Nekane Díez (Barakaldo, 13-VIII-1991) es historia viva del Athletic. Una referente. Icono de un equipo que pierde de cara al próximo ejercicio a una futbolista con mayúsculas que puede presumir de ser la segunda máxima goleadora en la historia del conjunto femenino y la cuarta con más partidos disputados con un total de 162 tantos y 381 partidos como leona. Después de dieciséis temporadas en el primer equipo bilbaino, el viaje toca a su fin para una jugadora que tomó la palabra en la sala de prensa de San Mamés para poner voz a su meditada decisión de colgar las botas.
Arropada por el resto de la plantilla, por el cuerpo técnico liderado por Iraia Iturregi y por su familia, el presidente Jon Uriarte fue el encargado de comandar una emotiva ceremonia de despedida en la que el máximo mandatario rojiblanco quiso poner en valor que Nekane, campeona de liga en 2016 “es una leyenda con unos números impresionantes. Tiene el récord de precocidad en el Athletic superando incluso a Iker Muniain al debutar con 15 años y su número de partidos con nuestra camiseta es abrumador. Es una One Club Woman en toda regla a la que conocí el pasado verano y puedo decir que es, además, una gran persona. Ojalá la pudiéramos haber visto celebrar la Copa en el Ayuntamiento, pero seguirá apoyando a nuestro equipo sin ningún género de dudas”.
Acto seguido arrancó, no sin dificultad, la de Barakaldo, quien inició su discurso con un revelador “Ay, ama”. Intentando contener las lágrimas sin éxito, remarcó de saque que “este viaje ha sido inolvidable” y lamentó las importantes lesiones sufridas a lo largo de una dilatada y exitosa carrera en la que admitió que “los últimos años no han sido fáciles, pero siempre he intentado dar lo mejor de mí”. “Hemos reído, hemos llorado y, sobre todo, hemos aprendido juntas. Os queda un futuro impresionante”, lanzó asimismo Nekane a sus compañeras de vestuario, en pie todas para brindar un caluroso adiós a una mujer que admitió que “es difícil despedirse, pero me voy tranquila y feliz, porque no puedo pedir nada más. Vestir esta camiseta empezó siendo un sueño en casa y lo he conseguido todo”.
“ La dichosa Copa es la espinita que me queda, porque la hemos tenido cerca y se nos ha resistido ”
“La dichosa Copa es la espinita que me queda, porque la hemos tenido cerca y se nos ha resistido, pero estoy segura de que vamos a estar todavía más cerca y llegará el momento en el que podamos traer el trofeo a nuestras vitrinas”, vaticinó la vizcaina, quien a la hora de quedarse con un recuerdo confesó que “es complicado y creo que no elegiría ni siquiera el título de liga, porque todos los momentos que me llevo de Lezama han sido inolvidables y me han marcado”.
EL FUTURO
Respecto a su futuro inmediato, Nekane apuntó que “me he estado formando como entrenadora, el fútbol es mi pasión y me encantaría seguir ligada a este deporte, pero hasta el 30 de junio soy futbolista y no quiero quitarme todavía ese carné”. Cuestionada por el recuerdo que le gustaría dejar en la gente, la de Barakaldo resaltó que “mucha gente me dice que soy una leyenda y una referente para ellas, pero yo no he sido consciente hasta ahora de que había jugado tantos partidos y de que había ido tantos días a Lezama, así que no sé cómo me gustaría que me recordaran”.
“No sé si sería posible actualmente que una jugadora debutara en el primer equipo con 15 años, pero el futuro está asegurado y ojalá alguna de estas jóvenes me supere en goles y en partidos. Eso significaría que alguien es capaz de sentir y vivir durante dieciséis años lo que es el Athletic”, profundizó Nekane, quien una vez concluyó el partido de Copa ante el Real Madrid y supo que su camino había tocado a su fin sintió “tristeza y alegría a la vez al haber acabado todo para mí. Por eso me rompí tanto, además del dolor por no poder levantar esa Copa, porque el equipo lo merecía”.
El motivo de colgar las botas se debe, en buena medida, a que “en los últimos años no he participado tanto como me hubiera gustado y la decisión llevaba tiempo rondando mi cabeza. En el campo no estaba siendo ya la jugadora que había sido durante todos estos años, pero me costaría ponerme otra camiseta y ser capaz de jugar contra el Athletic, así que pensaba que había llegado ya el momento y por eso me voy bien”. “Lo que más voy a echar de menos es a mis compañeras. Va a ser muy difícil despertarme y no ir a desayunar con ellas, salir a entrenar, ir al gimnasio, a la enfermería, todas las veces que hemos ido al cine...incluso tener que salir del grupo de WhatsApp, que no sé si voy a ser capaz de salir de ahí, pero saber soltar es importante en la vida y tengo que soltarlas”, finalizó Nekane en medio de una ovación a la altura de su legado.