El cambio físico de Ibai Llanos, uno de los streamers más influyentes del mundo, ha inspirado a millones de personas. Sin embargo, detrás de su transformación hay un enfoque consciente y equilibrado, liderado por su entrenador personal, Valen. Este profesional ha dejado claro que, al intentar adelgazar, centrarse únicamente en la báscula no es el camino más adecuado.
A través de sus redes sociales, Valen ha compartido su visión sobre la frecuencia con la que se debe pesarse, desmontando mitos y ofreciendo un enfoque más saludable para quienes buscan mejorar su cuerpo y su bienestar.
La báscula: ¿aliada o enemiga?
Valen es contundente al afirmar que la báscula puede convertirse en la peor aliada en un proceso de adelgazamiento. Aunque muchas personas utilizan el peso como el principal indicador de su progreso, el entrenador advierte que este hábito puede ser engañoso. Según él, el peso fluctúa constantemente a lo largo del día debido a múltiples factores, como la hidratación, las comidas, el ejercicio o incluso los ciclos hormonales.
En uno de sus vídeos, Valen muestra cómo su propio peso varía según el momento del día: al despertar, después de entrenar, tras comer y antes de dormir. Estas fluctuaciones son completamente normales, pero pueden llevar a interpretaciones erróneas si no se comprende su causa. Por esta razón, el entrenador insiste en que basar el progreso únicamente en la báscula puede generar una falsa percepción de éxito o fracaso.
Más allá del peso: la importancia de la composición corporal
Uno de los puntos clave que destaca Valen es que el peso no refleja los cambios en la composición corporal. Durante un proceso de adelgazamiento, es posible que una persona pierda grasa pero gane músculo, lo que puede mantener el número en la báscula prácticamente inalterado. Esto no significa que no haya avances; al contrario, ganar masa muscular y reducir grasa es un indicador de una transformación positiva.
El entrenador subraya que la báscula no puede medir aspectos cruciales como el aumento de la masa muscular, la pérdida de grasa o los cambios en los niveles de glucógeno. Estos factores son fundamentales para evaluar la mejora de la composición corporal, pero no se reflejan en un simple número. Por ello, Valen invita a las personas a centrarse en indicadores más relevantes para medir el éxito de su proceso.
Mujer entrena con levantamiento de pesas
Los riesgos emocionales de obsesionarse con el peso
Otro aspecto que Valen recalca es el impacto emocional negativo que puede generar depender exclusivamente del peso como indicador de progreso. Según el entrenador, esta práctica puede crear frustración y afectar el estado anímico de las personas, especialmente cuando las fluctuaciones no reflejan sus esfuerzos.
"Tu estado mental no puede depender de si sube o baja la báscula", asegura Valen, alertando sobre cómo esta dependencia puede desmotivar a quienes buscan resultados sostenibles. Para evitar este problema, propone cambiar el enfoque hacia objetivos más positivos y tangibles, como sentirse con más energía, notar mejoras en la salud o ganar agilidad y fuerza.
¿Con qué frecuencia es recomendable pesarse?
Aunque Valen no descarta completamente el uso de la báscula, recomienda limitar su uso a un enfoque complementario, en lugar de convertirla en el centro del proceso. En lugar de pesarse diariamente, aconseja hacerlo de forma esporádica, por ejemplo, una vez a la semana o incluso menos. Esto permite evitar las fluctuaciones diarias y obtener una visión más global de los cambios en el tiempo.
Sin embargo, el entrenador insiste en que el peso debe ser solo un dato más dentro de un enfoque integral. Los progresos reales se perciben en otros aspectos: el nivel de energía, la mejora en el rendimiento físico o el bienestar general.
Pesarse en la báscula
Enfoques alternativos para medir el progreso
Para Valen, el éxito en un proceso de adelgazamiento no se mide en kilos perdidos, sino en calidad de vida ganada. Entre los indicadores más relevantes que menciona están:
- Bienestar general: Sentirse con más energía y vitalidad es un claro signo de progreso.
- Cambios en la apariencia: Cómo sientan las prendas de ropa o los cambios visibles en el cuerpo pueden ser más fiables que el peso.
- Fortaleza y agilidad: Notar mejoras en el rendimiento físico, como mayor fuerza o resistencia.
- Salud emocional: Mantener una relación positiva con el proceso, sin obsesionarse con números.
Valen invita a las personas a enfocarse en estos aspectos para mantener la motivación y construir un cambio físico y emocional sostenible.