Tel Aviv – El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció ayer su intención de responder con “deportaciones inmediatas” a los eritreos implicados en los graves disturbios ocurridos el pasado sábado en Tel Aviv y que se saldaron con más de 160 heridos, algunos de ellos de gravedad.
En respuesta, Netanyahu mantuvo ayer una reunión con un “equipo especial de ministros” y prometió una “respuesta dura contra los alborotadores, incluida la deportación inmediata de quienes participaron”. Así, pidió a sus ministros un plan “para expulsar de Israel a los infiltrados ilegales que quedan”, para suspender los visados de trabajo que se consideren necesarios y “una ley fundamental de inmigración”, informa el diario Yedioth Aharonoth.
El Gobierno autorizará además la detención de sospechosos por la vía administrativa, que permite el arresto de individuos con un menor nivel de prueba. Hasta el momento hay 50 detenidos. “Sigue habiendo un grave problema con los infiltrados ilegales en el sur de Tel Aviv y en otras partes, pero lo que ocurrió ayer cruza una línea roja. Es una revuelta con derramamiento de sangre y no lo podemos tolerar”, afirmó Netanyahu.
Para el mandatario israelí “la infiltración masiva e ilegal en Israel desde África supone una amenaza real para el futuro de Israel como Estado judío y democrático”. “Hay varias decenas de miles de infiltrados ilegales que están ya en el país. Conseguimos sacar a 12.000 voluntariamente, con incentivos y otras medidas. Queríamos que fueran más, pero lamentablemente las medidas fueron rechazadas por el Tribunal Supremo”, explicó.
Desde la Organización de Ayuda a los Refugiados de Israel (ASF) criticaron ya el discurso “populista” de Netanyahu y recordaron que se había advertido reiteradamente del riesgo de los actos convocados para el sábado. “Parece que estaban esperando para que prendiera para lanzar una campaña salvaje de odio contra la comunidad de solicitantes de asilo eritreos y contra los refugiados en general”, argumentaron.
La violencia estalló entre manifestantes contrarios al Gobierno eritreo y los asistentes a un evento cultural organizado por la Embajada eritrea en Israel y provocó graves daños materiales además de las lesiones.
De los 160 heridos hay dos en cuidados intensivos, ocho con pronóstico grave, trece en estado moderado y 93 con heridas leves. Entre ellos hay al menos cuatro con heridas de bala. Por parte de la Policía hubo 50 agentes lesionados, la mayoría por el impacto de piedras y otros objetos.
Reforma judicial
Por otra parte, La fiscal general del Estado de Israel, Gali Baharav-Miara, instó ayer al Tribunal Supremo de ese país a derogar una ley clave de la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu, a pocos días de que la Corte analice las apelaciones presentadas contra la legislación, aprobada en julio. La fiscal general alertó sobre los peligros que representa para la democracia israelí la ley que anuló la doctrina de razonabilidad, que permitía al Supremo revisar y revocar decisiones gubernamentales de acuerdo a si éstas eran razonables o no.
“Esta enmienda representa un golpe fatal a los cimientos del sistema democrático”, expresó un comunicado de su oficina, que destacó que Baharav-Miara “considera que no hay otra opción que declarar su nulidad”. “La enmienda cierra las puertas del Supremo a toda persona y grupo que pueda resultar perjudicado si el Gobierno o uno de sus ministros actúa hacia ellos de una manera extremadamente irrazonable”, agregó el texto.