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Polideportivo

“No me veía capaz de ser constante para gestionar 12 egos y 12 personalidades”

Sergi Vidal sigue ligado al mundo del baloncesto. Tras su retirada, ahora intenta ayudar a los jóvenes que llegan al mundo del baloncesto. El que fuera ídolo en el Buesa Arena ejerce como agente desde el 2019 y tan solo desea ayudar en todas sus facetas del mundo profesional a las promesas con el fin de que puedan disfrutar de una gran carrera. Para ello, cuenta con su inseparable amigo y compañero, Albert Miralles, con quien formó MVM Sportsgroup, una empresa para jugadores que tiene su sede en Andorra.

¿Cómo ha sido el proceso para ser hoy en día agente?

–El convertirme en representante era algo que yo ya tenía en mente incluso antes de retirarme. En ese sentido, el proceso de ser jugador de baloncesto, a lo que me he dedicado durante muchos años, a esta nueva vida no me costó mucho porque ya lo tenía muy claro.

La tendencia suele ser dar el salto a los banquillos en vez de a las oficinas, pero usted ha escogido otro camino. ¿Por qué?

–Evidentemente yo quería seguir ligado al mundo del baloncesto, ya que es parte de mi vida. Está claro que ya tenía muchos contactos y conocía a muchísima gente y en ese sentido, junto a Albert Miralles, queríamos aportar nuestra visión y manera de hacer las cosas de cómo debe ser un agente y poder sumar en un apartado donde estimamos que es muy importante. Es decir, no solo consiste en negociar unos contratos, sino que evidentemente también hay que tener en cuenta a los jugadores y ayudarles cuando son más jóvenes. Por lo que una de nuestras ideas es echarles una mano en ese camino, el cual muchas veces parece todo muy bonito y en donde en realidad hay muchísimos problemas y altibajos, como la gran presión que existe o las lesiones. Nuestra idea es poder usar toda esa experiencia que hemos cogido tras tantos años como profesionales y ponerla al servicio de nuestros jugadores.

Nunca voy a aconsejar a uno de mis jugadores coger el contrato de más dinero si pienso que eso no le va a permitir crecer

¿Cuál es su modelo de agente?

–Para nosotros, la parte de la empatía con el jugador es máxima. Nuestra prioridad es intentar asesorar, tratar y dirigir las carreras de los jugadores de la misma manera que nosotros, en nuestro momento, lo hubiéramos hecho. Es decir, yo no te voy a aconsejar coger el contrato de mayor dinero dentro de las opciones que puedas tener si pienso que eso no te va a permitir crecer como jugador y persona. Lo contrario sería pan para hoy y hambre para mañana. Lo más importante es que el jugador caiga en un lugar con el mejor entorno, los mejores compañeros y el tipo de entrenador que mejor se adapte a él para que, de esta forma, ese jugador pueda seguir creciendo y durante su carrera siempre pueda ir dando pasos hacia adelante.

¿Cómo han sido estos primeros años como agente?

–Todo ha sido un proceso digamos relativamente fácil, ya que me retiré hace tres años, pero anteriormente y antes de colgar las botas ya estaba dentro del mundillo, formándome, asesorándome e intentando de alguna manera aportar mi experiencia a los jugadores jóvenes. Es decir, que ya estaba enfocando todo en la dirección de querer ser un buen agente.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de este mundo?

–Es un mundo donde hay muchísimas agencias, donde evidentemente empiezas de cero y no de la mano de una agencia ya consolidada que lleva muchos años. Por tanto, es un trabajo constante. Hay numerosas horas detrás para hacer entender al jugador que la mejor opción y como mejor va a estar es con este tipo de línea, y no cuando un jugador entra en una gran agencia, donde ya hay jugadores con un recorrido mucho más importante y su crecimiento ya ha sido anterior y donde esos jugadores son más importantes que los que están empezando.

“No me veía capaz de ser constante para gestionar 12 egos y 12 personalidades”

“No me veía capaz de ser constante para gestionar 12 egos y 12 personalidades” 2 Walter Lerch

¿Cómo ve la situación de los jugadores nacionales en la competición doméstica?

–Está claro que choca un poco lo que el jugador nacional ha conseguido en los últimos años con la selección, donde los logros han sido máximos, y al mismo tiempo el impacto que están teniendo en la ACB. Entonces es un problema que viene de atrás y es un poquito el de siempre. Es decir, las sensaciones de que el jugador que viene de fuera es mejor que el de casa. Esta situación se vive constantemente cada verano e incluso durante las ventanas FIBA, donde teóricamente no están los primeros espadas y el jugador español es capaz de competir. Creo que temporada tras temporada se demuestra que el nivel del baloncestista español es altísimo.

¿Tiene algún objetivo o sueño como agente que quiera cumplir?

–Al final, los objetivos son seguir creciendo, hacer las cosas bien y no desviarnos de nuestra línea. Creemos firmemente que la mejor manera de ayudar es aportando esa experiencia que tenemos junto a nuestros contactos. No por querer tener muchos jugadores, vas a ser mejor. Es más, quizá se pueda hasta perder ese trato más personal y ese seguimiento que necesita el jugador para que realmente le puedas ayudar en los momentos en los que lo necesite.

Cuando echo la mirada atrás, siento orgullo por todo lo que he conseguido, aunque me habría gustado haber ganado la Euroliga

¿Nunca le picó el gusanillo de querer ser entrenador?

–Siempre he considerado que por mi manera de ser habría sido un excelente segundo entrenador porque hacer ese filtro entre el primer técnico y los jugadores es importantísimo y más teniendo la experiencia de haber estado en muchos vestuarios. Cuando desde fuera ves partidos, entrenamientos o simplemente con la expresión corporal o con ciertos gestos, puedes entender a ese jugador que quizá no está jugando todo lo que quiera, o que necesita cierta ayuda, ya sea a nivel técnico o táctico. En ese sentido, eso es algo que ya en mis últimos años ya hacía como jugador dentro del vestuario. Sin embargo, creo que para la figura del primer entrenador tienes que estar hecho de una pasta especial, porque realmente ya no es solo todo lo que sepas de baloncesto, sino que debes saber gestionar 12 egos y 12 personalidades. Es más, muchas veces saber llevar ese grupo es la clave para que las temporadas puedan ser buenas o malas. En ese aspecto, no me veía capaz de ser suficientemente constante y tener las ganas y energía necesarias, en especial, después de haber estado durante 21 años como jugador profesional.

¿Cómo es su día a día en Andorra?

–Se vive francamente bien. Es un país muy tranquilo, donde hay muchísima seguridad y que me permite estar especialmente cerca de Barcelona para poder viajar y moverme. Evidentemente, hoy en día con internet y el teléfono estás 100% conectado estés donde estés del mundo.

Cuando echa la mirada hacia atrás, ¿Qué le viene a la mente?

–Principalmente, orgullo por todo lo que he conseguido. Evidentemente, yo tenía un sueño que era ser jugador profesional y eso lo conseguí. Además durante esa carrera he podido añadir títulos y también he podido jugar en algunos de los mejores equipos. Para mí, todo eso es un gran orgullo. He de admitir que quizá la espinita que tenga clavada, y más después de haber podido jugar la Final a Cuatro, es que me habría gustado poder conseguir alguna Euroliga. Y por otro lado, aquella final de la ACB donde perdimos ese quinto partido ante el Real Madrid fue dolorosa.

2023-02-16T15:18:04+01:00
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