Dos jóvenes de Navaridas y una de Páganos elaboraron siete diferentes y fueron catados por los vecinos
Una experiencia llevada a cabo por jóvenes de Navaridas puede abrir las puertas a la creación de una marca de vermut que represente a la localidad. Ellos hicieron fácil lo que suponía un reto importante. Y para ello contaron con el vino de Navaridas, las hierbas locales adecuadas, la implicación en unas catas de los vecinos y el empuje municipal y asociativo. Todo empezó de una forma casual. Un joven, hijo de un bodeguero, que elabora un vermut por realizar un experimento, un padre que lo prueba y un comentario en la calle en una charla informal con el alcalde.
La idea gustó y tanto el primer representante municipal, Miguel Ángel Fernández, como miembros de la asociación cultural El Cerrillo, retan al elaborador de ese vermut y a los jóvenes del pueblo a que preparen una muestra que pueda ser valorada por la gente, dejando abierta la puerta para que el resultado pueda servir como un vermut institucional o como algo de mayor trascendencia. Se ponen a trabajar. Es un pequeño grupo integrado por el hijo del bodeguero, Aner Viñegra; una experta en plantas especializada en gestión de aromas, Eli Díez, que reside en Páganos; y un amigo de ambos, Pablo Calleja.