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“No podemos exigir a las mujeres que denuncien si luego no las protegemos”

La presidenta de la Asociación Clara Campoamor habla alto y claro sobre los aspectos que aún deben mejorar de la Ley contra la Violencia de Género
Blanca Estrella Ruiz, presidenta de la Asociación Clara Campoamor fallecía el pasado jueves, 12 de septiembre

El asesinato de tres mujeres a manos de sus parejas en solo 24 horas esta última semana, ha hecho que la indignación y las movilizaciones en el colectivo crezcan una vez más. La Asociación Clara Campoamor llevará como acusación popular el caso de la mujer de 32 años asesinada en Palencia tras una larguísima lista de casos defendidos en los últimos 37 años.

Los datos desde 2015 se han triplicado, ¿es porque han subido las denuncias o porque han aumentado los casos?

Siempre que sube el número de denuncias es porque ha aumentado la cifra de víctimas. Pero es que pasa una cosa. Por ejemplo, la mujer de Palencia denunció y no pasó nada, y al final la mató. Qué es lo que está pasando con casi todas las asesinadas en este primer semestre. Las mujeres que denuncian tienen dos problemas: uno de ellos que los absuelven y les quitan los hijos a ellas para dárselos al maltratador y otro de ellos es que los absuelven, los dejan en la calle sin pulsera ni nada a disposición de poder pillarlas en cualquier momento y en cualquier lado.

¿ Y qué pasa con el artículo 262 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal?

El artículo 262 dice dos cosas: por un lado cambia la Ley de Violencia de Género para considerar a los hijos y las hijas como víctimas de violencia de género y por lo tanto el maltratador tiene que ser condenador por la mujer, por el hijo y por la hija. Y ni un juez excepto uno de Sevilla, hace tres años, lo ha cumplido. Los jueces no lo consideran y es importante. Me he tirado años hasta que he conseguido, que a ese niño que se esconde debajo de la cama y que tiembla se le considere una víctima. Porque ese niño sufre auténtico terror. Lo segundo que dice ese artículo es que todo funcionario que tenga conocimiento de la existencia de indicios de violencia de género lo tiene que poner en conocimiento de la Fiscalía y perseguirse de oficio. Tampoco lo hacen.

La mujer de Palencia lo denunció y no pasó nada y al final la mató, que es lo que pasa con la mayoría

¿Porqué no lo hacen?

Muchos por miedo. Otra cosa que pedí y no he conseguido aun, es que los funcionarios y funcionarias fueran protegidos. Sin embargo, no lo he conseguido. El caso es que al maltratador o violador le llegan todos los datos con domicilio y DNI del funcionario o funcionaria que ha presentado la denuncia a la fiscalía. Por eso no denuncian: por miedo. Hay que hacer algo en la ley. Yo estoy en ello y no voy a parar.

¿En qué están fallando las campañas de sensibilización?

Primero están fallando en que a las mujeres las estamos obligando a denunciar. Con lo cual, ponemos en riesgo su vida. Si le absuelven o le ponen una orden de alejamiento estamos en las mismas. Yo, en la asociación, primero analizo la situación de las víctimas con todo el equipo y luego vemos si denuncia y cómo lo hace. En el Gobierno de González se sacó la primera campaña que se hizo que decía: mujer no llores, habla. No decía: mujer no llores, denuncia. Claro, ¿cómo vas a exigir a las mujeres que denuncien si luego no eres capaz de protegerlas? El Estado en completo. No solo los jueces y los fiscales. Todos los funcionarios son responsables porque la ley les da esa responsabilidad. Y no lo cumple nadie. 

No basta con que ella denuncie, todos se tienen que poner alrededor de ella, incluso protegerla

¿Realmente existen soluciones a la violencia de género?

Dimos pasos adelante, sobre todo, cuando hicimos la ley. Recuerdo que pedimos una entrevista al presidente del Gobierno, que creo que entonces era Zapatero, porque se habían aumentado los asesinatos y las denuncias. Después de eso fue bajando la cifra, por eso mismo, porque yo plantee en esa reunión a Moncloa todos estos problemas y parece que se enteró. El consejo de ministros aprobó una propuesta particular y se notó. Pero, ¿qué pasa? Que las hemos dejado en el armario de dios como se suele decir. Y si estamos diciendo, “mujer, denuncia”, responsabilízate. 

Explíquese.

No basta con que ella denuncie, es que todos se tienen que poner alrededor de ella, incluso protegerla. No solamente la Ertzaintza o la Guardia Civil o la Policía Nacional, todo el mundo. Todo funcionario público tiene que ponerse a disposición de la víctima y de los hijos y las hijas porque además, ¿cuántos niños y niñas han muerto a manos de un maltratador? Los matan para fastidiarles a ellas, porque saben que es el mayor daño que les pueden hacer. Ellos no quieren los hijos, pero utilizan la famosa violencia vicaria para amargarle la vida a la víctima, y la víctima al final no sabe qué hacer porque no se puede marchar, no la dejan salir de la provincia. Todo son pegas para ellas, para ellos no. Ellos andan libres y limpios de polvo y paja como dice el dicho. Mientras, a la mujeres las dejan en mayor riesgo, porque la denuncia les pone en una situación de mayor riesgo del que ya sufren.

Matan a los niños para fastidiarles a ellas, porque saben que es el mayor daño que les pueden hacer

¿Tendrá solución?

En el momento en el que estamos actualmente, este gobierno no está tomando cartas en el asunto. No se está posicionando con el Consejo General del Poder Judicial obligando a cumplir la ley y este que es el órgano disciplinario de los jueces, debería obligarles a cumplir la ley y a aquel que no la cumple expedientarle.

Como el caso de aquella jueza que le dijo a una mujer a la que habían violado que hubiera cerrado bien las piernas.

A esa la denunciamos ante el Consejo General del Poder Judicial y el órgano disciplinario nos dijo que lo habían visto pero que no era para tanto, y le absolvieron. Lo que pasa que ella misma se sintió tan perseguida por el movimiento feminista en Gasteiz que pidió el traslado porque no podía vivir. Pero no la quitaron de jueza, se fue a otro sitio a hacer las mismas.

Ahora la edad de víctima y agresor ha bajado considerablemente, y el número ha aumentado

¿Cómo cree que llegan estas campañas a los jóvenes? Porque el número de casos en vez de disminuir, aumenta cada vez.

Ahora ha bajado la edad y ha aumentado el número, pero la edad de víctima y agresor ha bajado considerablemente, cosa que me preocupa. Pero los jóvenes no hacen caso. Yo veo cuadrillas de chicos y chicas cuando bajo a pasear con el perro, por ejemplo, y les oyes decir unas cosas, como: con quién has ido, con quién has estado, porqué te pones ese pantalón, etc. Y esto se lo está haciendo la juventud a las chicas. Mira que la asociación da muchas charlas en institutos y colegios y me canso de decirles: no podéis dejar que controlen vuestro móvil y no podéis dejar que controlen vuestro cuerpo y vuestra vestimenta. A mi me gusta que vayáis un poco tapadas, bien, pero es vuestra libertad. Todo lo que os puedo decir es que sois libres, y que nadie puede violaros en la calle a las tres de la madrugada. Y el que lo hace, lo tiene que pagar.

A lo mejor hay falta de concienciación por esa parte ¿Puede que los jóvenes no se lo estén tomando en serio?

Eso pasa porque hemos abandonado ese campo. Cuando empezamos con la Ley de Violencia de Género yo recorrí todo el Estado español explicando en institutos y universidades la ley. Pero eso lo hemos abandonado. Hemos abandonado los institutos y las universidades. Esta juventud necesita que alguien que entiende les explique la situación. Por ejemplo, el Gobierno vasco a mi no me llama nunca. Los cursos los imparte gente que está de acuerdo con el SAV (El Servicio de Asistencia a la Víctima), y se dan los cursos de formación en cuanto al SAV. Hay estudiantes que han estado en ellos y luego vienen a la asociación y nos dicen: oye, que nos están dando un curso estudiantes de derecho que acaban de salir de la carrera y nos han hablado de que no hay que tomar en consideración las denuncias de las mujeres, porque las mujeres buscan intereses. Y eso no puede ser. Quienes están dando los cursos no están con la víctima, están con ellos. Y esa es la realidad de lo que está pasando en Euskadi.

A los niños no les protegemos, les obligamos a ir a los puntos de encuentro a estar con el maltratador

¿Son las penas lo suficientemente altas?

No. Cumpliendo el Código Penal podrían ser altas, pero no lo cumplen. O les absuelven, o les dan el alejamiento. Hay una cosa también de la Ley de Violencia de Género en cuanto al tema de los hijos y las hijas y es que eso contrae que no hay derecho al régimen de visitas ni a la custodia compartida. Lo pone en la ley. El año pasado tuve una niña agredida sexualmente por su padre a la que le obligaban a ir al punto de encuentro y la encerraban en una habitación con el padre. Había una educadora que entraba y salía. Pero a una niña que ha sido agredida sexualmente, ¿cómo la pueden obligar a tener una hora a la semana con su padre?

¿Y qué me dice de los puntos de encuentro?

Les estamos fastidiando la vida. Un niño y una niña que cuando llega el sábado o el domingo, que es el día que pueden jugar con sus amigos o que pueden estar en casa tranquilos, tienen que ir al punto de encuentro. Estamos haciendo una generación de puntos de encuentro. No estamos formando a los niños y a las niñas y no les estamos diciendo, “el Estado os protege, todos os protegemos”. No. Porque no les protegemos. Les obligamos a ir a estar con el maltratador cuando la ley dice que no hay régimen de visitas ni custodia compartida. Eso no lo cumple ni un juez en España. Ni uno. 

Esta juventud necesita que alguien que entiende les explique la situación, pero hemos abandonado ese campo

¿Cómo puede ser eso?

Si la ley dice que los hijos y las hijas también son víctimas y de pleno derecho de la ley pero los jueces no les condenan también por el hijo y por la hija, pues tienen régimen de visitas. Si cumplieran los jueces el principio de la ley de que también son víctimas no existiría la posibilidad de tener la custodia compartida. Pero como no cumplen esa parte, tienen régimen de visitas y ese niño que está aterrorizado por su padre tiene que estar una hora con él todas las semanas en el punto de encuentro. Además que le impiden disfrutar, vivir, educarse… Yo tengo niños desde los cinco años, que ahora con quince me dicen, “yo me niego”. Y yo les digo, “pues niégate”. Y me dicen, “ya, pero luego paga mi madre el pato, porque el juez condena a mi madre”. ¿Tú te crees que pueden tener al niño desde los cinco años hasta los quince en un punto de encuentro?

¿Ha tenido algún otro caso similar?

También tengo un niño desde los cinco años y que ahora tienen nueve, que le han quitado la custodia a la madre y es la madre la que le ve en el punto de encuentro. Una madre que ha criado en solitario a su hijo. Lo que pasa que al padre se le cruzó la vena y pidió la custodia y se la han dado, teniendo además una denuncia de violencia de género. Y la madre con una acreditación que tiene de víctima de violencia de género y de víctima de violencia vicaria. Y no hay forma de que le devuelvan su hijo.

Si que es verdad, que antes había actitudes mucho más normalizadas en cuanto a la violencia hacia la mujer y hoy en día hay un rechazo mayor pero aun así sigue ocurriendo.

La sociedad va por un camino y la justicia va por otro. La justicia no está a la altura de la sociedad. En la sociedad vasca hay incluso vecinos que denuncian por las víctimas. Bueno pues eso que denuncia el vecino se tiene que perseguir de oficio por la fiscalía pero como la víctima no quiere, porque tiene miedo, la fiscalía se aparta. Y aunque la ley le obliga a perseguirlo, no lo hace. Asique yo lo que quiero, señorías, por favor, conciencia, apoyo a la víctima, apoyo al niño y a la niña que son víctimas. Apoyarlas por favor, protegerlos. Encerrar a un niño en la habitación, con el maltratador, con el terror que le tiene el niño, porque le ha visto patear a la madre, ¿qué sentido tiene esto? Les estamos haciendo pagar el delito del padre. 

02/10/2022