Varios amigos y conocidos del entorno de Rebeca acudieron ayer jueves a la protesta silenciosa. Tal y como lo hicieron el día anterior, al recibir la triste noticia, pidieron a las autoridades “justicia para que se esclarezca el crimen”.
La petición más repetida entre este grupo de asistentes fue la extradición del homicida a su país de origen, Bolivia. “Acá la cárcel será un hotel para él. Allá es donde tiene que pagar porque él tiene más antecedentes penales” por violencia machista, según sentenció Ninfa Salazar ante los medios de comunicación.
Seguidamente, esta amiga íntima de la víctima realizó un llamamiento: “pido por favor a todas las mujeres que han sufrido malos tratos por este hombre que se sumen a denunciar para que esto tenga mucha más fuerza”, solicitaba.
Aseguraron que Rebeca “era consciente de la situación”. Ninfa declaró que en varias ocasiones le dijeron que “siempre siguiera adelante y nunca se dejara maltratar”, concluyó.
Describieron a Rebeca como una “mujer luchadora y muy trabajadora”. Asimismo se preguntaban sobre quién iba a ocuparse de toda su familia. Lamentaron, además, que ella no contase con ningún familiar cercano aquí: “Tenía una hermana en Bilbao, pero lamentablemente en 2019 también murió a manos de otro machista al tirarla por un balcón. Las dos hermanas solo vinieron aquí a trabajar”.
Llevaba tres meses al frente del bar y era quien mantenía a sus padres y a su hija en Bolivia “No es justo que vengamos a trabajar aquí para sacar a flote a nuestras familias allí y nos encontremos con este final”, manifestaba Carolina Condori. “La pareja era amiga nuestra pero jamás pensamos que iban a llegar a una situación como esta”, reconocieron. “Pido justicia por mi amiga Rebeca. Que no haya ni una mujer menos”, repitió. – M.N.G