Ya lo avisó Netflix el año pasado, las cuentas no se pueden compartir. O más exactamente, no se pueden compartir con dos localizaciones distintas. La masiva pérdida de suscriptores, se habla de casi dos millones, en el primer semestre de 2022 encendió las alarmas y la plataforma decidió atajar un agujero negro de clientes, las cuentas compartidas.
Esta práctica ya estaba prohibida de partida en las condiciones de uso, pero los administradores de Netflix se dedicaron a mirar para otra parte mientras las suscripciones aumentaban. Pero el susto de comienzos de 2022 hizo que tomaran medidas para penalizar esta práctica. Debió dar resultado porque en el segundo semestre del año recuperaron el terreno perdido. La política de un hogar una cuenta se ponía en marcha.
Se calcula que la plataforma tiene 230 millones de suscriptores en todo el mundo, a los que hay que añadir otros 100 millones de personas que consumen sus contenidos gracias a las contraseñas facilitadas por otros clientes. Si estos enganchados clandestinos pagaran su correspondiente cuota, las cuentas de la empresa subirían considerablemente y el negocio es el negocio.
Tras barajar una serie de medidas, como la de cobrar 3 euros por cada contraseña compartida, lo que llamaban crear nuevas subcuentas, acaban de dar a conocer cómo van a controlar quién y dónde se usa cada cuenta y bloquearán aquellas que no se ajusten a sus condiciones. No se sabe en que fecha se pondrá en marcha este plan, pero los indicios apuntan a marzo.
Las nuevas condiciones
La idea de partida es que una cuenta de Netflix pueda ser disfrutada solo por las personas que vivan juntas en un hogar. Por ello, dispositivos que se conecten usando la misma dirección IP que el principal, el del titular, serán los dispositivos de confianza. Y en principio no necesitan ser verificados. Porque esta verificación es la que tendrá en cuenta Netflix para bloquear una cuenta o no.
Mientras todos los que se aprovechen de esa cuenta se mantengan bajo el mismo techo, entendiendo esto como la misma dirección IP, no hay problema. Pero si el titular de la cuenta principal o alguno de los dispositivos de confianza se quiere conectar desde otro lugar, fuera de lo que han dado en llamar hogar Netflix, pueden comenzar las complicaciones.
Según explican desde Netflix, cuando alguien inicie una sesión en una cuenta desde un dispositivo que no esté asociado a un hogar Netflix o se acceda a esa cuenta de forma persistente desde un lugar ajeno, es posible que desde la compañía pidan que se verifique ese dispositivo antes de acceder a los contenidos para confirmar que tiene autorización.
Para ello, desde Netflix mandarán un enlace al correo electrónico o al móvil del titular asociados a la cuenta principal. Al abrir la página se obtendrá un código de cuatro dígitos que debe introducirse en el dispositivo a través del cual se quiere acceder a los contenidos. Dispone de una ventana de tiempo de 15 minutos para hacerlo, si expira hay que volver a empezar. Si todo ha ido bien, ya es posible ver la serie o la película elegida.
Pero esto no es todo. Las personas que salen del amparo del hogar Netflix mantendrán su condición de confiable durante un plazo de 31 días, aunque hayan tenido que verificar su condición. Para poder alargarlo deberán conectarse a Netflix al menos una vez cada mes utilizando el wifi del titular en el hogar del que ha salido.
Uno de los problemas que presenta es que, al menos para España, está sin definir qué es un hogar Netflix y qué supone. Tampoco qué va a pasar con los suscriptores que se conecten a través de IP dinámicas, que cambian cada vez que se reinicia un router, o si abandonan la idea de pagar un suplemento por las cuentas compartidas.
El número de dispositivos que se pueden conectar simultáneamente a Netflix desde una misma cuenta, siempre que pertenezcan a personas del mismo hogar, vendrá determinado por el plan que se contrate.