Desde mayo del año 2022, suena siempre en bodas, bautizos y comuniones. Y es, como El chacachá del tren, el Sobreviviré de Mónica Naranjo, o el Ave María de David Bisbal, una sonata clásica en cualquier guateque o verbena que se precie. Un clásico pop eurovisivo que Rosa López habrá interpretado tantas veces como cambios de looks se ha realizado desde aquel Festival de la Canción celebrado en Tallín (Estonia). Seguramente, el único hit histórico que todavía se puede asociar a la cantante granadina, con una carrera con más valles que picos. Por ello, y a pesar de tratarse de la empachosa noche del Día de Reyes, resulta absolutamente incomprensible la colección de aullidos que sonaron en directo. La terrible vomitona de notas que sonó en el opening del Mediafest Night Fever con peor audiencia de la historia (un 7,8% de share, y solo 795.000 personas). Las malas lenguas afirman que buena parte de los telespectadores huyeron aterrados al especial de magos de Tu cara me suena en Antena 3 Televisión. Y todo ello a pesar del buen hacer de nuestra Adela González, el único rostro capaz de mantener la tensión (y el interés) en las noches telecinqueras de viernes.
Pero volviendo al turrón, lo cierto es que la primera actuación del concurso no dejó indiferente absolutamente a nadie. Y mucho menos a las voces inquisidoras de Twitter o TikTok, que bien pronto destacaron el acusado desafine de Ainhoa Cantalapiedra, cuyos coros jamás encajaron y perjudicaron al resto de triunfitos. Incluso la propia Rosa, todo sea dicho, tampoco logró llegar a algunas notas de un histórico tema propio que en ningún momento supo hacer suyo.
Todo un despropósito de actuación de apertura que se unió a una Rosa López más despistada que un pulpo en un garaje. Preguntada en tono irónico por el nombre del formato, la cantante se despistó llamándolo Benidorm Fest (en lugar de Mediafest Night Fever) e incluso llegó a cuestionar si el programa se estaba grabando, cuando todos en plató sabían que era en “riguroso directo” (guiño, guiño).