Política

Niños japoneses emulan el 'Guernica' para recordar los horrores de la guerra

El lehendakari visita la exposición en la embajada española en Tokio
Niños japoneses emulan el Guernica para recordar los horrores de la guerra.

Un cuadro con un gigantesco dado que simboliza el azar en la vida, que en cualquier momento puede repartir una mala baza al ser humano. A la izquierda, un avión recorre un cielo ensangrentado y descarga bombas sobre Tokio en lúgubres tonos grises, recreando el ataque a la ciudad durante la segunda guerra mundial. A su derecha, aparece una ilustración con reminiscencias del 'Guernica' de Picasso, a modo de homenaje por el bombardeo sobre la localidad durante la guerra civil. Y, coronando el mural, un cielo azul repleto de grullas de colores, el símbolo japonés de la recuperación. Esta pintura realizada por la escuela internacional Camelot de Tokio este año es solo un ejemplo de las nueve obras que recoge la exposición Kid’s Gernika: voces por la paz, que ha visitado el lehendakari este sábado y que se exhibe en la embajada española en Japón del 11 al 20 de octubre.

La exposición refleja las distintas maneras de encarar los conflictos y la recuperación en Euskadi, Japón, Irlanda o Ucrania inspirándose en la obra de Picasso y a los ojos de los estudiantes de diferentes escuelas. Varias de estas obras se han exhibido en el Museo del bombardeo de Gernika y, durante toda la visita, los guiños a Euskadi son constantes. Incluso la violinista Yasuzuka Kanon, que interpretó varias piezas a modo de homenaje, conmovió a los presentes tocando con sus cuerdas el Txoria Txori de Mikel Laboa. Hasta el violín que utilizó reflejó la comunión entre los distintos pueblos que han sufrido: lo fabricó un artesano de Ucrania, perteneció a un maestro de Rusia, y su propietario vivía en Hiroshima antes de la bomba atómica lanzada por Estados Unidos, pero por un golpe de suerte no se encontraba entonces en la localidad y, cuando regresó, encontró su instrumento intacto. Iñigo Urkullu quiso reconocer el “esfuerzo y el acierto” que supone esta exposición, cuyas obras han sido recopiladas por Minoru Watanabe. Las grullas que lucían en las solapas los encargados de la exposición sintetizan el objetivo de esta muestra: homenaje y resiliencia.

La exposición 'Kids Guernica' de Japón, en imágenes Irekia

Que no vuelva a ocurrir

El recorrido por la exposición lo condujo el consejero cultural de la embajada, Jesús Sanz Escorihuela, exembajador de Nueva Zelanda y de la Unión Europea en Tailandia. Kid’s Gernika es una ONG creada en Japón en 1995 con motivo del 50 aniversario de la bomba sobre Hiroshima con el objetivo de realizar un lienzo infantil inspirado en el realizado por Picasso, aunque pronto el proyecto adquirió mayor ambición y alcance mundial con el objetivo de impulsar los valores de la paz entre los niños. En Japón existe una sensibilidad especial tras la traumática experiencia de las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, que produjeron una catarata de muertes a merced de la radiación. Este ataque sobre la población civil es lo que hermana a Japón con Gernika, que padeció otro ataque indiscriminado, en su caso por las potencias fascistas a las órdenes de Franco.

La exposición recoge un cuadro realizado por niños ucranianos de Bucha refugiados ahora en Japón, que es un país donde la inmigración es limitada pero donde comienzan también a llegar las personas que huyen de la guerra. También se puede observar un mural plagado de manos en color rosa, pintado por estudiantes, ciudadanos y el alcalde de Nagasaki. Con Nagasaki hay igualmente nexos en común con Euskadi. La bomba atómica dejó calcinada la estatua de la Virgen María de una iglesia católica, de la cual se hizo una réplica que terminó en Bilbao, y la capital vizcaina, a su vez, entregó su réplica a la localidad japonesa. Un cuadro con un inmenso “war (guerra)” pintado en su parte central ha sido realizado por niños de Nagasaki que estuvieron estudiando en Irlanda.

Se exhibe, asimismo, un mural inspirado en el 'Guernica' hecho en Hiroshima y que se exhibió durante la reciente reunión del G-7. La exposición termina con una suerte de moraleja, con un cuadro que refleja una hilera de farolillos sobre el mar, una tradición oriental para pedir deseos. ¿Qué deseo se pide en ese cuadro? Que la bomba sobre Nagasaki sea el último hibakuchi, el último ataque nuclear que sufra la raza humana.

15/10/2023