"La respuesta de la ministra de Defensa sobre los cuarteles de Loiola me ha tranquilizado"

¿Teme que aumente la inseguridad en la Semana Grande que comienza, a tenor de la situación de las últimas semanas?

–Sí, tengo cierto miedo. La Guardia Municipal y la Ertzaintza están atentas y hacen un buen trabajo.

¿Cree que hay diferencias entre el último agosto y éste de cara a las fiestas?

–El año pasado fue un poco explosivo. Es normal porque habíamos estado enjaulados. Este verano hay afluencia de gente, pero creo que es un poco más ordenado.

El pasado año hubo psicosis de pinchazos en las noches de fiestas, pero no se confirmaron.

–A veces se generan psicosis que pueden desencadenar que se produzcan comportamientos por imitación. Es peligroso porque pueden preocuparte por eso y hacer olvidar otras cosas.

¿Cuál puede ser su plan ideal en esta Semana Grande? 

–Yo soy más de día que de noche, por la edad, y me gustan mucho la actuaciones de danza, el Alarde de Txistularis, los fuegos... También disfruto con el ambiente de la plaza Easo y con conciertos de Sagüés. Le he echado el ojo al Drogas y a ETS que, aunque es para público más joven, lo he escuchado en casa por mis hijos.

¿Qué mensaje lanza los ciudadanos locales, los vecinos más cercanos y los extranjeros? 

–Tenemos una Aste Nagusia plagada de actividades, con más de 300, gracias a asociaciones y voluntarios, y lo que pido es que las disfrutemos. Que nos manejemos con respeto mutuo, que nos va a ayudar a todos y a todas a pasarlo bien.

Algunos ayuntamientos del PP y Vox han dicho que se van a hacer insumisos a la implantación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Aquí han anunciado que la cumplirán. ¿Qué pasos se van a dar? 

–Es una obligación legal pero tiene su base en la mejora de la salud y la calidad de vida. Nuestra intención es aprobar una ordenanza que establezca el régimen y la demarcación de una Zona de Bajas Emisiones inicial, que debe ser movible, creo. Hay que actuar con sensatez, de forma gradual y sin generar grandes traumas. No hay que crear un problema; se pueden hacer las cosas bien. Donostia no es una ciudad que tenga un problema grave de calidad del aire y tenemos margen para hacerlo de forma gradual y que vaya acompasado del cambio ciudadano. Además hay una cuestión de justicia social que me preocupa. No podemos provocar que los que tienen mayor poder adquisitivo para adquirir un vehículo de determinadas condiciones tengan ventaja sobre los que no lo tengan.

¿La zona que ahora se cierra a vehículos foráneos cuando hay congestión de tráfico será la misma que la de bajas emisiones? 

–En un inicio no tiene que ver, porque los 22 puntos de corte que se aplican están muy alejados de lo planteado inicialmente. Pero en un futuro puede ser que sí.

¿Cómo va el proyecto del Bus Eléctrico Inteligente (BEI) previsto para la línea 28?

–Se acaba de hacer un nombramiento de nuevos representantes en la sociedad del BEI a instancias del Gobierno Vasco para retomar la cuestión. Queremos darle un acelerón e implantarlo lo antes posible.

El Ayuntamiento pretende restringir las autocaravanas en zona urbana por medio de una nueva ordenanza, pero ha salido recientemente una sentencia que defiende su derecho a estacionar en las calles. 

–Sí, por eso estamos tardando. Sabemos que es una cuestión legalmente controvertida. Estamos tomado como ejemplo una regulación concreta que, por ahora se ha salvado de los tribunales, que es la de la localidad de Vélez-Málaga, y ver si podemos tirar por ahí. La gente puede creer que es fácil, pero, desde el punto de vista legal, una autocaravana es un vehículo mixto y puedes perjudicar a quienes no quieres. Estamos trabajando en una ordenanza limitativa y vamos a tirar para adelante. No hemos llegado para este verano y por eso hemos tomado una medida de choque en el litoral, pero hay otras zonas, como Berio, que necesitan respuesta.

¿Se ha puesto en marcha la medida anunciada de que los taxis del entorno puedan trabajar en Donostia y viceversa en fechas concretas de mayor necesidad? 

–Está pendiente. Falta la decisión de los municipios, nosotros ya lo hicimos, y hemos pedido tanto a los municipios de la zona que lo aprueben como a la Diputación, que lo autorice. 

Un portavoz de la Asociación de Vecinos de Ulia, que ha recurrido contra el plan para el GOe en Manteo, acusó al Gobierno municipal de retrasar adrede la entrega de documentación al juzgado para demorar la resolución. 

–Eso no es verdad. Actuamos con toda la diligencia y colaboramos con todos los procesos judiciales. El debate del BCC necesita una profundización. Tenemos que hacer un esfuerzo, aproximarnos al lugar y explicar en qué consiste porque creo que hay confusión. La parcela, desde 2010 o antes, era de equipamiento. No se hace nada que no esté previsto y nadie lo había puesto en entredicho. El contenido concreto hay que explicarlo para hacer ver que es una aportación positiva a la zona. No tiene nada que ver con el turismo, como dicen algunos. Es un centro de innovación e investigación de gastronomía, no es un hotel. Y va a convivir con el entorno. Es un edificio singular, que arquitectónicamente es un hito para nuestra ciudad y genera un parque en toda su superficie superior.

¿No tiene dudas de que sea un ‘proyecto 10’? 

–Es un ‘proyecto 10’. Somos un referente en gastronomía y el propio Consejo Social de la ciudad aboga por que la gastronomía lo sea. Si te quedas quieto te adelantan. Un hito fue el BCC y otro hito para mantenerlo es éste. 

¿Se establecerán pronto las dos nuevas comisarías previstas en el programa de gobierno? 

–Confío en que sí. Una estará en la zona Este, aún estamos mirando dónde. La otra, en Egia, no sería una comisaría sino una oficina de ambos cuerpos, como experiencia piloto de actuación conjunta. Somos pioneros en patrullar juntos la Guardia Municipal y la Ertzaintza. A veces patrullan uno y uno.

Martutene es una de las zonas más afectadas por inseguridad y los vecinos achacan la situación a los okupas de Los Agustinos, un edificio del Gobierno Vasco. ¿Han hecho algún requerimiento para que ataje la situación?

–Hemos hecho muchos requerimientos al Gobierno Vasco para que le dé un uso, ese es el objetivo.

¿Pero qué uso, escuela, instituto profesional...?

–En eso estamos. Y hay otras cuestiones relativas a Martutene que se están trabajando. La rotonda está lanzada para este año. El proyecto demolición de la gasolinera está presentado y hay un estudio de alternativas para cambiar la estación de tren. En esta legislatura Martutene va a dar una vuelta.

El marco legal parece que no da respuesta a la delincuencia de entrar y salir de comisaría. El Ayuntamiento no puede cambiar las leyes pero ¿quizás desde su partido (PNV) pueden reclamar modificaciones legales?

–No sé lo que hay que reclamar porque la situación actual genera impotencia. Estoy muy orgulloso de la labor de la Guardia Municipal y Ertzainza, pero si no hay una segunda parte... Detener diez veces al mismo sujeto y que no tenga consecuencias no puede ser.

El martes aprobaron su propuestas de nuevas tasas e impuestos para 2024, que la oposición ha criticado. ¿Qué responde?

–La actualización es muy contenida y todos tenemos que ser conscientes de que el contexto económico es para todos, también para el Ayuntamiento. Los servicios municipales cuestan más, los contratos, los costes... Si no actualizas tus ingresos corrientes con lo que cuestan los servicios la única opción que queda es dejar de darlos. No puedes criticar eso y, al día siguiente, pedir más líneas de autobús, por ejemplo.