Más que autocrítica, que por lo visto en la noche del viernes en el Ciutat de València no ha servido para mucho, al Athletic le toca hacer una profunda reflexión. Es el momento de hincarle el diente a lo sucedido en los dos últimos partidos. Analizar al detalle las decisiones adoptadas por Marcelino García Toral y el resto de miembros de su cuerpo técnico, pero también lo realizado por los futbolistas sobre el terreno de juego, primero en San Mamés y más recientemente en Orriols.
El entrenador asturiano hizo tres cambios con respecto al duelo ante el Cádiz, si bien dos de ellos fueron el regreso al once de Iñigo Martínez y Unai Vencedor, titularísimos para Marcelino. El otro, fue la entrada de Raúl García en lugar de Oihan Sancet. Así, mantuvo la apuesta por Alex Berenguer, inédito de cara a gol este curso y a años luz del rendimiento que ofreció la pasada campaña. No acabó el choque el navarro, algo que no es nuevo, y quien más y mejor respondió saliendo desde el banquillo fue, curiosamente, el que sobre el papel debería ser su sustituto: Nico Williams.