En la actualidad, el desperdicio de alimentos es un tema que preocupa cada vez más a la sociedad. Con la creciente concienciación sobre la sostenibilidad y la economía, muchos consumidores buscan maneras de evitar tirar comida que aún puede ser consumida.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha emitido un informe revelador que distingue entre los productos alimentarios que pueden consumirse después de su fecha de caducidad y aquellos que, por el contrario, deben ser desechados. En este artículo, exploraremos las diferencias entre las fechas de caducidad y consumo preferente, así como una lista de productos que se pueden disfrutar incluso tras su fecha de consumo, con la advertencia de evitar el pescado y la carne.
Comprendiendo las fechas de caducidad
Los alimentos pueden llevar dos tipos de fechas: la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente. La fecha de caducidad indica el límite tras el cual el alimento puede resultar peligroso para la salud. Esto es especialmente relevante para productos como carne, pescado y lácteos frescos, donde el riesgo de intoxicación alimentaria es alto.
Por otro lado, la fecha de consumo preferente se refiere al período durante el cual el producto mantendrá sus propiedades óptimas de sabor y textura. Pasada esta fecha, el alimento puede no ser tan sabroso, pero generalmente no representa un riesgo para la salud si no ha sido abierto.
La OCU destaca que muchos alimentos pueden consumirse con seguridad días o incluso semanas después de su fecha de consumo preferente, siempre que no presenten signos de deterioro y que se hayan mantenido cerrados.
Productos que se pueden consumir después de su fecha
La OCU ha elaborado una lista de diez productos que son seguros para consumir más allá de su fecha de consumo preferente. Estos incluyen:
- Yogures: Si están sin abrir, pueden consumirse algún día después de la fecha indicada, aunque podrían perder algo de cremosidad.
- Pan de molde: Este alimento puede endurecerse con el tiempo, pero es seguro comerlo mientras no presente moho.
- Patatas fritas y frutos secos: Aunque pueden volverse menos crujientes, son seguros para el consumo.
- Bollos y galletas: Al igual que el pan, pueden perder frescura pero no su seguridad.
- Refrescos y bebidas alcohólicas: Mientras no se abran, estos productos pueden ser consumidos en la mayoría de los casos.
- Pastas, arroces y legumbres: Estos alimentos no perecederos son ideales para consumir más allá de su fecha.
- Mermelada y mantequilla: Pueden cambiar de textura o color, pero siguen siendo comestibles.
- Embutidos y quesos curados: Siempre que no estén abiertos, pueden ser consumidos sin riesgo.
- Sopas y salsas de sobre: Estos productos tienen una larga vida útil y son seguros tras la fecha indicada.
- Envases de tomate frito: También se pueden utilizar sin problemas si no han sido abiertos.
Es importante mencionar que los alimentos calificados como "no perecederos", como la sal, el azúcar y el vinagre, no llevan fecha de caducidad y pueden consumirse en cualquier momento.
También es importante aclarar que, ante cualquier duda, lo mejor es probar los alimentos antes de consumirlos y asegurarse de que no presenten un sabor excesivamente fuerte u otros signos que indiquen que están en mal estado.
Alimentos que deben evitarse
Por el contrario, hay ciertos alimentos que los consumidores deben manejar con precaución. La carne, el pescado y los productos lácteos frescos son los más críticos.
Una vez pasada la fecha de caducidad, el riesgo de contaminación por microorganismos aumenta significativamente, lo que puede provocar intoxicaciones alimentarias. Además, este riesgo puede aparecer incluso antes de la fecha, especialmente si estos alimentos no han sido almacenados a temperaturas adecuadas. La OCU recomienda encarecidamente que se evite el consumo de carne y pescado caducados.
Consejos para evitar el desperdicio alimentario
Para contribuir a la reducción del desperdicio alimentario, la OCU ofrece algunos consejos prácticos. Primero, es esencial revisar regularmente la despensa y el frigorífico para identificar productos que se aproximan a su fecha de caducidad. Planificar las comidas con antelación y comprar solo lo necesario puede ayudar a evitar compras impulsivas que luego podrían llevar a desperdicios. También es recomendable organizar los alimentos en el frigorífico, colocando aquellos que se deben consumir primero en la parte frontal.
Por otro lado, en el caso de frutas y verduras, el aspecto es un buen indicador de su estado. Si no están demasiado pochas, se pueden consumir, pero siempre es importante retirar las partes afectadas. En caso de duda, el sentido del olfato y la vista son los mejores jueces.