Aunque todos los años el mecanismo es el mismo, las campanadas que marcan el cambio de año siguen despertando dudas entre las personas que se comen las uvas al ritmo que ellas marcan. Por más que se explique cuando se acerca la fecha, siempre hay quien se equivoca y ataca la primera pieza de fruta (o lo que decida comer en su lugar) cuando lo que está sonando aún son los cuartos.
¿En qué momento entra el nuevo año?
Pero además del problema con los cuartos hay una creencia extendida entre buena parte de la población en ese momento tan esperado y que no es real: que el nuevo año comienza cuando termina la duodécima campanada.
Y no es así. Es normal que la gente estalle de emoción y se felicite el año en ese momento, porque la verdad es que sería complicado hacerlo mientras se comen las uvas, que bastante concentración requieren. Pero el año comienza oficialmente justo antes de que suene la primera campanada. Realmente es lo que sucede con cualquier reloj que marque las horas con campanas: cuando suenan es porque ya ha entrado la nueva hora.
Se adapta la velocidad
Pues con las campanadas de fin de año sucede lo mismo: no es que la primera suene segundos antes de las doce y esté todo calculado para que la última llegue a las 0h.00:00, sino que la primera suena que cuando ya ha cambiado la hora, y en este caso el día, el mes y el año al mismo tiempo. Y, de hecho, se adapta la velocidad del reloj de la Puerta del Sol de Madrid para que el espacio entre campanadas sea mayor a un segundo y que la gente pueda comer las uvas a un ritmo no tan acelerado, que no es plan de que se produzcan atragantamientos importantes en un momento de celebración tan señalado.
35 segundos antes y 33 después
De este modo, 35 segundos antes de que den las doce (23h.59:25), una bola desciende de lo alto del emblemático reloj de la plaza madrileña, sonando un carillón. Tras una pausa de tres segundos (ya son las 23h.59:42) suenan cuatro campanadas dobles, que representan los cuatro cuartos (con un intervalo de cuatro segundos entre cada cuarto). En ese momento son las 23h.59:56 y entre los cuartos y las campanadas media otra pausa de cuatro segundos, con lo que, cuando ya se alcanzan las doce en punto, comienzan las doce campanadas, cada una de ellas cada tres segundos, con lo que cuando termina la última son las 0h.00:33.
Por tanto, quien no esté ocupado comiendo las uvas puede felicitar el nuevo año en el momento en el que suena la primera campanada; no es necesario esperar a la última, porque las doce sonarán cuando ya se haya estrenado el año 2025. Es decir, que no se acaba el año comiendo las uvas, sino que es lo primero que se hace en el año nuevo.