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Vida y estilo

“No debemos resignarnos a vivir un envejecimiento sin salud”

“Los adultos-mayores actuales nos cuidamos menos; nuestros mayores son los que han mantenido la dieta mediterránea, los alimentos de cercanía y las técnicas culinarias tradicionales”, reconoce el doctor Javier Aranceta Bartrina, presidente de la Real Acad
Aranceta es médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.
Aranceta es médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.

El especialista en Salud Pública reconoce que, en un futuro muy próximo, lo normal será vivir hasta los cien años. “El objetivo será llegar con calidad de vida, con funcionalidad, con ilusión, porque si no será muy aburrido ser centenario. No debemos resignarnos a vivir un envejecimiento sin salud”.

PERSONAL

Lugar de nacimiento: Bilbao, 1952.

Formación: Doctor en Medicina y en Nutrición. Master en Salud Pública. Especialista en Medicina Preventiva, Salud Pública y Dietética y Nutrición Humana. 

Docencia: Profesor de Nutrición Comunitaria en el Departamento de Ciencias de la Alimentación y Fisiología de la Universidad de Navarra. Profesor Visitante del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Docente de la Cátedra de Alimentación y Nutrición Dr. Javier Aranceta en la Universidad Autónoma Metropolitana de México y director de proyectos científicos para Latinoamérica. 

Cargos: Presidente de la Real Academia de Medicina del País Vasco. Presidente de la Academia Española de Nutrición y Presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. Amigo de Número de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País (RSBAP). También lidera el Comité Científico de la ONG Nutrición sin Fronteras y la Sociedad Vasca de Nutrición (Elikadura Elkartea). Asimismo, es miembro de la Cofradía Gastronómica Vasca y miembro y fundador de la Comunidad Slow Food Euskadi

Premios: Grande Covian. Mención de la Sociedad Española de Arterioesclerosis. Premio de la Academia Española de Nutrición. Premio Delikatuz Bizi. Premio Fundación Dieta Mediterránea. Premio Caterdata y primer accésit. Premio Nacional Princi del Ministerio de Sanidad y Consumo. Premio Diario Médico-2013 y 2017. Premio Gregorio Marañon. Premio a la Excelencia en Nutrición Comunitaria.Premio SENPE- Grifols 2019 al artículo más citado en la Revista Nutrición Hospitalaria. Premio REC 2019 al artículo más citado en la Revista Española de Cardiología. Premio Internacional Magda Heras. Premio RENC articulo más citado 2022.

¿Por qué en el 50 aniversario de la Real Academia de Medicina del País Vasco han elegido el envejecimiento entre los temas centrales? 

Los procesos de envejecimiento son un tema clave en este momento, tanto desde el punto de vista de la sociedad como desde la ciencia. En los países desarrollados el envejecimiento crece de manera importante; en la pirámides poblacionales, los mayores de 50 son los que tienen mayor predominio y tiene unas consecuencias muy importantes. Y porque se está investigando mucho y, a veces, no se acaba de entender bien cómo es el envejecimiento de las células y qué mecanismos puede haber para enlentecer o revertir esto. Ha habido críticas de investigadores de primerísimo nivel que han planteado seguir su investigación en el extranjero porque hay personajes que dicen que se investiga el envejecimiento para buscar soluciones a los ricos y no a la población general. Esto no es cierto; se está trabajando para la ciencia, por lo tanto para toda la humanidad.

Más de 18.000 españoles son centenarios y 465.000 nonagenarios. ¿Hasta que edad es científicamente posible llegar a vivir?

En breve, lo frecuente será llegar a los cien años. Sobre todo si no has sido un crápula. Con una alimentación como la que tenemos en Euskadi, la dieta mediterránea-atlántica con pescadito, verduras, productos del entorno, y una higiene mental de movilidad creo que muy pronto mucha gente vivirá hasta los cien años. Se está llevando a cabo una investigación entre los centenarios sobre los hábitos de alimentación que han tenido. Para las personas que son muy talibanes, el investigador del estudio dijo que no había ningún centenario de los que había estudiado que no consuma vino. A mí me sorprendió esta afirmación en un contexto en el que se está atacando a distintos alimentos. Lo que nos interesa del trabajo es estudiar el modo de vida de estas personas que viven en nuestro entorno, qué características tiene su microbiota, el modo de vida que han llevado, qué comían… 

¿Qué considera más crítico, llegar a vivir hasta los 130 o alcanzar esta edad con buena salud? ¿Sería posible?

Ahora mismo los 130 años no, pero cien años sí. El objetivo es que se pueda llegar con calidad de vida, con funcionalidad, con autonomía, y que esa persona pueda no solo soplar las velas, sino hacer algo más en su día a día: pasear, leer, escuchar cosas, tener su huerto. Es seguro que uno de los condicionantes de vivir mejor es tener alguna actividad, alguna ilusión, algo que te ayude a levantarte por las mañanas de la cama. Una asignatura pendiente que tengo desde que era joven, cuando estaba muy interesado en el tema, es que en las empresas, en las instituciones y en el entorno social, a partir de distintos estamentos tengamos programas de preparación a la jubilación. Hasta ahora, lo normal es que un señor que ha trabajado treinta o cuarenta años en su último día laboral llegue como siempre, fiche y ya no vuelva más. Muchas veces, el siguiente día es muy azaroso; no está controlado. Mientras que si su jubilación es más paulatina y si, además, a esa persona la ubicas en lo que le gusta y que no ha podido hacer hasta ese momento de una manera tutorizada, esta segunda parte será más satisfactoria para él. 

¿Sería conveniente englobar todas las patologías dentro de una enfermedad llamada envejecimiento? ¿Estas enfermedades causan el envejecimiento o es el hecho mismo de envejecer el que origina estas patologías?

El envejecimiento no es una enfermedad; lo que sí ocurre es que los procesos de envejecimiento generan mayor fragilidad en la persona mayor que la hacen más vulnerable, y es más fácil que su cuerpo que hasta entonces tenía momentos de ajuste, haga aguas. Los procesos de envejecimiento favorecen una menor funcionalidad de todos los sistemas de compensación y de defensa. Por eso, cuando tienes la patología, ella misma acelera el envejecimiento. Es la pescadilla que se muerde la cola, pero no podemos decir que el envejecimiento sea una dolencia, si no un hecho fisiológico igual que la maduración que se da en la pubertad.

Entre los mayores de 65 años el 20% son obesos y un 42,5% tiene sobrepeso. ¿Si se redujeran estas cifras habría un ascenso significativo en la esperanza de vida?

Seguro. Los adultos-mayores actuales nos cuidamos menos; nuestros mayores son los que han mantenido la dieta mediterránea, los alimentos de cercanía, las técnicas culinarias tradicionales. Ahora hay menos movilidad, antes no había ascensores, había que ir por la lechuga al campo... Y todo esto hacía que el balance fuera positivo. Porque cuando envejeces, uno de los problemas que hay es que pierdes células que generan energía; pierdes músculo. Con la misma carga de calorías engordas porque no se gasta por tu metabolismo basal; en el envejecimiento hay una tendencia a almacenar masa, perder músculo y tener sobrepeso.

Aranceta defiende la preparación a la jubilación.

Aranceta defiende la preparación a la jubilación. Jose Mari Martinez Bubu

¿Cómo combatir la obesidad con eficacia si en España aún no es reconocida como enfermedad específica?

El mejor tratamiento para la obesidad es la prevención. Porque cuando uno está gordito el tema es complicado; la obesidad y todos los procesos de envejecimiento comienzan en el propio embarazo, cuando eres un feto. Todos los factores epigenéticos van a condicionar cómo será tu envejecimiento y, en buena medida, si serás obeso. Por lo tanto, la obesidad hay que prevenirla desde el kilómetro cero. En la etapa infantil hay periodos críticos, de tal manera que si un niño en preescolar o en la adolescencia es obeso tiene muchas más probabilidades de ser un adulto obeso. Por eso, hay momentos claves que dependen del pediatra para alertar que el niño se está saliendo del percentil. Los niños obesos empiezan siendo más altos que los padres y ellos están encantados. Sí es verdad que hay periodos en los que el niño engorda un poco y acumula grasas, energía para los estirones, y eso es normal. Pero todo eso hay que controlarlo y si ha estirado y tiene grasa, ese niño se mueve poco o no come bien.

Dicen que la pobreza y escasa formación son causa directa de la obesidad. Sedentarismo, sobrepeso, obesidad, mala dieta, ¿son situaciones sólo fisiológicas o el ambiente social también influye?

Sí es verdad que cuando haces estudios epidemiológicos, el código postal está correlacionado con que haya más obesos y más patologías asociadas, porque la grasa, al final, figura como un órgano independiente que te hace la puñeta, porque genera sustancias que producen una inflamación subclínica que es la que genera la mayor parte de las patologías crónicas relacionadas con las enfermedades cardiovasculares e incluso cánceres. Entonces, la obesidad es un semáforo que habría que atender para prevenir otras cosas que son más decisivas. Las personas de menor nivel socioeconómico y cultural tienen mayor prevalencia de obesidad. Esto es porque no tienen formación en qué comprar, qué cocinar, qué comer. Además, en numerosos casos, los alimentos más baratos contienen mayor cantidad de grasa, de azúcares, tienen una composición más económica y pueden tener hasta mejor gusto para el paladar.

La obesidad induce en la sanidad española un sobrecoste de 2.000 millones al año. ¿No sería más barato un Plan integral de choque? ¿Se trabaja en ello?

No. La Administración sanitaria sabe que esto es así. Nosotros en los años 90 demostramos en el programa Perseo que cambiando los estilos de vida no solo se paraba el crecimiento de la obesidad, sino que se reducía; cambiando el consumo y moviéndose más. Fue una demostración de que se puede revertir el problema, pero hay que poner medios, personal sanitario, información en las escuelas, en los centros de día, centros cívicos... Hay que trabajarlo; un milagro no puede ser. Si no nos ponemos a ello, cada día irá a más. El 60% de la población española tiene sobrepeso y eso va creciendo y generará un problema que no se podrá pagar. No es que el señor sea obeso y tenga un problema estético, sino que eso sobrecarga las articulaciones, lo que lleva a más prótesis, más caderas, más varices, etc. Luego está la sensación de que tú no te ves bien físicamente y ello provoca problemas mentales. Con un plan integral nos ahorraríamos muchísimo dinero y muchísimo sufrimiento.

Pero las actuaciones contra el tabaquismo están dando resultados. ¿Por qué no contra la obesidad?

Es complicado. En el caso del tabaco lo que se ha hecho es prohibir y ha habido mucha actividad educativa con campañas efectivas. Aquí es difícil, porque yo mismo no soy partidario de prohibir alimentos. No se trata de prohibirlos, si un alimento es malo hay que sacarlo de la cadena alimenticia. Lo ideal es que la persona sepa que determinados alimentos los tiene que consumir menos veces y todo esto es un proceso educativo. 

Cuando hablamos de envejecimiento pensamos en cuidados. 

Para nosotros, que vamos a vivir unos años más, creo que el sistema no nos va a poder atender convenientemente. La primera premisa para que una persona mayor esté mejor es mantenerla en su casa. Si la sacas se despista y le restas una muela cada día. Y para mantenerla en el domicilio tienes el hospital o centro de día y luego el asistirla con personas. Estos cuidados cuestan un dineral; según como esté la persona mayor necesitas dos o tres personas que le cuiden. Y la pensión máxima son 2.500 euros. Ir a una residencia que esté medianamente bien te cuesta casi cuatro mil euros, aunque tengas ayudas vives en precario. Creo que todo esto habría que planificarlo también cuando el ciudadano/a todavía es joven. Tendría que estudiar el cómo hacer un seguro privado que, cuando seas mayor, te permita financiar esa tutela y si no lo necesitas, porque te mueres con 50 años, el fondo se quede en los herederos. Hay un sistema que a mí me parece muy bueno, es el de los pisos tutelados; la creación de cooperativas donde tengan un apartamento independiente con servicios comunes: comedor, limpieza, peluquería y vida social. Esto podría ser una buena solución. Ahora, cuando hincas la rodilla porque estás enfermo necesitas también un apoyo externo.

¿Y la soledad ligada a la vejez?

Se está haciendo una labor importantísima del voluntariado que está vinculado a iniciativas, sobre todo, de la Iglesia. Hay chicos y chicas jóvenes que generosamente donan horas a la semana y van a hacer compañía a mayores que están en su casa y no pueden salir o están encamados. Estas visitas es quizás la mejor medicina para ellos. También hay gente que hace el acompañamiento para que el mayor vaya al ambulatorio, gente que no puede ir sola porque se marea, porque tiene las piernas mal y esto también tendría que estar gratificado. Igual no hay dinero para pagar todas estas cosas, pero esa gente podría tener una exención fiscal o beneficios para que la sociedad reconozca ese esfuerzo y que tengan un pequeño estímulo, para que así pueda haber más gente y para fidelizar a la que está.

¿Debemos resignarnos a vivir un envejecimiento sin salud? ¿Es el mayor reto de salud actual?

Exacto. Si tu te jubilas y no sabes luego qué hacer, eso es una muerte en vida. A todo el mundo le gusta algo. Hay cosas que van a venir y espero que sea en un futuro cercano, como una nueva consulta, la preconcepcional. Cuando un hombre y una mujer quieren ser padres, los dos se someterán a una revisión de salud para saber cómo comen, si fuman, si hacen deporte... Para adecuar todo eso seis meses antes del kilometro cero. Esto sería lo que se llama la programación metabólica, la mujer queda embarazada, es una mamá en ciernes y esa programación hace que cuando el feto está desarrollándose en el seno de su madre esté aprendiendo a metabolizar lo que ella come, lo que oye, lo que siente. Creo que todo esto tendría que estar un poco tutelado. Luego llega el momento del parto, que no es lo mismo un parto de forma natural que una cesárea, todos esos mecanismos también son importantes porque ayudan a la salud mental del nuevo personaje. Y luego están los cuidados a través de pediatría, especialistas que escasean. Hay que ver cómo se puede hacer para que haya más pediatras que elijan esta especialidad; hay que incentivar a los jóvenes porque ahora está en precario.

En cuanto a alimentación, ¿por qué aboga para que los niños no sean veganos?

Ahora nos estamos planteando bautizar a los niños cuando ellos quieran ser bautizados o no. Pero resulta que les hacemos veganos sin consultarles y eso es un riesgo porque hay que tener mucha capacitación para no crear una carencia, porque es una dieta muy restrictiva. La Sociedad vegetariana más antigua de España está en Barakaldo, es una sociedad muy activa y a mí me invitaron a dar una charla a personas veganas, gente mayor. Eran todos enfermos o habían tenido una enfermedad y les iban bien, pero todos eran adultos. Un día les dije que no me parecía bien que su forma de alimentación se trasladara a un lactante, a un niño de tres, siete años. Hay que esperar a que tenga un desarrollo sin restricciones. Y les ponía ejemplos: que no queréis carne roja, pues darle pollo o pescado por lo menos una vez al día, y el resto que sea vegetal, legumbres que me parece bien, pero no restrictiva al cien por cien. El parámetro menos restrictivos es el que ellos llaman lactovegetarianos, niños que pueden tomar leche y huevos. Y así evitamos que haya carencias. Vamos a asegurar el valor nutricional y luego si ese niño o niña ya ha crecido y quiere incorporarse al veganismo de sus padres, que lo haga.

Usted defiende la preparación a la jubilación.

Hay que animar a las personas, no sé si a partir de los 50 años o antes, hacia programas de preparación a la jubilación para que sepa qué cambios se están desarrollando en su organismo vinculados al envejecimiento y cómo tiene que adaptarse. Tal vez el fin de semana, en lugar de quedarse en el sofá, tiene que hacer senderismo, ir a un gimnasio y comer de otra manera para adaptarse al proceso de envejecimiento. 

¿Hay que vivir y morir con dignidad?

Cuando un señor o señora, de cualquier género y condición, no da más de sí porque tiene 27 enfermedades, está en precario, no tiene a nadie que le quiera, tiene un sufrimiento sin vuelta atrás y pide dejar este mundo, debe de tener un consejo social, con un médico, sociólogo, para que pueda morir con dignidad. La sociedad debe atenderlo para que tenga una muere digna. Esto tiene que llegar sin gilipolleces, de una forma bien estructurada. Los cuidados paliativos, en muchos casos, están bien, pero hay que dar ese paso más.

2023-03-13T09:26:02+01:00
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