A medida que las temperaturas bajan y el frío se instala, muchos buscan la calidez y el confort de una buena manta. Este accesorio se convierte en un aliado esencial para mantenerse abrigado durante las largas noches de invierno. Sin embargo, a pesar de su uso frecuente, las mantas suelen ser las grandes olvidadas a la hora de la limpieza.
Según los expertos en higiene, este descuido puede tener repercusiones en la salud y el bienestar de las personas, y es importante prestar atención a este elemento del hogar.
La importancia de lavar las mantas
A lo largo de los meses de invierno, las mantas acumulan una variedad de partículas que pueden ser perjudiciales. Desde polvo y ácaros hasta pelos de mascotas y microorganismos, estos elementos pueden contribuir a problemas de salud, especialmente para aquellos que sufren de alergias o asma. De acuerdo con los expertos, las mantas deben ser lavadas con la misma frecuencia que las sábanas, es decir, al menos una vez a la semana. Este hábito no solo garantiza un ambiente más limpio, sino que también prolonga la vida útil de las mantas.
Además, las mantas son un lugar ideal para la acumulación de olores. El sudor, el humo y otras sustancias pueden impregnarse en las fibras, lo que puede resultar desagradable con el tiempo. Por ello, es fundamental lavar las mantas para mantener un ambiente fresco y saludable en el hogar.

Manta en tonos beige con flecos encima de la cama recién hecha
¿Con qué frecuencia deberíamos lavar las mantas?
La frecuencia con la que se deben lavar las mantas puede variar dependiendo del uso y del tipo de material. Por lo general, se recomienda lavar las mantas al menos cada dos semanas durante los meses de invierno. Sin embargo, si hay mascotas en casa o si alguien sufre de alergias, es aconsejable lavarlas semanalmente.
Para aquellos que utilizan mantas en el sofá o en la cama, la recomendación también incluye limpiarlas después de recibir visitas o después de un resfriado. Estos cuidados ayudan a mantener un espacio saludable y cómodo para todos los miembros de la familia.

Chico resfriado tapado con una manta mientras se suena la nariz
Cómo lavar las mantas correctamente
Lavar mantas puede parecer una tarea sencilla, pero hay ciertos cuidados que deben tenerse en cuenta para garantizar que se mantengan en óptimas condiciones. Los expertos sugieren seguir algunas pautas al lavar mantas de diferentes materiales.
- Leer la etiqueta: Antes de lavar cualquier manta, es crucial revisar la etiqueta de cuidado. Allí se especifican las instrucciones del fabricante sobre la temperatura del agua, el tipo de detergente y las recomendaciones de secado.
- Usar un detergente suave: Para preservar la suavidad y los colores de las mantas, es recomendable utilizar un detergente suave. Los productos químicos agresivos pueden dañar las fibras, por lo que es mejor optar por opciones más naturales y menos invasivas.
- Lavar a baja temperatura: Las mantas de lana, por ejemplo, deben lavarse con agua fría o tibia para evitar que se encojan. Las mantas de microfibra, en cambio, pueden lavarse a temperaturas más altas, pero siempre es bueno seguir las indicaciones de la etiqueta.
- Secar al aire: Siempre que sea posible, se recomienda secar las mantas al aire libre. La exposición al sol no solo ayuda a eliminar olores, sino que también actúa como un desinfectante natural. Si se utiliza una secadora, se debe optar por un ciclo de baja temperatura para evitar el encogimiento.

Primer plano de una mano poniendo en marcha la lavadora
Beneficios de mantener las mantas limpias
Mantener las mantas limpias no solo mejora la calidad del aire en el hogar, sino que también contribuye al bienestar general. Dormir bajo una manta limpia y fresca puede mejorar la calidad del sueño, ya que se reduce la posibilidad de irritaciones en la piel y alergias. Además, un entorno limpio y ordenado tiene un impacto positivo en el estado de ánimo, lo que es especialmente importante durante los meses más fríos y oscuros del año.
Las mantas también pueden acumular humedad si se utilizan en espacios cerrados sin ventilación adecuada. Esto puede llevar al desarrollo de moho y hongos, que son perjudiciales para la salud. Por lo tanto, es esencial asegurarse de que las mantas estén secas y limpias antes de guardarlas o utilizarlas.

Sofá con la manta doblada y los cojines colocados en su sitio para mantener el orden y el salón despejado
Otras recomendaciones para el cuidado de las mantas
Además de lavarlas regularmente, los expertos sugieren algunas prácticas adicionales para cuidar las mantas durante el invierno:
- Ventilarlas: Dejar las mantas al aire libre durante unas horas puede ayudar a eliminar olores y humedad acumulados. Esto es especialmente útil después de un uso prolongado.
- Rotarlas: Si se utilizan varias mantas en casa, es recomendable rotarlas para que cada una tenga la oportunidad de ser limpiada y aireada. Esto también asegura que se desgasten de manera uniforme.
- Almacenarlas adecuadamente: Al final de la temporada de invierno, es importante almacenar las mantas en un lugar seco y fresco. Utilizar bolsas de almacenamiento al vacío puede ayudar a protegerlas del polvo y los insectos.
A medida que se disfruta de la calidez y el confort que brindan las mantas durante el invierno, es fundamental no olvidar la importancia de su limpieza. Lavar las mantas regularmente no solo mejora la higiene del hogar, sino que también contribuye a un ambiente más saludable y acogedor. Siguiendo los consejos de los expertos, se puede disfrutar de la suavidad de las mantas mientras se garantiza un espacio libre de alérgenos y olores desagradables. En definitiva, dedicar tiempo a cuidar este importante elemento del hogar es una inversión en bienestar y calidad de vida durante los meses más fríos del año.