Naiara Burgoa, Trabajadora Social en el Servicio de Información y Atención a Mujeres, SATEVI, ha reconocido que la confesión de Rocío Carrasco sobre los malos tratos vividos durante dos décadas de su vida ha ayudado "mucho" a "visibilizar y significar la violencia psicológica y vicaria", ya que ha permitido acceder a mujeres a las que situaciones "más formales, como congresos" no permiten llegar.
El último balance de este organismo refleja un incremento del 8,8% en las llamadas al teléfono para víctimas del maltrato en Euskadi. En este sentido, Burgoa ha recordado que puede haber maltrato psicológico y físico.
"El primero que se da es el psicológico, que es el que va dañando a la mujer en sí, su autoestima a nivel emocional. Luego viene, aunque no siempre se da, la violencia física. Aunque que no haya violencia física no significa que una mujer no sufra maltrato", ha resaltado.
Además del "caso Rocío Carrasco", también muchas mujeres se han animado a llamar al 900840111, teléfono dependiente del departamento de Políticas Sociales, tras el asesinato en Tenerife de las pequeñas Anna y Olivia.
"Los meses de mayo y junio han sido un horror. Este caso también ha activado a muchísimas mujeres que están en relaciones de maltrato para desde ese miedo empezar a pedir ayuda", ha señalado, para agregar que "cuando la mujer termina la relación de violencia con el agresor hay una continuidad con él si hay menores, y la vía que éste tiene para seguir haciendo daño son los hijos, que además es donde más daño va a hacer" sobre la mujer.
Burgoa también ha subrayado que una de las consecuencias del matrato es "la culpa y la vergüenza" que genera en la mujer las responsabilidades de los actos del agresor.