Alrededor de 3.500 voluntarios y voluntarias colaboran en la Gran Recogida de noviembre del Banco de Alimentos de Navarra (BAN). Las labores que llevan a cabo son muy diversas; desde logística, gestión y administración, hasta recogida, promoción y reparto. La recogida física de alimentos tuvo lugar el ayer y hoy en diferentes supermercados, y aunque todavía no es posible ponerle números a la cantidad de alimentos y dinero recolectado, “vamos muy bien; cuando se acerca la Navidad, notamos mayor solidaridad”, ha indicado esta mañana Marisol Villar, presidenta del BAN.
SENSACIONES
“Como la recogida se hace mixta, es decir, de dinero y de alimentos, no tenemos aún ninguna cifra concreta, pero la sensación es buena”, ha señalado Villar. Todavía falta mucho por recoger y contabilizar, pero hasta el momento son 20.000 los kilogramos de alimentos que han sido pesados. “Es un proceso complejo. Nos colocamos en distintos supermercados y ellos mismos se encargan de llevar los productos donados al banco de alimentos”, ha explicado la presidenta del BAN, sin dejar de agradecer la labor de todos los navarros.
Desde el BAN, cada mes se distribuyen 300 toneladas de comida, y con esta campaña a Villar le encantaría llegar a las 400, pero “es un sueño casi inalcanzable”, ha expresado. La sensación de los voluntarios es positiva, “parece que se está recogiendo mejor que en la campaña de primavera”, ha añadido. Asimismo, Villar ha puntualizado que se recomienda donar productos no perecederos, como aceite, leche o legumbres. “También se agradecen mucho los productos de alimentación infantil, como los potitos”, ha apuntado.
En la entidad toda ayuda es necesaria. Son 25.000 las personas que son atendidas en el BAN y, aunque la cifra varía dependiendo del mes, “no sabemos si incrementará”, ha lamentado Villar. Además, ha recalcado que “nos encontramos cada vez a más trabajadores que necesitan ayuda. Trabajan y tienen un sueldo, pero no les da para vivir y acuden a nosotros”.
LOS VOLUNTARIOS
A las puertas del Eroski, en la plaza San Sebastián de Pamplona, los voluntarios animaban a los clientes del hipermercado a donar alimentos. “Yo escuché en la radio que necesitaban voluntarios y decidí apuntarme. Es la primera vez que estoy al otro lado,y sin duda repetiré”, comentó uno de los voluntarios, cuya identidad prefiere mantener bajo anonimato.
Dentro del supermercado, Inmaculada Mitxitorena alentaba a los donantes junto a su marido, Félix Irigoien. Ambos llevan 4 años siendo voluntarios, especialmente por el barrio de Iturrama y, con una sonrisa, invitan a los navarros cada mes a familiarizarse con la generosidad.