Navarra sufrió el año pasado un desplome del 13,8% en las ventas de vehículos nuevos. En total, las 7.229 unidades comercializadas el año pasado suponen 1.152 menos que el año anterior, el primero de la pandemia.
Es el peor dato en matriculaciones en la Comunidad Foral desde el año 2012, en plena crisis, cuando se registró una cifra de 7.034 unidades. Al igual que en otros espacios, el vehículo con motores alternativos, como el eléctrico o el híbrido, fue el más vendido en los concesionarios navarros, con alrededor de un tercio de las ventas, perosu ascenso no sirve para compensar la caída de las matriculaciones de coches propulsados por motores de combustión de gasolina o gasóleo.
Los problemas de abastecimiento de piezas electrónicas, la inseguridad general en torno a la evolución de la pandemia y las restricciones a la movilidad son las principales razones del descenso. La primera de ellas, además, está impactando plenamente en el empleo y ha motivado un nuevo ERTE en la planta de Volkswagen en Landaben, un expediente que estará en vigor durante el primer semestre del año, según el acuerdo alcanzado por los sindicatos UGT y CCOO con la dirección.
Para este año, además, las previsiones no son mejores. Ganvam pronostica un pequeño retroceso, con un cálculo de alrededor de 7.120 unidades vendidas, mientras que en el mercado del coche usado la patronal presupuesta unas ventas de 31.290 vehículos frente a las 31.198 registradas al cierre de 2021. El sector deposita gran parte de su confianza en el año 2023, cuando se espera que el horizonte de la recuperación económica esté más despejado. – J. Garma