 años, en 2012 y la competición la inicié en 2015, y desde 2018 lo hago de manera internacional”, dice sonriente.
La natación es salud, pero cuando se llega a una fase de alto rendimiento, como es su caso, el deporte tiene unas exigencias físicas muy diferentes, “aunque comencé por prescripción médica, de rehabilitación, más que desde una visión de rendimiento”, insiste en señalar.
Fueron sus padres los que decidieron apuntarle a rehabilitación y allí le recomendaron hacer natación. “Cuando iba había varias opciones a elegir, pero ellos me hicieron inclinarme por la natación; aunque lo cierto es que si hubiera decidido que quería hacer ciclismo u otro deporte me habrían dicho que realizara lo que realmente quisiera”, sostiene. “Pero elegí la natación porque era el deporte que mejor se adaptaba a mi discapacidad”.
En el agua, “como si tuviera alas”
El agua ha sido y es su hábitat natural. “Ahí me siento como si tuviera alas, libre y muy cómoda. Desaparecen las barreras y esa falta de movilidad que tengo en mi día a día”, reconoce Nahia, al tiempo que sonriente añade que hace dos años al iniciarse en la competición internacional “es cuando he madurado y he visto la vida de otra manera, me he dado cuenta de la importancia que ha tenido la educación que he recibido de mis padres, sobre todo este último año, para estar donde estoy”.
A sus 20 años sostiene no haberse sentido discriminada por su condición de mujer joven con una discapacidad. “Siempre me he rodeado de gente lo suficientemente inteligente como para que no me discriminaran por mi discapacidad”, aunque reconoce que muchas mujeres sí la han sufrido.
“ No soy discriminada por mi discapacidad ”
“Igual es que tampoco he llegado a esa etapa de mi vida en que la padezca y todavía estoy en mi burbuja de joven adolescente y no tengo esa sensación, pero realmente es así. Tal vez también sea la forma de ver las cosas, pero me siento bien. Desde pequeña me he esforzado por no dar una imagen de pena”, dice contundente.
Considera que si te haces ver no por tu discapacidad sino por otras cosas, la gente te acaba valorando por esas otras cualidades y no por tu discapacidad. “Hay que esforzarse por dar otras imágenes de ti como persona. No por mi condición, por ser mujer y nadadora tengo que tener un discurso inspirador”.
La imagen que proyectas
“ Mis padres me transmitieron fortaleza, y si te esfuerzas puedes conseguir tus objetivos ”
“Porque la discapacidad forma parte de mi realidad, pero hay otras mil cosas en mi vida que también forman parte de mi realidad. Y según la imagen que proyectas es como te verá la gente”, apunta con convencimiento, al tiempo que insiste en el tema de la educación recibida. “Mis padres me transmitieron fortaleza y si te esfuerzas puedes conseguir tus objetivos”.
Objetivos que Nahia está consiguiendo con creces; “ en Tokio y luego en París, donde he llegado con otra experiencia y otras vivencias. Con mayor madurez y donde la forma de plantear y vivir los Juegos ha sido totalmente diferente. Para mí, la experiencia parisina ha sido muy guay”.
Pero no todo es natación en su vida. Esta veinteañera saca tiempo también para sus estudios. Está haciendo Administración y Dirección de Empresas (ADE). “Empecé en la UPV, pero ahora lo hago en la UCAM, porque con la rutina de entrenamientos que tengo es lo que mejor se adapta a mis necesidades. Estudio online y entre mis objetivos está sacarme la carrera”.
Tampoco se vuelve loca en terminarla aceleradamente, pero la carrera le sirve para no estar solo centrada en la natación. “Es como tener más cosas, aunque, en estos momentos, no es mi prioridad número uno. Ahora lo más importante es el mundial de septiembre en Singapur; en ello estoy centrada ahora mismo”, apunta. El tiempo que le queda libre lo dedica a la lectura y a visitar también cafeterías de “las bonitas”.
A pesar de su juventud, Nahia habla con una madurez aplastante cuando señala que las y los jóvenes con discapacidad tienen que entender su realidad, “que es la tuya y que no está mal el sentirte frustrada en algunas situaciones; pero viendo cómo estoy llevando mi vida y lo bien que la puedo desarrollar, lo mejor es naturalizar su discapacidad y les diría a todos y todas que estén como yo que realicen algún deporte, no por aspirar a medallas, sino por gusto y por salud. El mensaje es que la discapacidad es una realidad más y que se puede marchar con buen ánimo y esfuerzo hacia delante”, concluye.
Personal
Nahia Zudaire. Nació en Zubieta y, a sus 20 años, esta nadadora paralímpica del Basque Team es subcampeona del mundo y de Europa en 400 metros libres S8. Ha participado en los Juegos Paralímpicos de Tokio y París y espera con ilusión acudir a los de Singapur en septiembre del próximo año. Además de entrenar 4 horas diarias, estudia ADE para preparar el futuro cuando concluya su etapa deportiva.