La decisión de tener hijos es una de las más importantes en la vida de una persona. Aunque durante siglos, factores como la tradición y las expectativas sociales determinaban el momento de la maternidad, hoy en día la elección es mucho más personal y compleja.
Con el avance de la ciencia, cada vez más mujeres y parejas están reevaluando cuándo es el mejor momento para formar una familia, considerando tanto aspectos biológicos como sociales y económicos. Las investigaciones científicas sobre la fertilidad y el bienestar materno han arrojado nuevos datos que sugieren que no existe una única respuesta correcta a esta pregunta, pero sí una ventana temporal que puede considerarse óptima para quienes desean ser padres.
La mejor edad para tener hijos, según la ciencia
En términos biológicos, la fertilidad femenina alcanza su punto máximo entre los 20 y los 30 años, aunque muchas mujeres no sienten que este sea el momento adecuado para ser madres. Según los estudios científicos, la edad óptima para tener el primer hijo desde un punto de vista estrictamente biológico sería entre los 25 y 30 años. En este periodo, las mujeres presentan una mayor reserva ovárica y menor riesgo de complicaciones durante el embarazo. Los especialistas coinciden en que, desde el punto de vista fisiológico, los embarazos en esta etapa suelen ser más seguros tanto para la madre como para el bebé.
Sin embargo, la ciencia también indica que, a pesar de que la fertilidad femenina comienza a disminuir de manera más notable a partir de los 35 años, muchas mujeres pueden tener embarazos saludables incluso en la segunda mitad de la treintena y principios de los 40. Gracias a los avances médicos y las opciones de tratamiento para la fertilidad, como la fecundación in vitro o la congelación de óvulos, la edad para ser madre se ha extendido. No obstante, los estudios muestran que los riesgos de complicaciones aumentan a partir de los 35, tanto para la madre como para el bebé, con mayor probabilidad de partos prematuros, cesáreas, y condiciones como el síndrome de Down en los recién nacidos.
Por otro lado, el bienestar emocional y financiero también juega un papel crucial a la hora de decidir cuándo tener hijos. En muchas sociedades modernas, las mujeres prefieren esperar hasta haber alcanzado una mayor estabilidad profesional y personal antes de formar una familia. Este retraso en la maternidad, aunque asociado a ciertos riesgos biológicos, puede traer beneficios psicológicos y económicos. Así, aunque la ciencia biológica pueda sugerir una ventana de edad específica, la mejor edad para tener hijos depende de múltiples factores.
Mujer embarazada
La edad media de las mujeres al ser madres en Euskadi
En el caso de Euskadi, como en gran parte de Europa, la edad media a la que las mujeres tienen su primer hijo ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Instituto Vasco de Estadística (Eustat), la edad media de las mujeres vascas al ser madres se sitúa alrededor de los 33 años. Este promedio refleja una tendencia similar a la de otros países desarrollados, donde cada vez más mujeres postergan la maternidad debido a una variedad de razones sociales, económicas y profesionales.
El retraso en la edad de la maternidad ha sido más marcado en las últimas dos décadas, cuando en los años 80 y 90 la edad media para ser madre en Euskadi rondaba los 25-27 años. Hoy en día, no es raro ver a mujeres que se convierten en madres por primera vez a los 35 años o más. Esta tendencia es particularmente notable en las ciudades, donde el acceso a la educación superior y las oportunidades laborales son mayores, lo que facilita la decisión de retrasar la maternidad en favor de otros objetivos personales y profesionales.
Madre con sus hijos
Factores que influyen en que las mujeres tengan hijos más tarde
El retraso en la maternidad no se debe exclusivamente a la biología. Son múltiples los factores que influyen en que las mujeres decidan tener hijos más tarde. Uno de los factores más destacados es el cambio en las expectativas sociales y la creciente participación de las mujeres en la educación y el mercado laboral. En Euskadi, como en otras regiones de Europa, las mujeres acceden a estudios superiores en mayor proporción que en el pasado, lo que a menudo conlleva una entrada más tardía al mercado laboral y, por lo tanto, un retraso en la toma de decisiones sobre la maternidad.
Otro factor es la búsqueda de estabilidad económica. Muchas mujeres, antes de tener hijos, quieren asegurarse de tener un empleo estable y una vivienda adecuada. La incertidumbre económica y la precariedad laboral que se ha acentuado en los últimos años en algunas regiones también influye en este retraso.
Joven trabaja con el ordenador mientras tiene a su bebé en brazos
Además, los avances en la medicina reproductiva han permitido que las mujeres se sientan más cómodas al retrasar la maternidad, sabiendo que existen opciones como la congelación de óvulos o los tratamientos de fertilidad que pueden aumentar las posibilidades de tener hijos a una edad más avanzada.
Finalmente, el cambio en las dinámicas familiares y las relaciones de pareja también ha jugado un papel. Cada vez es más común que las mujeres esperen a establecer relaciones sentimentales estables antes de tener hijos, lo que a menudo ocurre más tarde en la vida.