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Ni boca abajo ni de lado: esta es la mejor postura para dormir si tienes tos y congestión, según los expertos

La forma en que dormimos tiene un efecto directo en nuestra capacidad para respirar, especialmente cuando estamos resfriados
Dormir con resfriado / Freepik

Dormir bien es fundamental para la salud, pero cuando la tos y la congestión nasal entran en escena, las noches pueden convertirse en una auténtica pesadilla. Estos síntomas, típicos de resfriados, gripes y alergias, interrumpen el descanso y pueden agravar la sensación de agotamiento.

La buena noticia es que adoptar la postura correcta para dormir puede marcar una gran diferencia, mejorando la respiración y reduciendo la incomodidad. A continuación, se analizan las mejores posiciones para descansar mejor cuando se lucha contra la tos y la congestión, junto con consejos adicionales para optimizar el sueño en estas condiciones.

El impacto de la postura en la calidad del sueño

La forma en que dormimos tiene un efecto directo en nuestra capacidad para respirar, especialmente cuando estamos congestionados. Dormir en una postura inapropiada puede empeorar el flujo de aire, acumular secreciones en las vías respiratorias y aumentar los episodios de tos. Por eso, elegir una posición adecuada no solo facilita la respiración, sino que también ayuda al cuerpo a recuperarse más rápidamente.

Cuando se está acostado, la gravedad influye en el drenaje nasal y en el comportamiento de las mucosidades. Dormir boca arriba o completamente horizontal puede permitir que las secreciones se acumulen en la garganta, causando irritación y desencadenando más tos. Aquí es donde las posturas adecuadas entran en juego como un aliado clave para mejorar la calidad del sueño.

Chica resfriada en la cama Freepik

Las mejores posturas para dormir con tos y congestión

1. Dormir semi-incorporado

La posición más recomendada por los expertos es dormir semi-incorporado, utilizando una almohada extra o un cojín para elevar la cabeza y el torso. Este ángulo evita que las mucosidades se acumulen en la garganta, reduciendo los ataques de tos nocturna. Además, favorece el drenaje de los senos paranasales, lo que alivia la congestión.

Para quienes sufren de reflujo ácido junto con tos, esta postura es doblemente beneficiosa, ya que evita que los ácidos estomacales asciendan, un problema común en personas que duermen completamente acostadas.

Dormir ligeramente incorporado con ayuda de una almohada o cojín para favorecer el flujo de aire y mejorar la congestión nasal Freepik

2. Dormir de lado

Si bien la posición semi-incorporada es ideal, dormir de lado puede ser una buena alternativa, especialmente si es imposible mantenerse elevado durante toda la noche. Dormir de lado ayuda a abrir las vías respiratorias y facilita el flujo de aire. Sin embargo, es importante asegurarse de que la cabeza esté ligeramente elevada para evitar la acumulación de mucosidad en la garganta.

Para quienes tienen una fosa nasal más congestionada que la otra, dormir del lado contrario al de la obstrucción puede ofrecer algo de alivio, ya que permite que la mucosidad fluya hacia abajo.

3. Evitar dormir boca abajo o completamente horizontal

Dormir boca abajo puede presionar el cuello y dificultar aún más la respiración. Asimismo, dormir completamente horizontal facilita la acumulación de mucosidad en la garganta, lo que intensifica los ataques de tos y genera una sensación de ahogo. Estas posiciones deben evitarse a toda costa si se busca un sueño reparador cuando se tienen estos síntomas.

Otros consejos para mejorar el sueño con tos y congestión

Adoptar la postura correcta es solo una parte de la solución. Incorporar ciertos hábitos y remedios puede potenciar el alivio y garantizar un mejor descanso:

Hidratación constante

Mantenerse hidratado durante el día es clave para reducir la mucosidad y aliviar la irritación en la garganta. Beber agua tibia o infusiones antes de acostarse también puede ayudar a calmar la tos.

Uso de un humidificador

Un ambiente seco puede empeorar la congestión nasal y provocar más tos. Usar un humidificador en el dormitorio añade humedad al aire, evitando que las vías respiratorias se sequen y facilitando una respiración más cómoda.

Humidificador Pixabay

Evitar irritantes antes de dormir

El humo, los perfumes fuertes y los productos químicos pueden irritar aún más las vías respiratorias. Mantener el dormitorio limpio y libre de alérgenos es esencial, especialmente si la tos y la congestión tienen un componente alérgico.

Inhalaciones de vapor

Realizar inhalaciones con vapor de agua caliente antes de acostarse ayuda a despejar los senos paranasales y reducir la congestión. Añadir unas gotas de eucalipto o menta puede potenciar este efecto.

Terapias naturales y medicación

Para quienes buscan alivio inmediato, existen jarabes específicos para la tos o descongestionantes nasales que pueden usarse con moderación. Sin embargo, es importante consultar con un profesional de la salud antes de optar por medicación, especialmente si los síntomas persisten.

La importancia del descanso en la recuperación

El sueño es uno de los pilares más importantes para fortalecer el sistema inmunológico. Durante las horas de descanso, el cuerpo se dedica a reparar tejidos, combatir infecciones y renovar energías. Por ello, tomar medidas para garantizar un sueño reparador, incluso en momentos de enfermedad, no solo mejora la calidad de vida a corto plazo, sino que acelera la recuperación de manera significativa.

En conclusión, cuando la tos y la congestión dificultan el sueño, la solución no está solo en tratar los síntomas, sino en adaptar las posturas y el entorno para garantizar un descanso adecuado. Dormir semi-incorporado o de lado, junto con la implementación de hábitos saludables, puede marcar la diferencia en noches complicadas. Asegurarse de cuidar estos aspectos hará que las noches sean más llevaderas y las mañanas menos agotadoras.

20/11/2024