La inflación se disparó en junio al 10,2% en tasa anual. Los carburantes y los alimentos frescos son principalmente los que han disparado esta cifra. Qué decir del precio de la gasolina y el gasoil, que sigue instalado en torno a los dos euros por litro. Un kilo de cerezas cuesta 8€ en el mejor de los casos, aunque en algunas fruterías puede llegar a los 15. Los plátanos, que hace unos meses estaban a menos de 2€ el kilo, ahora están a más de 3€. Señor presidente, ha hecho promesas, pero ahora hay que cumplirlas. Y dar los pasos para cumplirlas ya, porque el peso de la vida se hace cada vez mayor. Porque la compra cuesta cada vez más y porque los ahorros van desapareciendo. Recuerde que, como dijo Séneca, "No hay nada tan amargo como estar largo tiempo pendiente de una promesa".
¿Y el ministro de Consumo qué dice? Se le ve terriblemente preocupado, en medio de esta tormenta perfecta de guerra lejana e inflación galopante, en subir memes a Twitter sobre no comer carne, decirle que no se preocupe. Al precio que va la compra, pronto no comeremos carne. Ni pescado. Ni fruta fresca. Ni verduras de calidad. No los comeremos porque no los podremos pagar. Claro que eso, el sueldo de un ministro no lo nota. Pero la gente trabajadora, madrugadora y honrada, sí que lo siente cada día al despertar a batallar este mundo, que es cada vez más hostil.